Autor : Sívori Martin1-2
1 Centro Universitario de Neumonología, Facultad de Medicina. Universidad de Buenos Aires. 2 Unidad de Neumotisiología. Hospital Gral. Agudos Dr. J. M. Ramos Mejía. Buenos Aires.
https://doi.org/10.56538/ramr.CXYQ1701
Correspondencia :Martín Sívori: E-mail: sivorimartin@yahoo.com
Un
poco de historia
El
asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) son enfermedades
heterogéneas obstructivas de la vía aérea, cuyas fisiopatologías distan mucho
de ser completamente comprendidas aún hoy en día.
A
más de 60 años de la generación, casi simultáneamente, de dos hipótesis sobre
la génesis del asma y la bronquitis crónica asociada a la EPOC y, a pesar del
tiempo transcurrido, con enfrentamientos a veces personales y apasionados, se
las ha presentado generalmente como hipótesis contrapuestas: la afirmación de
una, negaba la otra, y viceversa.1-8
Más
de seis décadas han pasado desde entonces, y el objetivo de este manuscrito es
revisar qué conceptos han quedado firmes con el paso del tiempo a la luz de
las recientes investigaciones y que, a juicio del autor de este manuscrito, han
sido relevantes.
¿Qué
decía la hipótesis británica?
A
principios de la década de 1950, la EPOC como tal no estaba descripta y Lynne McA Reid
y Mc Lean asociaron al tabaquismo a la presencia de broncorrea, tos crónica, a
cambios de la defensa mucosa bronquial, a la colonización bacteriana e
infecciones frecuentes que llevaban a la génesis de la bronquitis crónica
obstructiva. A esta hipótesis se la conoció como “hipótesis británica” (Figura
1).1, 2
¿Qué
decía la hipótesis holandesa?
Debido
a que el asma y la EPOC comparten algunos aspectos comunes, entre 1961 y 1964,
el Dr. NG Dick Orie propuso desde su tesis doctoral
en la Universidad de Groningen, Holanda, que el
asma, la bronquitis crónica y el enfisema eran expresiones fenotípicas de la
misma enfermedad y que evolucionaban una a otra a medida que se envejecía en
relación con diferentes factores: Bronchitis
and Asthma may be found in one patient
at the same age but as a rule there is a fluent
development from bronchitis in youth to a more asthmatic picture in adults, which in turn develops
into bronchitis of elderly patients (Figura 2).3, 4
A
raíz del interés que despertó tan osada hipótesis, se generó en 1962 un
Simposio Internacional en “Bronquitis Crónica”.5 De la relación entre factores
exógenos (medio ambiente, exposición a alérgenos y humo de tabaco) y endógenos
(atopía e hiperreactividad bronquial), se expresaría de forma diferente la
bronquitis crónica. Fue motivo de gran disputa entre investigadores del Reino
Unido, resto de Europa y Estados Unidos de Norteamérica hasta años recientes.5-10
Fue en 1969 que el Dr. Fletcher la
caratuló como la hipótesis holandesa.
A MÁS DE 60 AÑOS
DESPUÉS, ¿QUÉ NUEVA INFORMACIÓN HAY SOBRE LA HIPÓTESIS BRITÁNICA?
Cuando
se formuló la hipótesis británica, varios hechos no se conocían, o no con la
suficientemente profundidad como en la actualidad. Ellos son, a manera de
ejemplo, la evolución al concepto de pre- EPOC, la importancia de la presencia
de síntomas respiratorios en estadios tempranos de la EPOC, la caracterización
del fenotipo exacerbador frecuente y la importancia
de la microbiota respiratoria. Todos ellos en la
actualidad robustecen lo enunciado hace más de 60 años por Lynne
McA Reid.1
Síntomas
respiratorios crónicos
Si
bien los trabajos fundamentales de Fletcher y cols. demostraron que la bronquitis crónica (BC, tos y broncorrea
crónica) y la obstrucción al flujo aéreo crónica eran dos situaciones clínicas
separadas que podían estar asociados, y que no estaba relacionada con pérdida
acelerada de la función pulmonar, otros estudios más recientes han retomado
este concepto hasta llegar a la propuesta del estadio “pre-EPOC” que se
desarrollará en el acápite siguiente. La broncorrea está asociada a mayor
declinación del volumen espiratorio forzado del primer segundo (VEF1), y a mayor riesgo de
desarrollar EPOC en fumadores jóvenes con BC.11-14 También está asociada a mayor
número y gravedad de las exacerbaciones.15 Varios estudios de cohortes
han estudiado en personas con función pulmonar preservadas, la presencia de
