Autor : Stecher Daniel
Jefe de la División InfectologÃa. Hospital de ClÃnicas José de San MartÃn, Facultad de Medicina. Universidad de Buenos Aires
https://orcid.org/0000-0001-9822-9994
La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) sigue
siendo una importante causa de morbilidad y mortalidad en la población
adulta.1 Uno de los
aspectos importantes en el manejo de esta patoloÂgía es la toma de
decisiones en lo que se refiere al tratamiento antibiótico recomendado,
la decisión de un manejo ambulatorio o en internación (tanto en
áreas generales como en unidades de cuidados intensivos) y la
evaluación del pronóstico del paÂciente.
Entre las herramientas validadas actualmente para la
valoración de los pacientes con NAC, se encuentran el CURB 65
(confusión, uremia, freÂcuencia respiratoria, presión arterial y
edad igual o mayor de 65 años)2, que permite estimar el riesgo y
evaluar si puede realizarse un manejo ambulaÂtorio o en internación y el
índice de gravedad de la neumonía (PSI, Pneumonia
Severity Index)3.
Estudios multicéntricos
aleatorizados demosÂtraron la superioridad del PSI sobre el CURB 65 para la
decisión de internación o manejo ambuÂlatorio sin afectar la
mortalidad4.
Sin embargo, la guía de ATS/IDSA5
resalta que estos índices deben complementarse con la
evaluación de otros aspectos clínicos, psicosociales,
posibilidades de recibir medicación en forma ambulatoria, etc. y no
utilizarse en forma aislada para decidir la inÂternación del paciente.
Debido a que ni el CURB 65 ni el PSI fueron diseñados para definir el
nivel de cuidados durante la internación, la misma guía
recomienda el ingreso en un área de cuidados intensivos si se presenta
hipotensión con requeÂrimiento de vasopresores
o falla respiratoria con necesidad de asistencia respiratoria mecánica y
para los casos que no reúnan estas condiciones aplicar una serie de
criterios menores (frecuencia respiratoria mayor de 30/min, PaO2/FiO2
menor de 250, infiltrados multilobares,
confusión, urea mayor de 20 mg/dL, recuento de
glóbulos blanÂcos menor de 4000 cél./mL, plaquetas menor de 1000 000/mL,
hipotermia e hipotensión con reÂquerimiento de resucitación con
fluidos) sumado al criterio clínico de necesidad de mayor nivel de
intensidad de tratamiento.
En este número de la RAMR, Corona Martínez
y cols. informan sobre el uso de un indíce
para la estratificación de pacientes con neumonía adquiÂrida en
la comunidad desarrollado a partir de una experiencia desfavorable con el uso
de otra herraÂmienta, como el PSI. Los autores resaltan su valor
pronóstico si bien señalan que la herramienta fue concebida para
orientar al médico en la toma de decisiones relacionadas con el manejo
del paciente. Un aspecto que destacar de este instrumento es la facilidad para
su aplicación, ya que se basa en datos clínicos y
radiológicos.
Esta publicación demuestra la importancia de
contar con herramientas de evaluación de los paÂcientes con
neumonía adquirida en la comunidad que permitan evaluar el riesgo del
paciente, que faciliten la toma de decisiones y que se adapten las necesidades
locales.
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