Autor : Szwarstein, Pablo11, Sívori, Martín1, Arce, Santiago C.2, Toibaro, Javier3
1 Centro Universitario de Neumonología, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires. Unidad de Neumotisiología, Hospital Gral. de Agudos Dr. J. M. Ramos Mejía. Buenos Aires. Argentina. 2Laboratorio de Función Pulmonar, Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires. Argentina. 3División B de Clínica Médica, Hospital Gral. de Agudos Dr. J. M. Ramos Mejía. Buenos Aires. Argentina.
https://doi.org./10.56538/ramr.UUPD1942
Correspondencia : Pablo Szwarstein: E-mail: pszwarstein74@gmail.com
Recibido: 03/08/2023
Aceptado: 27/12/2023
INTRODUCCIÓN
Las enfermedades pulmonares intersticiales difusas (EPID)
son un grupo de más de doscientas enfermedades, muchas de ellas
enfermedades raras. La fibrosis pulmonar idiopática (FPI) es el
prototipo de intersticiopatía progresiva
fibrosante.1 Entre ellas,
un subgrupo presenta evolución progresiva, empeoramiento de los
síntomas respiratorios, disminución de la función
pulmonar, resistencia al tratamiento inmunomodulador
y mortalidad temprana, similar a la fibrosis pulmonar idiopática (FPI).2, 3 Se propuso a
este fenotipo como progresivo fibrosante de las
enfermedades intersticiales (FPP) y que engloba diferentes entidades
clínicas, pero con evolución clínica, radiológica y
funcional similares.1 Diferentes
autores plantearon la necesidad de un diagnóstico y terapéutica
temprana de dichas entidades para intentar alterar la historia natural de este
fenotipo progresivo.1
En mayo de 2022, la American Thoracic
Society (ATS), la European Respiratory Society (ERS), la
Sociedad Japonesa Respiratoria (JRS) y la Asociación Latinoamericana del
Tórax (ALAT) emitieron una guía de actualización de la
FPI, en la que propusieron definiciones para la FPP.1
Se plantearon criterios clínicos, imagenológicos
y funcionales para definir la FPP, llamadas inicialmente “intersticiopatías
con fenotipo fibrosante progresivo”.1
Por otra parte, varios expertos han expresado sus
opiniones acerca de los criterios usados y diversos estudios han utilizado
criterios de enrolamiento diferentes.2-21 Se ha intentado validarlos en cohortes
retrospectivas y prospectivas, y bases de datos de pacientes; se encontraron
aspectos inicialmente no considerados, que expresaban sus críticas a los
criterios usados.22-27
El objetivo de este manuscrito es analizar
críticamente las definiciones diferentes de FPP y fundamentar las
críticas con evidencia científica publicada, poniendo
énfasis en los criterios clínicos, funcionales e imagenológicos usados.
¿CUÁL HA SIDO LA DEFINICIÓN DE FPP USADA?
El término FPP fue inicialmente propuesto para
diversas EPID asociadas a enfermedad de tejido conectivo (ETC), neumonitis por
hipersensibilidad crónica fibrosante (NHS),
neumonía intersticial idiopática no específica (NSIP),
neumonía intersticial idiopática inclasificable (IIP), EPID
relacionadas con enfermedades ocupacionales o sarcoidosis,
que cumplieran criterios diagnósticos clínicos, funcionales y tomográficos por un lapso de veinticuatro meses.4-6
La mencionada guía ATS/ERS/JRS/ALAT redujo la
definición de empeoramiento temporal de veinticuatro a doce meses, por
lo que se deben cumplir dos de los tres criterios propuestos, sin otra
explicación de la causa del deterioro:1
a) Clínicos: Empeoramiento de síntomas.
b) Funcionales: Disminución en valores absolutos
de la FVC igual o mayor del 5% del predictivo, o igual o mayor del 10 % en
valores absolutos para DLCO (corregida por hemoglobina) del predictivo.
c) Imagenológico: Se
establecen criterios más claros para determinar el empeoramiento de la
fibrosis por tomografía computarizada de alta resolución de
tórax (HRCT) (ver más adelante).
La consecuencia de este estado de situación es que
se ha vuelto muy difícil comparar diferentes estudios de cohortes en sus
características clínicas y en las variables evolutivas de impacto
clínico, funcional y tomográfico,
más allá de que las intervenciones terapéuticas con
diferentes drogas antifibróticas en estudios
clínicos no precisamente usaron criterios similares de inclusión.4, 12-14, 22-27
A continuación, se analizarán
críticamente, con más detalle, los criterios de definición
para FPP utilizados.
A. Criterios clínicos
El trabajo original de Vincent Cottin consideraba “deterioro clínico” al
empeoramiento de los síntomas como tos, disnea, capacidad de ejercicio
medida por prueba de caminata de 6 minutos (PC6M) con un valor
clínicamente significativo de caída de cincuenta metros, y de
calidad de vida medida por el cuestionario de St. George (sin mencionar valor
clínicamente significativo de deterioro).6
También debían ser considerados signos del examen
clínico como rales velcro y descenso de
la oximetría de pulso.6 Se
definió como “progresión” a la falla respiratoria aguda, con
estos signos y síntomas, sin otra causa que los explique, en un
período de evaluación de veinticuatro meses.6
A través del tiempo de discusión de estos
conceptos, desde el 2018 hasta la actualidad, se le ha dado poca importancia
al criterio clínico de FPP, en detrimento del criterio funcional e imagenológico. Sin embargo, se debe dar importancia
a este criterio como parte de la definición de FPP y recordar que deben
estar presentes dos de los tres criterios.6
El término “fenotipo fibrosante”
utilizado en algunas publicaciones no sería apropiado por
definición. Los fenotipos son la expresión de un genotipo, y esto
implicaría que las diversas condiciones que cursan con empeoramiento
progresivo comparten un mismo sustrato genético. Y esto no ha sido
demostrado hasta el momento.1
La FPP engloba entidades clínicamente distintas,
pero que tienen un comportamiento y pronóstico similar, aunque no igual.