síntomas respiratorios crónicos y su relación con la evolución hacia la EPOC.16-22
En el estudio SALPADIA-1, se observó que las personas con
broncorrea y función pulmonar casi normal (GOLD 1) presentaban mayor
declinación del VEF1 y
consumo de recursos de salud en seguimiento a 3 años.16 En el Copenhagen
City Heart Study, se
determinó a 5 años que el OR de la presencia de broncorrea como factor de
riesgo de EPOC era de 1,1 (0,9-1,4) y a 15 años 1,2 (0,9-1,6), sin embargo, la
broncorrea estaba asociada a mayor declinación del VEF1
y morbilidad (hospitalización, OR 5,3 para hombres, 2,9-9,6; y
5,1 para mujeres, 2,5-10,3).17 En la cohorte SPIROMICS, se
determinó que los sujetos fumadores con función pulmonar normal ya presentaban
aumento de celularidad inflamatoria en la mucosa
bronquial vs. controles.18 En la cohorte COPDGene, en fumadores con función pulmonar normal, se
determinó declinación acelerada de la función pulmonar.19 En la cohorte del Biobank del Reino Unido, 351 874 sujetos fueron seguidos a
9 años, y se relacionó la obstrucción al flujo aéreo con la presencia de
síntomas respiratorios.20 Se determinó, entre otros
factores, que el deterioro de la función pulmonar estaba asociada fuertemente
a la presencia de síntomas respiratorios y comorbilidades cardiovasculares (OR
ajustados 2 [95% CI 1,91-2,14], p < 0,0001) y 1,71 [1,64-1,83], p <
0,0001).20
El deterioro de la función pulmonar estuvo asociado a mortalidad
global (HR 1,61 [95 % CI 1,53-1,69], p < 0,0001) vs. controles.20
Sherman y cols. en 3948 sujetos seguidos
a 12 años, compararon aquellos con síntomas respiratorios (sibilancias
persistentes, tos crónica, expectoración crónica o disnea) o sin estos en
relación con el VEF1, y
ajustados por la exposición al tabaco y la altura. Los hombres con tos crónica
y las mujeres con expectoración crónica presentaron pérdida acelerada del VEF1.21 Lange
y cols., en un estudio en Copenhagen, de 13 756
seguidos a 10 años determinaron que la expectoración crónica estuvo asociado a
mayor mortalidad global débilmente (RR = 1,1 mujeres y 1,3 hombres), pero en
aquellos con obstrucción grave (VEF1 40%)
fue mayor (RR 4,2)22.
En la actualidad, la terapia sugerida por las guías GOLD está basada en la
clasificación matrizal ABE, según la presencia de
disnea, alteración de la calidad de vida y tipo y número de exacerbaciones.23
Sin embargo, se ignora por el momento la presencia de broncorrea
o tos crónicas o el grado de obstrucción bronquial en la decisión terapéutica.
El VEF1 es un factor
independiente de mortalidad, y fue usado como criterio de inclusión para el
desarrollo clínico de los actuales broncodilatadores de acción prolongada y
corticoides inhalados, y sus asociaciones en los últimos 20 años.24
Sin embargo, recientes investigaciones demuestran, a manera de
ejemplo, que no tienen la misma evolución un paciente GOLD A o B con leve o
grave obstrucción bronquial, sin embargo, esto no es tenido en cuenta por las
actuales recomendaciones de tratamiento farmacológico de las guías GOLD.25, 26
Han y cols., recientemente, en personas con exposición a tabaco
(>10 paquetes-año) y CAT > 10 (síntomas respiratorios), demostraron que
la doble terapia broncodilatadora de acción prolongada no mejora la calidad de
vida.27
Concepto pre-EPOC
Todo
lo históricamente reseñado arriba, es recientemente tomado por un grupo de
reconocidos especialistas internacionales que publicaron un documento donde
proponen retomar el concepto controvertido por las Guías GOLD 2001 del estadio
0 y cambiarlo por “pre-EPOC” en pacientes que no cumplen criterios actuales
GOLD de EPOC, basado en tres dominios:28-30
A.
Clínica: La presencia de broncorrea, tos, disnea y exacerbaciones.
B.
Funcional. Pacientes con relación VEF1/
FVC mayor de 0,7 posbroncodilatadores, pero con
signos de atrapamiento aéreo en la medición de volúmenes pulmonares o
disminución de la DLCO (difusión de monóxido de carbono) o signos de
obstrucción de la pequeña vía aérea.
C.
Imágenes: Presencia en la tomografía computarizada de tórax de enfisema centrolobulillar, engrosamiento de las paredes bronquiales
de la vía aérea mayor o signos de compromiso de la pequeña vía aérea.
