Autor : Arce, Santiago C. 1 *
1 Instituto de Investigaciones Médicas A. Lanari, Universidad de Buenos Aires, Argentina (Combatientes de Malvinas 3150 (1427) Buenos Aires, Argentina)
Correspondencia : Santiago C. Arce - Paraguay 631 6° B (C1057AAG), Buenos Aires, Argentina - E-mail: arcesantiago@fibertel.com.ar
La
presente pandemia de COVID-19 ha obligado a la adopción universal de filtros
antimicrobianos descartables como medida de protección para el paciente y el
operador durante estudios de función pulmonar. A pesar de las recomendaciones
de las guÃas1-3,
en nuestro medio, su uso ha sido incompleto o distorsionado4 debido a un alto costo del
insumo, siempre de origen extranjero, y a la falta de reconoÂcimiento de esta
nueva situación por parte de los financiadores del sistema de salud5.
Este
contexto ha obligado a la adopción de prácticas que atentan contra la
bioseguridad de los paÂcientes, como la esterilización y embalado del filtro
para su uso con otro paciente, o la preservación del filtro en manos del mismo
paciente para ulteriores estudios de seguimiento, sin procesamiento alguno.
Estas
conductas traen aparejados diversos riesgos, ya que no han sido validadas por
el fabricante ni probadas mediante estudios independientes. Las bacterias y
hongos que quedan atrapadas en la malla del filtro pueden proliferar a
temperatura ambiente y quedar en condiciones de ser reinhaladas
masivamente en el próximo uso (Figura 1).
Por
otra parte, la mayorÃa de los procesos de esterilización a los que pudiera
someterse el filtro pueden matar al microorganismo. Pero deben considerarse 2
factores: las proteÃnas y otros componentes, tanto del microorganismo como de
las secreciones respiratorias y la saliva impactadas, no son removidos y pueden
conservar antigenicidad6.
Su remoción podrÃa realizarse satisfactoriamente por medios fÃsico-quÃmicos,
como la inmersión en soluciones de detergente enzimático o la esterilización
por óxido de etileno4.
Pero esto puede alterar la estructura del filtro, cambiar su resistencia al
flujo aéreo, modificar el tamaño del poro de la membrana o disminuir su carga
electrostática. Cualquiera de estos factores puede atentar contra la
bioseguridad del paciente, del operador o modificar el resultado de las mediÂciones
efectuadas en ulteriores estudios.
En
definitiva, es imperativo que los usuarios tomen conciencia de la importancia
del empleo de filtros antimicrobianos. Su uso debe ser, invariablemente, único
por estudio y por paciente. Es evidente que el presente contexto sanitario
global ha modificado conductas sanitarias en casi todos los niveles de
complejidad, obligando a un nuevo balance de costos. Es probable que prácticas
de aplicación masiva, tradicionalmente consideradas en el primer escalón de los
algoritmos diagnósticos por su bajo costo, deban pasar a un segundo plano. Las
guÃas de práctica clÃnica y algoritmos deberán ser modificados en consecuencia
para asumir este cambio. La responsabilidad recaerá tanto en el nivel de
gestión, que deberá plantear nuevas condiciones de financiamiento, y en el nivel
operativo, que deberá balancear la conveniencia de hacer un estudio sin relajar
las normas de bioseguridad.
BibliografÃa
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J, et al. General considerations for lung function testing. Eur Respir
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2.
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3.
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de infecciones cruzadas durante la realización de estudios de función pulmonar.
Rev Am Med Resp 2020;Suplemento especial
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4.
Arce SC, De Vito EL. CaracterÃsticas de los laboratorios de función pulmonar en
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