Por eso es importante intentar distinguir estas entidades para identificar
aquellas en las que hay que actuar más precozmente.8, 9
Dentro de la FPP, se destacan las EPID asociadas a ETC,
NSIP, IIP, NHS, relacionadas con enfermedades ocupacionales, sarcoidosis.8,9 Las tres
últimas progresan a pesar del tratamiento de la entidad
específica instaurada (inmunosupresión y alejamiento del
antígeno).8,
9
Se ha agregado luego de la pandemia de la COVID-19 un
potencial nuevo subgrupo de pacientes, con secuela fibrótica
y progresión, que están siendo estudiados.8, 28
Entre el 18 % y el 32 % de los pacientes con intersticiopatías no-FPI progresan en el
seguimiento a 60-80 meses luego del diagnóstico.9
El mayor riesgo de progresión está en las NHS y las
ETC en comparación con otras enfermedades.9
Estos pacientes deben ser referidos en forma temprana a programas
de trasplante especialmente cuando se trata de pacientes jóvenes. Por
ello, es importante establecer un diagnóstico etiológico lo antes
posible para ajustar adecuadamente el tratamiento.9
Aquí es interesante mencionar el término de
expertos “agrupadores” y “separadores” que se discutió en la FPI. Muchos
autores consideraban importante agrupar a la FPI con las enfermedades fibrosantes progresivas para simplificar en cuanto a
presentación y comportamiento similar (“agrupadores”).5, 16 Sin embargo otros marcaban la necesidad de
separar estas entidades y estudiar detalladamente las diferencia
genéticas y fisiopatológicas para individualizar entidades y
realizar tratamientos dirigidos (por ejemplo, diferenciar la FPI de las ETC y
NHS) (“separadores”).5,
16, 29
Las Guías ATS/ERS/JPS/ALAT de 2022 no consideran
si el agravamiento de los síntomas es evaluado por un solo observador o
varios, ni tampoco mencionan las comorbilidades asociadas.1
Pero destacan que el empeoramiento debe darse a lo largo de un
año y sin una causa subyacente que lo explique. No se menciona
claramente cómo se mide el empeoramiento clínico, aunque
establecen las diferencias clínicamente significativas para las escalas
de disnea y tos que están validadas para este grupo de enfermedades.1
Finalmente, el Consenso Europeo estipula que es necesario
diferenciar la FPP al inicio de la evaluación del paciente con
síntomas que empeoran e imágenes típicas, de aquellos que
progresan a pesar del tratamiento inmunosupresor.2
Por todas estas razones, creemos que hace falta
consensuar mejor a través de estudios aleatorizados el eslabón
clínico de la definición de FPP y establecer acuerdos para
determinar si existen predictores clínicos de progresión en el
grupo heterogéneo de enfermedades que constituyen la definición
de la FPP. Es importante un abordaje clínico multidisciplinario en la
FPP para poder realizar adecuados diagnósticos diferenciales, de las intercurrencias de las patologías que engloban a la
FPP, antes de definir la progresión clínica de la misma (por
ejemplo, insuficiencia cardíaca, hipertensión pulmonar,
infecciones pulmonares, exacerbaciones, etcétera).
La Tabla 1 resume los problemas que se presentan en
relación con el establecimiento de criterios clínicos.15
B. Criterios funcionales
La definición inicial de Cottin
fue evaluar la progresión por veinticuatro meses y desde el punto de
vista funcional definirla por uno de dos criterios:6
1. Disminución relativa de la FVC igual o mayor
del 10 %, o disminución relativa de la FVC entre el 5 %-10 % asociada a
deterioro clínico o tomográfico.
2. Disminución relativa de la DLCO mayor del 15 %.
Pero otras definiciones han sido usadas en diversos
estudios clínicos de la FPP (Tabla 2).4, 6, 12.
B.1. Declinación de la FVC
La fuerza necesaria, tanto inspiratoria como espiratoria,
para lograr una maniobra de capacidad vital es relativamente baja. Es necesaria
la acumulación de suficiente cantidad de tejido fibroso que produzca
una disminución de la distensibilidad pulmonar
significativa para que la capacidad vital (VC) empiece a disminuir. Sin embargo,
esto es suficiente para obliterar capilares pulmonares y ocasionar hipoxemia.
Es en este contexto, que las imágenes o el deterioro del intercambio
gaseoso se manifiestan antes que el descenso de la VC y son los estudios de
elección para la detección temprana, aunque ambos métodos
han tenido problemas en cuanto a la estandarización.30
Por el contrario, la espirometría
es un estudio altamente estandarizado, con una amplia disponibilidad y de muy
bajo costo. Sin embargo, como hemos visto, el descenso de la FVC es un
fenómeno asociado, pero no la causa fisiopatológica de la
insuficiencia respiratoria inicial.