Microbiota y las enfermedades
respiratorias
La
comunidad microbiológica de bacterias, hongos, virus y arqueas que habitan
nuestro cuerpo constituyen en su conjunto el “microbiota
humano” y, si consideramos la carga genética en su conjunto, se la nombra como
“microbioma humano”.31-33 Las vías aéreas no son
estériles y una comunidad de microorganismos la habitan e interaccionan con
nuestro organismo en equilibrio, en el estado saludable. Las vías aéreas
inferiores tienen menor biomasa de microorganismos debido a los nutrientes más
escasos y los mecanismos inmunológicos locales de aclaramiento mucociliar.31-33
Los microorganismos penetran desde la orofaringe
por microaspiraciones o dispersión a través de la
mucosa.31-33 Por ello, la microbiota respiratoria tiene una directa interacción con
la del tubo digestivo, especialmente la de la vía aérea superior.31-33
La interacción de ambas microbiotas
también se daría de forma sistémica a través de diversos metabolitos que las
bacterias intestinales afectan el sistema inmune sistémico. Pero no solo
involucran a las bacterias (las más estudiadas), sino también al micobioma y viroma pulmonar.31-33
Al desequilibrio en esta interacción huésped-microorganismos se
lo denomina “disbiosis”.31-35 Puede estar provocado por
antibióticos, alteraciones nutricionales o infecciones externas que alteran la
flora residente comensal benigna. Existe evidencia cada año más sólida de que
la alteración del microbioma tiene un papel en varias
enfermedades en las últimas dos décadas.31-35 Tanto en enfermedades de la
vía aérea como asma, EPOC o fibrosis quística, como en otras consideradas
ajenas a una relación con microorganismos tradicionalmente, como la fibrosis
pulmonar idiopática, el cáncer o distrés agudo
respiratorio del adulto.31-35 En asma, la exposición en edad
temprana a microorganismos tiene consecuencia en la sensibilidad a largo plazo.36
La
primera generación de estudios fue descriptiva y evaluó la secuencia génica de
16S rRNA para caracterizar los microbiotas
del tubo digestivo y respiratorio. Luego de los estudios in vitro e in
vivo en animales, comenzaron los estudios controlados en humanos para
evaluar la interacción huésped-microorganismo en las enfermedades. Están en
desarrollo estudios de consorcios académicos multicéntricos,
debido a la variabilidad poblacional y geográfica que influyen en los hallazgos
y la estandarización de métodos y análisis de datos multiómicos
más allá de las bacterias, que incluyen virus, hongos y arqueas. También se
debe tener en cuenta la variabilidad interindividual en el curso de la
enfermedad y la respuesta a los diversos tratamientos. Estamos en la puerta de
una nueva era de la medicina de precisión donde el microbioma
podría contribuir al entendimiento de nuevas formas de patogenia de
enfermedades, sus diagnósticos y tratamientos.32 La EPOC es un síndrome
complejo caracterizado por diferentes fenotipos, todos con común denominador
de la obstrucción crónica al flujo aéreo. La microbiota
en la EPOC difiere sustancialmente de la de los individuos controles sanos, que
se incrementa aún más durante las exacerbaciones.35 La dinámica de los cambios
obedece a múltiples factores, como son la heterogenicidad
fenotípica de la EPOC, los cambios fisiopatológicos, tratamientos impuestos
(corticoides y antibióticos), el tabaquismo y las exacerbaciones.35
El 40%-50% de las exacerbaciones son gatilladas por bacterias que
incrementan la inflamación y obstrucción de la vía aérea y la broncorrea. Los
géneros de bacterias involucrados más frecuentemente son Streptococcus,
Pseudomonas, Moraxella, Haemophilus, Neisseria, Achromobacter, Corynebacterium y
atípicos, como Mycoplasma pneumoniae y Chlamydia pneumoniae.35
En particular con respecto a la EPOC, la carga bacteriana está
relacionada con mayor incidencia de exacerbaciones y declinación de la función
pulmonar.36 Una determinada cepa genera
una respuesta inmune específica. La aparición de una cepa diferente aumenta el
riesgo de exacerbaciones.37 Bafadhel
y cols. determinaron diferencias fundamentales en la
inmunoterapia.38 El tipo de exacerbación puede ser
predicho durante la fase estable de la EPOC. En las exacerbaciones frecuentes,
el patrón tiende a repetirse. El fenotipo bacteriano se encontró en el 55% de
los casos; el eosinofílico, en el 29%; viral, 28%; y
el resto, paucinflamatoria. Los niveles de IL-6 y
IL-8 pueden predecir en los exacerbadores frecuentes
a los más proclives a exacerbarse.38 A su vez, las infecciones
virales pueden alterar el equilibrio del microbioma,
