Autor : David Peña1-2
1Neumonólogo UBA recertificado AAMR
2 Master Internacional en Hipertensión Pulmonar
La
enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una enfermedad multisistémica, cuya morbimortalidad está
indudablemente ligada a las comorbilidades crónicas que la
acompañan, en mayor medida a los que no la padecen; estas son
frecuentemente la causa de muerte.
En
el manejo de los pacientes con EPOC, deÂben ser considerados un conjunto de
factores que inciden significativamente en el pronóstico y en el
número de hospitalizaciones, como ser la edad avanzada, el valor de FEV1,
el grado de disnea medido por la escala del MRC, el número de reaÂgudizaciones
por año, el nivel de pO2 y el
grado de dependencia funcional. Asimismo, estos pacientes presentan mayor
prevalencia de enfermedades carÂdiovasculares, cáncer y depresión
que la población general, entre otras comorbilidades.
Si
bien no contamos con una sola herramienta que nos permita abarcar todo lo
mencionado, reÂsulta de utilidad utilizar distintos índices que nos
permiten una mejor valoración de estos pacientes. El índice de Charlson, no específico para EPOC, agrupa muchas de
las comorbilidades y expresa la expectativa de vida a 10 años; deben
considerarse algunas no incluidas pero prevalentes, como son la
hipertensión arterial, la osteoporosis, obesidad abdominal, dislipidemia, anemia, depresión y anÂsiedad. Del
mismo modo, debemos recordar que en esta población se presenta con mayor
frecuencia la cardiopatía isquémica, el infarto de miocardio y la
insuficiencia renal crónica.
El
índice BODE, de fácil realización y muy buena
correlación con la supervivencia, inicialÂmente ideado para reemplazar
el FEV1 como único predictor de la evolución del paciente EPOC,
resulta de suma utilidad, así como el índice ADO (age, dyspnea, airflow obstruction),
también multidimensional, que, junto con el BODE, tieÂnen también
buena correlación con la calidad de vida medida por el EQ-5D y la escala
analógica visual (EVA).
Para
la valoración del grado de independencia en relación con las
actividades de la vida cotidiana resulta de utilidad el empleo del
índice de Katz, que es útil
también para evaluar la calidad de vida.
En
este número, se publica un artículo sobre las comorbilidades de
la EPOC y su impacto en la morbimortalidad, que correlaciona la gravedad de la
EPOC, el índice de COTE y la mortalidad, sin que se haya encontrado
correlación entre las variables consideradas y la mortalidad. (1)
En el trabajo de Jiménez y Sívori,
publicado en esta misma revista el año pasado, se compararon los
índices de Charlson y COTE en EPOC y su relaÂción
con la mortalidad; la correlación entre ambos índices es pobre, y
es mejor el índice de Charlson para
discriminar mortalidad. (2)
Por
tanto, el estudio de las comorbilidades en la EPOC es obligado en el manejo de
estos pacientes y deben ser atendidas en forma interdisciplinaria. Del mismo
modo, resulta importante la utilización sistemática de
índices multidimensionales que permitan una mejor valoración de
las comorbiÂlidades y su incidencia en la mortalidad, no solo por su valor
pronóstico, sino para permitir la oportuna intervención en las
distintas áreas que así lo requieran.
BIBLIOGRAFÍA
1.
Abrate V, Ubal LG,
Fernández JN, Elías MA, Olmos ME, Cesaratto
F, et al. Comorbidities in COPD and their impact on
morbidity and mortality after a 5-year follow up. Rev Am Med Resp
2023;23:84-88. https://doi.org./10.56538/ramr.GGNT971
2. Jiménez JJ, Sívori M. Comparación de los índices de CharlÂson y COTE en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y su relación con la mortalidad. Rev Am Med Resp 2022;1:3-9.