El otro problema radica en la dispersión en el uso
de ecuaciones de predicción entre diversos centros e, incluso, dentro
de un mismo centro.31 Tanto la
falta de rigor en la ejecución de las pruebas, como la diversidad en la
ecuación de predicción traen problemas cuando se desea valorar la
evolución funcional sobre la base del porcentaje del predicho. Por eso
sería recomendable usar la misma tabla de valores predictivos a lo largo
del seguimiento de cada paciente31.
El uso de un valor absoluto de la FVC evitaría depender de la
ecuación de predicción seleccionada,
pero haría más difícil la detección del deterioro
en pacientes antropométricamente pequeños (sexo femenino, talla
baja, ancianos o sus combinaciones), posiblemente soslayando muchos casos. Por
el contrario, la declinación de valores absolutos sería
más fácil de observar en sujetos antropométricamente
grandes (sexo masculino, talla alta, jóvenes, etc.), haciéndolos
susceptibles de sobreprescripción.
Dentro de las EPID, pueden observarse diferentes
velocidades de progresión.1, 10, 11 Pero también se han
descripto dentro de las patologías englobadas en la definición de
la FPP.32
Es posible que aquellas más lentas se vean expuestas a una
mayor tasa de eventos adversos por el tratamiento que exceda sus beneficios.
De manera que la velocidad de progresión debería ser un marcador
universal, independientemente del descenso total de la FVC. Por supuesto, para
ser significativa, debería exceder no solo la variabilidad del
método, sino también la declinación natural con la edad
(20-30 mL/año). Es decir, el deterioro entre
dos mediciones debe ser superior a 150 mL más
30 mL por cada año comprendido dentro del
intervalo entre ambas mediciones. Por ejemplo, si un paciente tiene un
intervalo de tres años entre mediciones, debería haber un
descenso mayor de 240 mL (150 + 30 × 3) para
atribuirlo a la propia enfermedad.
La última recomendación de
interpretación de espirometría
considera como significativo un cambio posbroncodilatadores
con una diferencia ≥ 10 % de la variable en estudio.33 Esto difiere de lo recomendado
en previas ediciones, justamente por lo expuesto. Aun en ausencia
todavía de estudios longitudinales, la lógica y la
bioestadística indicarían que este abordaje debería ser el
más razonable, aunado al uso de umbrales de decisión y gravedad.
Por ejemplo, «si la FVC es menor que cierto valor, entonces es conveniente
instaurar tratamiento, aun en ausencia de síntomas», esto basado en
estudios que hayan demostrado un incremento sensible de la mortalidad o un
deterioro de la calidad de vida a partir de dicho umbral.
Otro párrafo aparte merece la
nomenclatura. El uso del porcentaje del valor teórico ha demostrado
estar sujeto a sesgos, sobre todo en pacientes añosos (justamente los
más afectados por las patologías intersticiales). El uso de z-scores
debería imponerse también en este campo para la toma de
decisiones. Un reanálisis de estudios ya realizados,en el que se utilicen z-scores en lugar
del porcentaje del valor teórico sería conveniente, al tiempo que
futuros estudios que exploren este tema deberían ya incluirlo.
A pesar de estos sesgos que podrían
influir en el análisis de progresión funcional por FVC, es la
variable más usada en los estudios clínicos de seguimiento de
las EPID, porque está asociado a pronóstico.9, 27, 28
El Comité Redactor de las Guías ATS/ERS/JRS/ ALAT ha elegido el
cambio en valores absolutos de la FVC > 5 % en un año como criterio
de progresión funcional de la FPP, habiéndolo extrapolado de la
evidencia acumulada de la FPI debido a su poder predictor sobre la mortalidad.1
Sin embargo, algunos estudios clínicos han usado cambios relativos de
la FVC.34, 35 Hay que tener precaución sobre la
definición del cambio de uso de valores absolutos vs. relativos de FVC.
El considerar los cambios en valores absolutos restringe la definición
de progresión en la nueva definición de la FPP.1
Se puede calcular sobre la base de los mL de FVC o el porcentaje del predictivo de FVC.
Por ejemplo: paciente con artritis reumatoide
y EPID (HRCT patrón UIP), que ha comenzado seguimiento funcional con FVC
= 70 % del predictivo y al año tiene FVC = 64 % del predictivo.
– Por criterio de declinación absoluta
(>5%) de las actuales guías:1 inicial 70 %-64 % = 6 %. Por
lo tanto, declinó para ser considerado criterio funcional para FPP.
– Por el anterior criterio de
declinación relativa (>10%). Para este ejemplo debería tener
al año FVC < 63 % como umbral de corte de progresión. Se
obtiene de calcular el 10 % del 70 % (es el 7 %). Entonces el valor que
debería definirse como «progresión» sería: 70 % – 7 % = 63
%. Por lo tanto, es claro que considerar el anterior criterio de
declinación “relativo” para definir la progresión funcional era
menos restrictivo.
Los distintos estudios clínicos con antifibróticos han usado definiciones diferentes de
los criterios usados de progresión funcional.4, 12-15
Además, no está definida para
este modo de progresión la diferencia mínima clínicamente
significativa (DMCS) para FVC en cada una de las EPID, lo que recuerda que
todos estos puntos de corte de progresión son extrapolaciones tomadas de
la FPI para estas otras EPID que progresan.