lo que incrementa la sensibilidad a infecciones bacterianas secundarias y exacerbaciones
asociadas.31-35 Las infecciones por virus sincicial respiratorio, influenza A virus y rhinovirus aumentan la expresión de moléculas de adhesión
bacterianas (por ejemplo, ICAM-1, PAFR, CEACAM-1) en las células epiteliales,
que promueven el desarrollo de H. influenzae, S pneumoniae y P. aeruginosa.39,
40 Los
virus respiratorios también deterioran el aclaramiento mucociliar
y dañan las células epiteliales, ya que alteran la primera barrera de defensa
de la mucosa del árbol respiratorio y permiten la invasión a través de ella de
bacterias patógenas.39, 40 Interesantemente, las
relaciones del microbioma del tracto gastrointestinal
en modelos animales, los metabolitos de bacterias comensales del tubo digestivo
protegen contra infecciones por virus respiratorios y, a su vez, otros
producidos por el microbioma respiratorio lo protegen
de infecciones bacterianas y virales.39,
40 Los
hongos como el género Aspergillus han sido como etiología de
exacerbaciones en asma, EPOC, fibrosis quística y bronquiectásicos.31
Infecciones
respiratorias y fenotipo exacerbador
La
historia de infecciones graves en la niñez está asociada a reducción de la
función pulmonar y presencia de síntomas respiratorios en la adultez.41 Existe
evidencia de que la infección por virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
representa un riesgo aumentado de desarrollar EPOC (OR 1,14, IC95% 1,05-1,25),
así como la tuberculosis.42,
43 Desde
los trabajos de Soler Cataluña y cols. donde se
demostraba claramente cómo tener 1-2 exacerbaciones en el año previo, o incluso
más, en comparación a no tenerlas presentaba un riesgo aumentado de mortalidad
y hospitalización44.
Donaldson y cols. demostraron que el subgrupo de
pacientes que se exacerban frecuentemente tiene un declive acelerado de su
función pulmonar.45 Pero, además,
todo ello, se asociaba a peor calidad de vida.46
El estudio ECLIPSE brindó información complementaria acerca de
cómo el subgrupo de pacientes exacerbadores
frecuentes en el año previo, a lo largo de tres años de seguimiento, tenían
más probabilidades de seguir exacerbándose, a la vez que lo inverso pasaba en
los que nunca se habían exacerbado.47 Las guías
GOLD a partir del año 2011 consideraron esta condición como fenotipo que
permitió calificar el mayor riesgo de morbimortalidad, y de condicionar su
tratamiento farmacológico especial.23
MÁS DE 60 AÑOS
DESPUÉS, ¿QUÉ NUEVA INFORMACIÓN HAY SOBRE LA HIPÓTESIS HOLANDESA?
Muchos
avances en el campo de la genética en asma y la EPOC, el impacto del desarrollo
neonatal en la función pulmonar, la exposición a gases de biomasa, la
presencia de hiperreactividad bronquial en EPOC, el fenotipo agudizador eosinofílico en la
EPOC (o superposición asma-EPOC) y el eosinófilo como
biomarcador tendrían o tienen implicancias en el
manejo actual. Han robustecido lo expuesto como hipótesis holandesa hace más de
60 años por Dick Orle.3-10
Avances en genética
en asma y EPOC
La
revolución en investigación genética ha sido de los más maravillosos y rápidos
avances en la comprensión de la fisiopatología y etiología de muchas
enfermedades, entre ellas del asma y la EPOC, en los últimos veinte años a
partir del desarrollo completo del Proyecto del Genoma Humano.
En
2011, Dirkje Postma retomó
el tema de cómo se debería ver la hipótesis holandesa a la luz de los avances
en genética y los factores ambientales comunes al asma y EPOC.48
A partir de la carga genética, los diferentes factores
ambientales (alérgenos, irritantes, tabaco, etc.), desencadenaban diferentes
velocidades de crecimientos fetales del tejido pulmonar y luego del nacimiento,
la genética en su relación con los factores ambientales (epigenética)
permiten expresar los diferentes fenotipos clínicos (Figura 3).48
Más de diez años después de la generación de la hipótesis
holandesa, Fletcher y Peto, en su famoso estudio,
habían determinado un grupo de personas que, por más que estuvieran expuestas
al humo de tabaco, no desarrollarían EPOC (“no susceptibles” los llamaron), y
otros que sí (“susceptibles”).11 Kaneko y cols. han revisado la
lista de genes comunes codificantes al desarrollo de asma y EPOC.49 Por lo menos
diez vías de señalización molecular han sido determinadas en la génesis
asociada del asma y la EPOC, y cada uno está relacionada con varios genes
regulatorios (Tabla 1).49 Más
recientemente, Agusti y Hogg
resumieron los veintidós genes que están más relacionados con el desarrollo de
la EPOC50.
