Autor : Peña, David 1-2
1Especialista en Medicina Interna 2Especialista en NeumonologÃa U.B.A
El
estudio de comparación de las asociaciones de montelukast-loratadina
versus montelukast-desÂloratadina en el tratamiento
de la rinitis alérgica persistente publicada en este número
demostró la no inferioridad de la segunda en relación con el
comparador.
Debe
señalarse aquí que la prevalencia de riniÂtis alérgica
persistente en México es elevada, que puede llegar al 48% en algunas
regiones, por lo que el tamaño de la muestra en este estudio no resulta
significativo, dato que tener en cuenta para las conclusiones.
De
todas maneras, teniendo en cuenta que las ventajas de la desloratadina
frente a loratadina no resultan relevantes y que,
además, presentan un perfil similar de efectos adversos y no deseados,
la asociación de cualquiera de ambas con monteÂlukast
permite suponer un resultado similar, tal como ocurrió.
Si
bien la desloratadina es una molécula de
más reciente desarrollo que la loratadina, con
mayor potencia de acción en relación con la dosis (5 mg equivalen
a 10 mg de loratadina) y con diferencias en su vida
media, sus efectos sobre la rinitis alérÂgica persistente no resultan
significativamente diferentes, como la mayoría de los que tratan esta
patología han podido comprobar en su experiencia clínica.
Más
aún, dentro del arsenal de antihistamínicos de segunda generación,
tanto en monoterapia como con las asociaciones, la elección de este para
un paciente en particular debe orientarse en primer lugar a evaluar su
experiencia previa con alguno de ellos y su respuesta, dado que esta es muy
variable, lo que sugiere que independientemente de la molécula elegida
existe una gran variación individual en la respuesta.
Por
lo tanto, al momento de elegir un antihisÂtamínico para el tratamiento
de la rinitis alérgica persistente, de primera o de segunda
línea, o, como en este caso, asociado a montelukast,
o asociado a corticoesteroides o descongestivos,
aplica el mismo principio, por lo que la respuesta previa es el primer factor
que considerar y, en caso de no tenerla, el antihistamínico que se va a
elegir se decide por la experiencia clínica o preferencia del
médico tratante.
Un
segundo factor que tomar en cuenta en la elección del
antihistamínico es su costo, ya que la diferencia entre ellos puede
llegar a ser consideÂrable, ya que siempre es mayor el de las moléculas
de más reciente desarrollo.
Por
lo tanto, es razonable esperar que esa difeÂrencia de costo se mantendrá
en la asociación con montelukast, que es un
producto de costo más elevado en términos generales.
En
estos tratamientos, el factor económico tendrá mayor o menor
gravitación en cada país de acuerdo con los valores locales de
los productos y del porcentaje del precio a cargo del paciente según la
cobertura de salud por la cual acceda al fármaco.
Obviamente,
el factor económico resultará más relevante en aquellos casos
en que el paciente no cuente con cobertura de salud para sus medicamenÂtos, por
lo que sería de buena práctica que en la elecÂción del
antihistamínico su costo sea considerado.
Si
bien no es usual la consideración de los factoÂres mencionados en los
trabajos de investigación, sería recomendable al momento de tomar
una decisión terapéutica tomar en cuenta los datos y conclusiones
estadísticamente significativas, así como los antecedentes
individuales del paciente y el costo de las distintas alternativas de
tratamiento en relación con su beneficio potencial.