La progresión natural de la EPID lleva
a la hipoxemia (insuficiencia respiratoria tipo I) por disminución del
área disponible para la hematosis, causada por la obliteración
progresiva del lecho vascular pulmonar dentro del tejido fibrosado.
La presencia adicional de hipercapnia (insuficiencia respiratoria tipo II) es
un fenómeno que se observa en los estadios terminales del cuadro. Esta
se produce no solo por disminución del tamaño pulmonar, sino por
el incremento de la elasticidad del parénquima, que determina una mayor
presión transpulmonar necesaria para movilizar
volumen corriente.36, 37 Lo expuesto explica por qué el uso
de oxígeno en dosis crecientes es el tratamiento final en esta entidad y
también por qué han fracasado la mayor parte de los intentos por
ventilar de manera invasiva o no invasiva a estos pacientes.38-40
De manera que la medición del
intercambio gaseoso, debería ser, desde el punto de vista fisiopatológico,
el objetivo para el seguimiento en estos pacientes.
B.2 Declinación de DLCO
A pesar de que la DLCO (corregida por hemoglobina)
ha demostrado ser un fuerte predictor en diversas EPID, no ha sido usada como
objetivo primario o secundario en el desarrollo de estudios clínicos.57,
58 Varios factores han contribuido: menor disponibilidad de centros que
la realicen, variabilidad de las mediciones intrapaciente,
mayor operador-dependencia de errores en la técnica, diversas
técnicas de medición, variablidad entre
las tablas de valores predictivos y la falta de evidencia para ser usado como
predictor de evolución.41, 42 La ausencia de la
corrección por hemoglobina es uno de los hallazgos más frecuentes
entre los errores de informe de la DLCO.
La decisión de introducir este
criterio, a pesar de ser menos específico que la FVC o HRCT, y con estas
consideraciones técnicas, incluyó, además, descartar otras
causas de empeoramiento de la DLCO, como podría ser la enfermedad
vascular pulmonar, antes de adjudicarlo a progresión de la EPID. Por
ello, entre otros, deberían solicitarse estudios, como la HRCT o ecocardiograma
Doppler.
La mayor especificidad en la
justificación de la progresión podrá estar dada por la
caída simultánea significativa de la FVC o la progresión
en la HRCT. Sin embargo, el valor dado por la guía de la
ATS/ERS/JRS/ALAT es que la declinación en valores absolutos, con un
umbral prefijado para la DLCO mayor que la FVC (>10%) solo, ya de por
sí junto con un criterio clínico o tomográfico,
puede dar la definición de progresión, esto es,
en un pie de igualdad a la caída de la FVC.1
También aquí las guías de la
ATS/ERS/JRS/ ALAT definen el cambio para definir progresión en valor
absoluto y no relativo.1
Por ejemplo: un paciente con sarcoidosis
y criterios tomográficos de FPP, que parte
con el 60 % del valor predictivo de DLCO en la visita inicial podría ser
determinado como progresión:
– Por criterio de declinación absoluta: Si la DLCO
al año es el 50 % o menos (60 % – 50 % = caída de 10 puntos) de
valor absoluto.
– Por criterio de declinación relativa (umbral
>10 %): 6 % de caída (10 % del 60 %) sería el valor que usar
como umbral de declinación, por lo que un valor del 54 % o menor (60 % –
6 % = 54 %) hubiese calificado de progresión.
Nuevamente se observa cómo usar valores absolutos
restringe el criterio de definición de progresión.
Además, no está definido para este modo de
progresión la DMCS para la DLCO en cada una de las EPID;
recuérdese que todos estos puntos de corte de progresión son
extrapolaciones tomadas de la FPI para estas otras EPID que progresan.
No obstante las dificultades mencionadas previamente,
esta variable se ha utilizado en los estudios clínicos, como la medida
absoluta de DLCO sin corrección por la ventilación alveolar (VA),
lo cual podría aumentar la colinealidad con la
FVC (ver más adelante) y ser menos precisas las conclusiones en
esos estudios, Una opción podría ser usar la KCO (DLCO/VA) en los
casos en que la ventilación alveolar (VA) esté disminuida.
Debido a la variabilidad del método, sería
deseable tomar como marcador de progresión un valor mayor de cambio en
comparación al de la FVC, ya que es un estudio con menor
precisión.
Finalmente, la variabilidad metodológica ha sido
tema de debate por largos años. Varios trabajos han demostrado las
diferencias entre centros en los resultados, particularmente para DLCO, al
punto que las recomendaciones de 2005 ya indicaban que las mediciones seriadas
deberían ser efectuadas en un mismo centro (incluso en un mismo equipo)
para evitar errores en la toma de decisiones.43 Esta variabilidad
ha sido la que impulsó el uso generalizado de la FVC en los estudios
clínicos de FPI, ya que dicha falta de precisión implica la
necesidad de controles de calidad más costosos, y un reclutamiento
más grande con mayores costos y tiempos.44, 45
B.3 Declinación en la prueba de caminata de 6 minutos
Inicialmente se propuso a la PC6M como uno de los
criterios para definir el deterioro clínico (descenso de más de
cincuenta metros del predicho).6 Esto no debería sorprender,
ya que múltiples estudios han demostrado correlación entre la
distancia caminada en 6 minutos (6MWD) y el estatus clínico,
independientemente de la patología.46-49 Un descenso en la
distancia caminada en 6 minutos puede deberse al avance de la enfermedad, pero
también al agregado o progresión de hipertensión pulmonar,
de insuficiencia cardíaca, de desacondicionamiento
con pérdida de masa muscular o la propia motivación del paciente.