Ellos son: TGFB2, PID1, RARB, EEFSEC, FAM13A, GSTCD, HHIP, TET2, DSP,
HTR4, ADAM19, AGER, ADGRG6, ARMC2, SFTPD, RIN3, THSD4, CHRNA5, CCDC101, CFPDP1,
MTCL1 y CYP2A6. Entre estos genes, se detallan los que se relacionan con
otra teoría famosa que explica también parte de la fisiopatología de la EPOC:
la de “proteasas y antiproteasas”.23,
39, 40, 50
Desde el siglo pasado, la acción de las proteasas y la
destrucción del tejido elástico pulmonar ha sido relacionada con el enfisema.23, 39, 40, 50 Las principales
proteasas son la elastasa del neutrófilo y la
proteinasa-3. Las proteasas serinas son potentes
estimulantes de la producción de muco e inducen
broncorrea en los pacientes con bronquitis crónica. Más recientemente, se ha
determinado que las metaloproteinasas MMP-1 y nueve derivadas
de macrófagos y neutrófilos están sobreexpresadas en
los pacientes con enfisema, e inducidas su síntesis por la acción del tabaco.23, 39, 40, 50 Sin embargo,
el tejido pulmonar normal está protegido de ellas por la actividad de las antiproteasas. El mayor inhibidor de las proteasas serinas es la proteína alfa-1 antitripsina,
una alfa-1 globulina. El modelo de origen genético del enfisema por déficit de
la alfa-1 antitripsina ha sido extensamente estudiado
y hoy posible de diagnóstico precoz y terapia sustitutiva con la proteína.23, 39, 40, 50 Otro factor
de importancia génica es la longitud acortada de los telómeros
que está relacionado con la mayor susceptibilidad del enfisema.51, 52 Morla y cols. en un interesante estudio controlado con personas normales
demostraron que la longitud de los telómeros se
acorta en los fumadores (p = 0,05), y en especial a mayor carga tabáquica
(p < 0,001), y con obstrucción bronquial.52
Incluso se ha determinado cuáles mutaciones del gen regulador de
la telomerasa conllevan mayor riesgo de enfisema,
fibrosis pulmonar idiopática, falla primaria en médula ósea y pérdida de pelo,
y se heredan con dominancia autosómica.52
Desarrollo neonatal y
función pulmonar
La
trayectoria de la evolución de las trayectorias del crecimiento de la función
pulmonar está establecida desde la gestación, nacimiento, infancia y
adolescencia.48,
53, 54 El
50% de los pacientes que desarrollan EPOC no estaría vinculada a aceleración
de la pérdida de la función pulmonar, sino a anormal crecimiento del pulmón
gestacional y en la infancia temprana.55
Los genes envueltos en el desarrollo pulmonar, junto con la
exposición materna al tabaco o gases de biomasa tienen importantes influencias
en el desarrollo de asma y EPOC.48,
56, 57 La
expresión de genes diferentes durante el desarrollo de la vía aérea uterina,
como la señal de los genes Wnt, ha sido asociada a la
disminución de la función pulmonar en la niñez y asma,58, 59 la aparición de hiperreactividad bronquial y
sensibilización alérgica en diferente grado, que desencadenan cambios
inflamatorios que retroalimenten el daño estructural de la vía aérea (remodelamiento, enfisema, enfermedad de la pequeña vía
aérea, inflamación bronquial y broncorrea, etc.) hasta llegar a la obstrucción
bronquial y expresar diferentes fenotipos.50
Del 4% al 12% de la población general no tiene el VEF1 que está
dentro del predicho para su género y edad; muchos de ellos tendrán limitación
al flujo aéreo y aceleración de la pérdida del VEF1, con incidencia más alta y a más temprana
edad, que coexistirán con enfermedades cardíacas y metabólicas y mayor
mortalidad.60 Así no llegar
al máximo VEF1 en la
adultez temprana identifica un grupo de mayor riesgo de desarrollar EPOC y
otras enfermedades prevenibles y tratables.61
Exposición a gases de
biomasa y contaminación ambiental
Si
bien la principal etiología de la EPOC en Occidente es el tabaquismo, en
pueblos rurales y zonas urbanas sin acceso a gas natural, la combustión de
biomasa (30%-75% combustión de biomasa es hogareña) es un reconocido factor de
EPOC, incluso en algunas ocupaciones laborales.23, 62-64 En el estudio PLATINO, el 12% de los pacientes
con EPOC y el 29,7% en el estudio EPOC.AR no tenían antecedentes de tabaquismo,
pero sí declaraban antecedente de exposición a gases de biomasa el 16% en
PLATINO y el 42% en EPOC. AR.65,
66 La
combustión de madera, estiércol, carbón vegetal, residuos de cosecha, libera
más de 250 compuestos orgánicos, líquidos volátiles y gases, el 90% en rango
inhalable (monóxido de carbono,amoníaco,