Todas ellas son condiciones asociadas en enfermedades crónicas
progresivas.53 De manera que la PC6M puede ser un índice
clínico, pero difícilmente pueda indicar la oportunidad de
utilizar un tratamiento antifibrótico.
Dado que el deterioro del intercambio gaseoso es un
marcador cardinal de estas patologías, y que la SpO2 basal o en
ejercicio se ve afectada, su seguimiento ha sido postulado.53 Pero
el uso de SpO2 en cualquiera de sus variables (basal, final, nadir, delta,
etc.) tiene como principal limitación su poca sensibilidad para cambios
tempranos de la enfermedad, que son manifiestos solo con el avance hacia una
gravedad marcada.53 Algunos estudios han postulado el descenso de la
saturación de oxígeno (SpO2) durante la PC6M, y esto ha sido
utilizado como parámetro de seguimiento.50 Pero existen
diversos problemas que limitan su utilidad y confiabilidad. Por un lado, la importante
diversidad en la calidad de los oxímetros.
Esto depende no solo de la calidad del sensor, sino también del
algoritmo de lectura y promediación. En un
mismo instante y paciente, dos oxímetros
pueden alcanzar diferencias de hasta siete puntos porcentuales en sus
mediciones. Otro factor es que, por la morfología de la curva de disociación
de la hemoglobina, el intercambio gaseoso puede disminuir hasta un 30 % antes
de que eso se traduzca en desaturación
significativa.51 En este contexto, es más sensato medir la
PaO2 en reposo o la DLCO. El problema es que la primera es relativamente
invasiva y está sujeta a sesgos por problemas preanalíticos
(oxigenación de la muestra, retraso en el procesamiento, mezcla con
sangre venosa).52 En tanto, la DLCO ha demostrado ser un estudio
confiable y reproducible en estudios controlados y en las guías, pero su
confiabilidad es relativa cuando se comparan los resultados de diferentes
centros. Por este motivo, varios estudios clínicos han intentado prescindir
de ella en un intento de simplificar la detección, ampliar el
reclutamiento de centros de investigación y disminuir costos.
De manera que, al igual que la PC6M, la SpO2 puede ser de
gran utilidad clínica, pero de escasa resolución para establecer
decisiones por sí misma.
B.4. Puntos finales compuestos
Los puntos finales compuestos podrían ser una
alternativa válida por explorar en futuros estudios en la FPP, cuyo
objetivo principal fueran los eventos, ya que las enfermedades involucradas
producen daño en diversas formas.54 Los resultados
podrían representar los efectos globales del tratamiento y, en algunos
casos, podría disminuir el tamaño de muestra necesario para
alcanzar el número de eventos deseados. Sin embargo, los componentes del
punto final deberían cumplir con algunas características. Cada
uno de los eventos que componen el punto final deben tener un peso similar (si
existe un evento en mayor proporción que otros podría tener una
interpretación errónea) y si existe colinealidad
debe ser mínima.54 La colinealidad
se produce cuando existe relación entre las variables medidas (en
modelos de regresión representan un problema importante). En este caso,
si los puntos finales están relacionados se corre el riesgo de valorar
el mismo parámetro de dos maneras diferentes y podría forzar
resultados que no son los adecuados.54 Los componentes
podrían vincular diferentes factores fisiológicos y mostrar
diferentes dominios de la enfermedad, por ejemplo, los cambios en FVC y 6MWD.
El primero refleja fundamentalmente el progreso de la fibrosis y el segundo los
cambios en diversos componentes (pulmonar, vasculatura
pulmonar, musculatura esquelética, cardiovascular, etc.). Las dos
mediciones podrían empeorar en forma independiente, aunque por la
relación entre las dos pruebas puede existir un mínimo de colinealidad. En cambio, entre la FVC y DLCO, la colinealidad es más marcada ya que representan
eventos similares en el desarrollo de la enfermedad intersticial.
Por todo ello, se establecen así importantes problemas
a la hora de valorar el deterioro funcional y que deberemos tener en cuenta
(Tabla 3).
B.5 Generalidades
Otros factores por considerar de la
declinación funcional en la vida real
La vida real no es un estudio clínico y deben tenerse
en cuenta otros factores. En nuestro país hay diferencias de
funcionamiento acreditadas entre laboratorios pulmonares y los pacientes al
consultorio, no pocas veces, suelen traer pruebas en el tiempo de diferentes
lugares, y nosotros deberíamos definir si hubo progresión o no.56
– Acreditación de centro: Operador capacitado,
estándares de bioseguridad, equipos validados, calibración
diaria.
– Uso de los mismos predictivos a lo largo del
seguimiento en cada paciente.
– Diferencias en las tablas de valores predictivos para
los indicadores de función pulmonar en cuestión (hasta el 10 % en
FVC).43, 56, 57
Interesantes estudios retrospectivos y prospectivos no
consideran, ni en la metodología, ni en el análisis y
discusión, estos diferentes factores importantísimos
que de por sí solos explicarían diferencias en los indicadores
entre los diferentes centros participantes.22, 23, 26
Dados los escasos estudios prospectivos y la
heterogeneidad de la población incluida, probablemente sea muy
prematuro todavía establecer los valores de función pulmonar
sugeridos por las guías como definitivos.
Nuestra sugerencia es que las pruebas de función
pulmonar sean realizadas, en centros debidamente acreditados, que cumplan con
los estándares de calidad, operador entrenado y certificado, y que la
evolución y seguimiento sea siempre con el mismo equipo y en el mismo
lugar para disminuir los sesgos descriptos.
Se deberá esperar mientras tanto mayor
cantidad de investigaciones prospectivas para determinar qué umbrales
de declinación de indicadores de función pulmonar (FVC y DLCO)
son determinantes para definir la progresión, solos o en conjunto, con
otros criterios clínicos o tomográficos,
y la ventana de tiempo a evaluar si es que todo puede ser caracterizado como one size fit all o no.
Mortalidad, marcadores
subrogantes y variabilidad en FVC
La mortalidad es considerada una de las
variables más robustas para evaluar la eficacia de las drogas en los
ensayos clínicos de FPI.58 Hasta el momento existen pocos
estudios que han demostrado beneficio en la mortalidad en esta
población, sin embargo, debe considerarse que, por los criterios de
elegibilidad, los pacientes reclutados tienen enfermedad leve a moderada con
tasa de mortalidad a uno y dos años del 6,6 % y del 13,7 %,
respectivamente.59 Por esta razón para poder utilizar este
punto final son necesarios ensayos clínicos más prolongados en el
tiempo, lo cual parece a priori complejo por el costo del estudio, las
pérdidas de seguimiento y la aparición de nuevas terapias entre
otras dificultades. La menor mortalidad de los pacientes con FPI que participan
o no de ensayos clínicos (23 % y 44 %, respectivamente) puede reflejar
el tipo de población que se ingresa en los estudios (con menores
comorbilidades) y afectar la validez externa de las conclusiones de los
estudios, incluso los pivotales. La FVC es
considerada un predictor de mortalidad y por lo tanto, su medición
podría anticipar si el paciente con determinado tratamiento puede
mejorar su sobrevida a mediano y largo plazo. Es necesario considerar
qué representa esta variable, si el nivel de fibrosis o la mortalidad o
ambas. Si está representando la mortalidad podríamos tener
algunas dificultades en su aplicación tanto en la práctica diaria
como en investigación.
La tasa de declinación esperada en el
análisis de los grupos placebo en los ensayos clínicos de FPI ha
mostrado que el deterioro de la función pulmonar en pacientes con
enfermedad leve a moderada que recibían placebo fue de aproximadamente
150-200 mL/año.60-62 Sin embargo,
el comportamiento fue muy variable entre los individuos. Algunos de ellos
progresaron rápidamente y otros se mantuvieron estables durante el
ensayo, lo cual sugiere que los modelos planteados son malos predictores de enfermedad.
La información de los pacientes en los estudios CAPACITY y ASCEND,
demostró que el cambio en la FVC fue muy variable y no predijo la
evolución a seis meses.60-62 Mientras que en los ensayos
INPULSIS, los pacientes tratados con placebo y FVC > 90 % o <90 % en la
evaluación basal tuvieron una disminución muy similar de la FVC a
las 52 semanas, lo que podría sugerir que los pacientes con FVC
conservada no deben considerarse como de bajo riesgo de progresión.62
En otras patologías autoinmunes, como
la esclerosis sistémica, se han documentado diferentes comportamientos
en la evolución clínica de la enfermedad (según el
patrón tomográfico y la presencia de
factores de riesgo de progresión). Por ejemplo, en estudios de esclerosis
sistémica existen otros puntos finales primarios; el tocilizumab
fue aprobado por la Food and Drug Administration para
enfermedad intersticial pulmonar en esclerosis sistémica con los
estudios FOCUSSED y FASSCINATE (utilizando una prueba para hipótesis
jerárquicas).63, 64 El objetivo primario fue la
mejoría de la piel evaluado con el índice (score) de Rodnan (no alcanzado), sin embargo, al observar una
estabilización de la FVC (objetivo secundario) en el período
abierto, a pesar de no estar diseñado el estudio para este objetivo, la
droga fue aprobada para esa indicación.64 En la artritis reumatoidea, el componente inflamatorio y el curso de la
enfermedad pueden influir en las evaluaciones funcionales.10, 11, 25, 26
Por estas razones, se pueden presentar los siguientes
inconvenientes metodológicos: 1) la tasa de declinación de la
función pulmonar puede ser diferente en pacientes con una misma
etiología o entre pacientes con diferentes diagnósticos. 2) El
fármaco debe demostrar que mejora la funcionalidad, teniendo en cuenta
la tasa de declinación esperada. Sin embargo, esta medición es
muy variable, incluso en un grupo con una misma patología. 3) El momento
de medición de la función pulmonar. En algunos casos para que el
efecto pueda ser mayor (ya sea por el mecanismo de acción de la droga o
por la enfermedad de base y sus tratamientos concomitantes) se requiere mayor
tiempo. Esto no implica peor o mejor evolución. Por lo tanto, si se mide
en un momento que no es el adecuado puede tener como resultado una mala
interpretación de los resultados. No todos los fármacos
actúan de la misma manera; si bien los datos observacionales y las
recomendaciones definen que la declinación se mide a las doce o
veinticuatro semanas, no necesariamente estos tiempos se repliquen en el
contexto de un tratamiento, sobre todo con blancos terapéuticos
diferentes a los ya utilizados.