ácido cianhídrico, formaldehído, óxidos de nitrógeno y azufre, benceno,
hidrocarburos aromáticos policíclicos [benzopireno],
kerosene).23,
62-64 El
riesgo de EPOC es 2,44 ante la exposición a gases de biomasa. Se ha estimado
que la exposición de más de 100 h/año es suficiente para generar síntomas respiratorios
y más de 200 h/año obstrucción al flujo aéreo.62-64 La EPOC vinculada a la inhalación de gases de
biomasa tiene una diferente expresión fenotípica en comparación al del
tabaquismo. Se ha observado mayor presencia de síndrome de superposición asma-EPOC
e hiperreactividad bronquial, bronquiectasias, menor enfisema y más presencia
de bronquitis crónica e hipertensión pulmonar. En las pruebas funcionales
respiratorias menor compromiso del VEF1,
con menor deterioro anual de él y no tanto compromiso de la prueba de DLCO2.3, 62-64 En cuanto a
la relación entre el desarrollo de EPOC y la contaminación ambiental,
recientemente la Asociación Estadounidense de Tórax ha revisado toda la
evidencia, y la consideró todavía insuficiente como para establecer una
relación causa-efecto.67 Con respecto
al asma en niños existe fuerte evidencia de que la exposición prolongada por
contaminación ambiental del tránsito de dióxido de nitrógenoy
carbón negro está relacionada con la aparición de síntomas por asma, y sugestivo
en adultos, aunque aún insuficiente evidencia. En asma, la polución ambiental
de partículas de diámetro aerodinámico menor de 2,5 um
y el ozono, generan remodelación de la vía aérea y aumento de su incidencia y
gravedad.67
EPOC e hiperreatividad bronquial
Varios
estudios longitudinales han demostrado que el asma es factor de riesgo para el
desarrollo de obstrucción al flujo aéreo crónica y EPOC, como el de Tucson que
demostró doce veces más alto el riesgo, ajustado por la exposición al
tabaquismo.68 Incluso el
patrón de crecimiento de la función pulmonar en niños con asma está asociado al
desarrollo de EPOC a edad adulto temprana, hecho que ya había sido anticipado
por Dick Orie.3,
4, 69 Por
otra parte, en el European Community
Respiratory Health Survey, la hiperreactividad bronquial (HRB) es luego del
tabaquismo es el factor independiente más asociado al desarrollo de EPOC.70 La HRB no
necesariamente está asociada al asma y de forma independiente está asociada al
mayor riesgo de EPOC, mortalidad respiratoria y mayor declinación de la
función pulmonar en EPOC leve.71,
72
Fenotipo
superposición ASMA-EPOC o agudizador eosinofílico en EPOC
En
España, en el año 2012, Soler Cataluña y cols. publicaron
un documento sobre la superposición asma-EPOC.73
Las guías GESEPOC en ese mismo año incorporan el concepto,
estableciendo criterios mayores y menores. Se deberían cumplir con dos mayores
o un criterio mayor y dos menores.74 Los criterios
mayores fueron la prueba de broncodilatadores muy positiva (> 400 mL del VEF1
o >15% de incremento), eosinofilia
en esputo y antecedentes personales de asma. Los criterios menores fueron
niveles plasmáticos de IgE total elevados,
antecedentes personales de atopía y prueba con broncodilatadores al menos en
dos ocasiones con incremento del VEF1
> 200 mL o 12%.74
A partir del 2014, las guías GINA y GOLD incorporaron
simultáneamente el concepto fenotipo superposición asma-EPOC, teniendo en
cuenta que este subgrupo de pacientes tienen peor calidad de vida,
exacerbaciones frecuentes, deterioro acelerado de la función pulmonar, alta
mortalidad y consumo de recursos de salud.75
Dependiendo de los criterios usados, diferentes estudios
encontraron una prevalencia entre el 15% y el 55%, pero en la vida real
probablemente sea cercano al 15 %-20% de los pacientes diagnosticados en la
vida real en atención médica. Los criterios propuestos fueron edad mayor de 40
años, pero con síntomas en la infancia o juventud; disnea al esfuerzo
persistente pero variable; obstrucción a flujo aéreo no totalmente reversible y
variable; historia familiar, personal de alergias, atopías o asma; síntomas que
mejoran con tratamiento, pero que pueden progresar con mayor requerimiento de
él; presencia de exacerbaciones y comorbilidades; eosinofilia
en el esputo o neutrofilia. Se señaló la
problemática en los pacientes añosos y fumadores con antecedentes de asma de
hacer el diagnóstico diferencial entre ambas patologías, y se expresó a la
superposición ASMA-EPOC no como una nueva enfermedad, sino como la forma de