¿Se puede utilizar una variable predictora de muerte como parámetro de seguimiento
de un tratamiento farmacológico? Si la variable, por ejemplo FVC,
pretende utilizarse como un punto final subrogado, se deberán tener en
cuenta algunas características que deben cumplir este tipo de
variables. La progresión del daño pulmonar puede ser lenta y su
valoración puede requerir de al menos doce meses de seguimiento. En los
estudios INPULSIS (pacientes con FPI, seguimiento de 52 semanas, con
evaluación de nintedanib) e INBUILD (pacientes
con FPP), alrededor del 15 % de los pacientes que recibían placebo
mantuvieron la FVC.14, 62 La forma de progresión va a
depender, entre otras variables, de la etiología y del fenotipo de cada
individuo. Por lo tanto, identificar a aquellas personas con progresión
lenta de los que tienen mayor riesgo de progresión rápida es importante,
tanto para la práctica diaria como para los ensayos clínicos.
¿Se puede considerar la FVC como un buen marcador
subrogante de mortalidad? La FDA aceptó la FVC como un marcador
subrogante de mortalidad basados en los hallazgos de correlación entre
la mortalidad y la FVC en la revisión de los datos de estudios
clínicos de nintedanib y pirfenidona
y la información de los estudios observacionales.28 Los
marcadores subrogantes son en general biomarcadores
capaces de reflejar un punto final clínico antes de que este se
produzca. Idealmente, los marcadores deben cumplir con características
que los pueden hacer confiables; primero deberían estar relacionados con
el proceso fisiopatológico de la enfermedad en estudio, de manera tal
que, antes de producirse el daño, el marcador cambia como
expresión del proceso. En segundo lugar, su valor se modifica en dos
sentidos, por lo que es capaz de mejorar si el punto final clínico
mejora o de empeorar si el evento clínico empeora; en algunos casos, se
confunden con los factores de riesgo o protectores que siempre varían en
un solo sentido. Por ejemplo, si el paciente presenta el factor de riesgo se
relaciona con peor evolución clínica, pero su ausencia no
informa sobre la mejor evolución. Tercero, deberían ser
reproducibles y de fácil interpretación, entre otras
características. Algunos de los biomarcadores
propuestos para FPI, como los genéticos, factores solubles en plasma, metabolómica, clínicos o de imágenes
no han sido validados y, en algunos casos, no están disponibles para la
práctica diaria. También es importante considerar que los diferentes
blancos terapéuticos se deben reflejar en la medición del biomarcador. Si el blanco terapéutico es posterior
en la vía fisiopatológica del daño, es probable que no se
refleje en las mediciones. Por lo tanto, un buen marcador subrogante puede no
ser útil para todas las estrategias y seguimiento de los tratamientos en
la práctica diaria. La FVC o la DLCO pueden comportarse como una buena
medida del grado de compromiso pulmonar, pero como marcador subrogante de mortalidad
puede plantear algunos cuestionamientos. De hecho, se continúan
investigando candidatos que permitan tener una medida más exacta para
cada patología.
Fenómeno de
regresión a la media
En las enfermedades crónicas con
exacerbaciones, pero con declinación progresiva, como es el caso de las
FPP, la regresión a la media podría representar la
mejoría del cuadro clínico como parte de la historia natural de
la enfermedad (propiedad inherente a cada patología sin
intervención).65 Por lo tanto, debemos hacer todos los
esfuerzos para poder diferenciar la mejoría por la intervención
farmacológica de la regresión a la media. Es esperable que, en
los ensayos clínicos aleatorizados, esta dificultad se resuelva dado que
tanto el grupo que recibe la droga en estudio como el comparador tienen el
mismo componente de regresión a la media cuando todos los participantes
tienen la misma etiología. Es complejo extrapolar la regresión a
la media de una patología a otra. Cuando se ingresan pacientes con
diferentes patologías en un estudio, la regresión a la media
puede comportarse como sesgo/confusor si las
etiologías no se distribuyen uniformemente entre los grupos
comparativos. Esto se extrapola a las diferentes enfermedades que
podrían entrar en la definición de FPP. Las exacerbaciones agudas
de la FPI se han observado entre el 2 % y el 16 % de los pacientes tratados con
placebo en un período de veinticuatro a sesenta semanas y la mortalidad
varió del 2,5 % al 13,3 % en un período de 28-96 semanas.60-62
C. Criterios imagenológicos
La Guía ATS/ERS/JRS/ALAT 2022
establece como criterios tomográficos de FPP:
– Incremento de la gravedad y
extensión de las bronquiectasias por tracción o bronquioloectasias.
– Incremento o aparición de nuevo
patrón en “panal de abejas”.
– Nuevo “vidrio esmerilado” con
bronquiectasias por tracción.
– Nuevas reticulaciones
finas.
– Mayor extensión o irregularidad de
las reticulaciones.
– Mayor pérdida de volumen pulmonar.
Se deben evaluar cortes transversales,
coronales y sagitales, de campos superiores, medios e inferiores. Se ha
considerado en el estudio INBUILD que la definición de progresión
es cuando el observador define un 10 % más de compromiso intersticial,
pero este concepto requiere de mayor valoración en otros estudios
clínicos.4 El principal inconveniente de la definición
imagenológica es la diferencia interobservador y la falta de concordancia entre los
especialistas en imágenes, sobre todo en patrón no UIP, razón
por la cual se propone el abordaje y discusión multidisciplinario para
mejorar la concordancia.5, 66 Sin embargo con el paso de los
años y los avances tecnológicos la concordancia interobservador se ha ido incrementando y mejorado el
índice kappa y la habilidad de radiólogos y neumonólogos
no especializados y especializados para identificación de patrones
tomográficos.67 Existe correlación diagnóstica
entre radiólogos expertos en ILD (kappa 0,86), con menor concordancia
en extensión de fibrosis y presencia de reticulaciones
que en presencia de “panal de abejas”, bronquiectasias por tracción y
fibrosis (intervalo kappa entre 0,63-0,84).68
El patrón de UIP en la NHS tiene
correlación con la caída funcional importante como en FPI,
así como también en artritis reumatoidea
con UIP fue un factor fuerte de progresión.69, 70
Es importante destacar que es fundamental el
descarte de diagnósticos alternativos, como infecciones pulmonares,
insuficiencia cardíaca y tromboembolismo de
pulmón para considerar progresión tomográfica.
Con relación al intervalo temporal de la tomografía es necesario
destacar que no hay estipulada una periodicidad determinada. Debería
evaluarse la clínica y el deterioro funcional, pero se coincide en que,
por lo menos, sería conveniente realizar una tomografía anual.1,
2
En 2008, Goh y col.
establecieron un método cuantitativo para evaluar la extensión de
la fibrosis por HRCT en enfermedad intersticial relacionada con esclerodermia
que determina enfermedad limitada <20 % y extensa >20 %, e involucra
también la FVC para la clasificación.71 El grado de
extensión de la enfermedad se mide en cinco cortes (grandes vasos, carina, confluencia de venas pulmonares, mitad entre el
tercer y quinto corte, y por encima del hemidiafragma
derecho).71
Se están produciendo nuevos avances en
los diagnósticos tomográficos con el
advenimiento de la inteligencia artificial.66 El programa CALIPER
permite diferenciar entre FPI y fibrosis en ETC (ya que observa diferencias en
los volúmenes periféricos de reticulación
–mayores en IPF que en ETC– y el volumen de las estructuras vasculares pulmonares).72,
73 En FPI estos dos marcadores cuantitativos se relacionan con deterioro
funcional.72 Para FPP están emergiendo escalas que combinan
índices de bronquiectasias por tracción y reticulación
que se relacionan con pronóstico y evolución.6, 20 Además,
se ha agregado como parámetro pronóstico la pérdida de
volumen del lóbulo inferior74. Todos los trabajos con
inteligencia artificial e interacción con el radiólogo
requerirían validación posterior a la curva de aprendizaje.
Es remarcable el impulso que le ha dado un
grupo de radiólogos encabezado por Simon Walsh a la utilización de inteligencia artificial
para la evaluación de la exactitud pronóstica
de un algoritmo de aprendizaje profundo (SOFIA-Systematic
Objetive Fibrotic Imaging Analysis algorithm).6
Entrenado y validado en la identificación de UIP en una cohorte de
pacientes con FPI del registro nacional británico, ha sido usado para
identificar la extensión y probabilidad de diferentes patrones de UIP
comparando a la evaluación por radiólogos expertos.75
Otra técnica en evaluación para progresión de intersticiopatía es la resonancia magnética
(RMN).1, 76 Sin embargo, la convencional tiene poca utilidad, pero
se está investigando la utilidad de la RMN de perfusión pulmonar
con angiorresonancia.76
Es importante la utilización conjunta
de métodos cuantitativos y cualitativos para la evaluación de
HRCT en FPP para poder diagnosticar y evaluar la progresión de la
fibrosis de las diferentes entidades que conforman la FPP.72
Para concluir, a lo largo de los años
se contrapusieron y se complementaron los métodos cuantitativos y
cualitativos para la cuantificación tomográfica
de FPP sin lograr predominancia ninguno de los dos; se recomienda la
utilización de ambos métodos como complementarios.
En la vida real, en nuestra región,
existe una gran dispersión de criterios para caracterizar cada signo tomográfico relatado, lo que agrega un problema
adicional, además de la heterogeneidad y actualización de los
equipos tomográficos que realizan los
estudios y el déficit de entrenamiento de los radiólogos en
definir los patrones tomográficos
intersticiales. Sin duda, los programas de educación médica
continua de las sociedades científicas interesadas, serán el
aporte más próximo y eficaz en la evaluación de
progresión tomográfica como criterio imagenológico para definir la FPP, así como
la identificación de los centros de imágenes que poseen equipos
apropiados.
En la Tabla 4, se establecen las dificultades
en la valoración del deterioro por imágenes para definir los
criterios actuales de FPP.
Como conclusión, los criterios para
definir a las enfermedades fibrosantes pulmonares
progresivas están en constante evolución. Se analizaron
críticamente cuáles son las valoraciones que deberíamos
hacer para definir la progresión de enfermedad en los criterios
clínicos, funcionales e imagenológicos.
Seguramente se deberán todavía validar muchos aspectos detallados
en este manuscrito en futuros estudios clínicos prospectivos y
controlados de los índices analizados, por lo que su
interpretación actual debe ser analizada a la luz de los factores que la
afectan.
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