expresión fenotípica de enfermedades de la vía aérea, en las que subyacen
complejos mecanismos fisiopatológicos en simultáneo. Sin y cols. también
publicaron un documento de consenso sobre los criterios de definición la
superposición ASMA-EPOC, en el que reúnen tres criterios mayores y, por lo
menos, uno menor: los criterios mayores fueron persistente obstrucción al flujo
aéreo (VEF1 FVC
< 0,7 o del LLN) en individuos de 40 años o mayores; por lo menos, diez
paquetes-año de tabaquismo o exposición a biomasa o historia de asma antes de
los 40 años o respuesta a broncodilatadores en la espirometría
mayor de 400 mL del VEF1.76 Los criterios
menores fueron historia de atopía documentada o rinitis alérgica; respuesta de
broncodilatadores en la espirometría mayor a 200 mL del VEF1
y el 12% del basal en dos más ocasiones; eosinofilia
mayor de 300 cél./ul.76
En la evolución del concepto, las guías GESEPOC a partir de la
edición 2021 abandonan el concepto de ACOS y detallan que el fenotipo agudizador contiene una forma eosinofílica
(antiguo ACOS) y no eosinofílica.77 Se definió
como fenotipo agudizador a todo paciente con EPOC
que presente en el año previo dos o más agudizaciones ambulatorias, o una o más
agudizaciones graves, que precisen atención hospitalaria. Estas exacerbaciones
deben estar separadas al menos cuatro semanas desde la resolución de la
exacerbación previa o seis semanas desde el inicio de los síntomas para
diferenciar el nuevo evento de una recaída o de un fracaso terapéutico,
considerando la eosinofilia como mayor de 300 cé.l/ul.77
Eosinofilia como biomarcador en asma grave y EPOC, y tratamiento
El
eosinófilo como célula está involucrado en complejas
funciones de la inmunidad innata y adaptativa a infecciones (bacterias, virus,
hongos y parásitos), e involucrado en la patogénesis de neoplasias y
enfermedades alérgicas.78,
79 Es
una célula multifuncional que interactúa con variadas células (linfocitos TH0,
basófilos, endoteliales, macrófagos, plaquetas, fibroblastos y mastocitos), liberando moléculas y mediadores variados, con
propiedades proinflamatorias, citotóxicas,
quimioatractivas, proadherentes,
regulación de la permeabilidad vascular y broncoconstrictoras.23,78-80 Diversos factores afectan la variabilidad del
número de eosinófilos en sangre periférica, pero
pareciera ser mayor que valores más altos, y despreciable con <100
células/uL.80 En EPOC, el
número de eosinófilos en sangre periférica están en
directa relación con la magnitud del efecto de los CI sobre la prevención de exacerbaciones.23, 80, 82 Por debajo de
100 células/ul no habría tal efecto. Por arriba de
300 células/uL sería el mayor efecto buscado. Entre
100 y 300 se deben buscar otros predictores de respuesta.23, 80, 82, 83 En los pacientes con exacerbaciones frecuentes,
las Guías GOLD sugieren para inicio de tratamiento a los LAMA como monoterapia
para escalar a LAMA/LABA o LABA/ICS.23
Se prefieren estos últimos en pacientes con historia de asma,
una exacerbación grave en el año previo o eosinofilia
mayor de 300/ul.23 Si han tenido
más de dos exacerbaciones moderadas o uno con hospitalización en el año previo
con más de 100 eosinófilos/ul,
pueden ser tratados con ICS/ LABA.23 Los que están
tratados con LAMA/LABA y siguen exacerbándose pueden escalar en caso de tener esos
factores a triple terapia.23 Entre 100 y
300 eosinófilos/ul existen
factores que podrían predecir una mejor respuesta a CI como exfumadores,
exacerbadores con corticoides sistémicos, más de dos
exacerbaciones moderadas o una grave o coexistencia de asma y, por el
contrario, el tabaquista actual, antecedentes de neumonía o enfermedades micobacterianas, exacerbaciones tratadas con antibióticos.83
En
otro ejemplo de cómo ambas hipótesis comparten conceptos, existe evidencia
creciente en pacientes con EPOC que el bajo recuento de eosinófilos
está asociado a presencia mayor de proteobacterias,
especialmente Haemophilus, y mayor
incidencia de infecciones bacterianas y neumonía.80
En
el asma grave, se han definido dos patrones fenotípicos inflamatorios: T2 alto
(presente en el asma alérgica y eosinofílica) y no
T2, o también llamado T2 bajo.84,
85 Ambos
fenotipos T2 alto suelen mostrar cierto grado de superposición. Los antecedentes
clínicos (inicio temprano, antecedentes familiares y personales de enfermedades
atópicas) y la fracción de óxido nítrico exhalado, eosinofilia
e IgE aumentada son buenos biomarcadores
del fenotipo T2 alto. El asma T2 alérgica representa el 40%-50% del asma grave
y tiene una base atópica, orquestada por la activación de las células T
colaboradoras tipo 2 (Th2), la producción de interleuquinas
(IL) 4, IL-5 e IL-13 y el cambio de isotipo en los
linfocitos B hacia la producción de IgE. El asma T2 eosinofílica representa más del 25% del asma grave. Pueden
asociarse con rinosinusitis crónica y pólipos
nasales. El asma grave con T2 bajo se caracteriza por eosinófilos
bajos en sangre periférica y en esputo, con un perfil paucigranulocítico
o con neutrofilia, que se puede asociar a limitación
crónica del flujo aéreo con atrapamiento y asociación con tabaquismo.86 Se han
desarrollado y comercializado diversos anticuerpos monoclonales para el
fenotipo T2 alto.81 El primer
anticuerpo monoclonal desarrollado para el fenotipo alérgico mediado por IgE fue omalizumab. Luego se han
desarrollado otros biológicos que suprimen la respuesta eosinofílica
en pacientes con asma grave (inhibidores de la IL4, 5 y 13): mepolizumab y reslizumab son
inhibidores de la IL 5, benralizumab es inhibidor del
receptor α de la IL 5 y dupilumab inhibidor de
la subunidad α del receptor de IL4 que interfiere la acción de las IL4 y
IL13.81 En nuestro
país, se comercializan omalizumab, mepolizumab, benralizumab y dupilumab.
A
diferencia del asma, todavía no hay comercializado ningún biológico a raíz de
los pobres resultados en los estudios clínicos vinculados a la existencia del
fenotipo T2 alto en EPOC.23,
87 Tanto
mepolizumab (estudios METREX y METREO), como benralizumab (estudios GALATHEA y TERRANOVA), no han
encontrado beneficios clínicos significativos. Los estudios con dupilumab están en curso. Diferentes biológicos están
siendo ensayados en estudios fase II para la inflamación neutrofílica
no-T2, como anti-IL8, etarnacept e infliximab (anti-FNTalfa), sin
lograr hasta ahora resultados alentadores como para pasar a estudios Fase III.23, 87
CONCLUSIONES
Ambas
hipótesis formuladas hace más de 60 años, vistas en su origen como posiciones
académicamente antagónicas, a la luz de los avances científicos podemos
afirmar varias décadas después, que tienen mucha fundamentación científica que
las avalan y, por sobre todo, complementan.39, 86 Pero existen otras consideraciones que
detallan sus inexactitudes a la luz del conocimiento científico actual, como lo
son en la hipótesis británica, que solo consideraron algunos pocos factores
(tabaquismo e infecciones respiratorias) en la génesis de la bronquitis
crónica obstructiva. Quizás el concepto más controvertido de la hipótesis
holandesa fue considerar a ambas enfermedades como una evolución continua, ya
que hay sobrada evidencia en concluir en la mayoría de los casos a que corresponden
a dos enfermedades diferentes, aunque heterogéneas con sustanciales diferencias
clínicas y fisiopatológicas, sin dejar de considerar que si hay un subgrupo de
pacientes en que se superponen muchos aspectos fisiopatológicos y clínicos, por
lo que algunos autores ya están proponiendo para el futuro considerar como más
útil, atractivo y provocador en la clasificación de enfermedades obstructivas
crónicas, la clasificación según los diferentes endotipos
expresados.88 Lejos de ver
ambas hipótesis como modelos teóricos antagónicos, el avance en la genética
hasta llegar al diagnóstico de un subtipo de origen genético del enfisema y su
tratamiento sustitutivo, el entendimiento del impacto del desarrollo neonatal
en la función pulmonar del adulto, la exposición a la biomasa del medioambiente
y su interacción génica, el microbioma con su
interacción con el huésped y su relación con la fisiopatogenia
de la enfermedades respiratorias y exacerbaciones, el impacto de la
hiperreactividad bronquial e inflamación eosinofílica
y su potencial impacto en la predicción de exacerbaciones y del tratamiento de
un subgrupo de pacientes con fenotipo exacerbador, la
metabolómica, son todos buenos motivos para concluir
que, cuando fueron formuladas ambas hipótesis, nadie hubiera imaginado que más
de sesenta años después las dos teorías tenían algo de razón y sirvieron para
entender mejor la génesis del asma y la EPOC.39, 89
Conflicto
de intereses
Conferencias
para actividad de educación médica continua en asma y EPOC para Astra Zeneca, Glaxo
SmithKlane y ELEA.
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