Revista Americana de Medicina Respiratoria - Volumen 13, Número 3 - Septiembre 2013

Editorial

La edad de la razón

Autor : Silvia Quadrelli

Editora en Jefe, Revista Americana de Medicina Respiratoria.

Correspondencia : E-mail: silvia.quadrelli@gmail.com

Hace seis años, Carlos Luna tomó una decisión que a muchos nos pareció, cuanto menos, osada y más que probablemente, insensata: hacerse cargo de la Revista Argentina de Medicina Respiratoria. La intrepidez que se le adjudicaba a la decisión provenía de una evaluación fáctica irrefutable: era imposible tener éxito. A la Revista no había que dirigirla, había que crearla. La Revista no tenía artículos originales, las contribuciones eran esporádicas, los números no tenían ninguna regularidad y nadie que tuviera un material que hubiera considerado mínimamente bueno lo hubiera destinado a una publicación ignota y a la que, muy probablemente, nadie leía.
Pero Carlos Luna, su Comité Editorial (Carlos Bevilacqua y Enrique Jolly) y su secretaria de redacción (Nina Jäger) decidieron contrariar la teoría de las probabilidades y darle a la AAMR una Revista real, tangible y seria. La hoy Revista Americana de Medicina Respiratoria es una publicación que, con regularidad, refleja la producción neumonológica de la región.
Los méritos del Comité Editorial que consiguió esta curiosa victoria son muchos: tesón, perseverancia, inteligencia, creatividad y cierto grado de audacia. Pero sobre todo, mucho trabajo. Llevar adelante una revista implica mucho y muy continuado trabajo: rutinario, silencioso, por momentos tedioso. Pero todas estas virtudes no hubieran sido suficientes si no hubiera existido algo que las Asociaciones necesitan fundamentalmente: la continuidad de una decisión de política institucional que apoyara y estimulara el crecimiento de la Revista. La Asociación Argentina de Medicina Respiratoria decidió en algún momento que la existencia de una revista era importante para cumplir sus objetivos de educación y diseminación del conocimiento en medicina respiratoria e instrumentó los medios para sostener el desarrollo de esta publicación. Y la AAMR como cuerpo institucional tuvo la inteligencia de, independientemente del lógico recambio de autoridades, sostener esta decisión como una “política de estado”. Este exitoso desarrollo de la Revista es, a nuestro juicio, un buen ejemplo de la imperiosa necesidad de generar dentro de la Asociación estructuras estables en el tiempo, con un cierto grado de autonomía de funcionamiento, que permitan, una vez definidos sus objetivos mediante el consenso de las conducciones políticas, trabajar en forma continua y desplegar un desarrollo operacional que no se vea interrumpido por los cambios de conducción.
Parte de esta inteligencia institucional fue comprender, acorde a los tiempos, que Argentina forma parte de un bloque regional que no puede ni debe desconocer y que compartir actividades es una estrategia que potencia a todas las partes. América Latina tiene muchos nichos potenciales de producción académica y favorecer que la Revista pueda representar a comunidades de medicina respiratoria de otros países es una decisión sensata desde lo práctico y lo político, y justa desde lo moral. Las comunidades académicas de América Latina tienen más similitudes que diferencias y no las une sólo el idioma sino los objetivos, las dificultades y un contexto común.
Frente a este escenario, constituir un nuevo Comité Editorial implica la enorme responsabilidad de sostener y profundizar los logros alcanzados en estos años. Esta Editora en Jefe ha tenido la fortuna de poder contar con la continuidad de la presencia del Dr. Carlos Bevilacqua, figura cardinal a la hora de aportar madurez en la reflexión y una irreemplazable cordura. Confiamos en que la incorporación del Dr. Edgardo Sobrino (de amplia trayectoria en metodología de la investigación) y de la Dra. María Otaola (trabajadora incansable y generosa y de enorme perspicacia intelectual) permitirá continuar el camino trazado por el Comité Editorial previo. Nuestra actual Secretaria de Redacción, la Lic. Mercedes Cavallero, con una profesionalidad y seriedad casi extravagante para su aún breve vida, es el pilar sobre el cual se sostiene el trabajo de todo el Comité y que consigue, cuando todo parece irremediablemente perdido, que el número se complete antes de la implacable hora de cierre.
Encarar una tarea que uno anticipa dura, muy probablemente cargada de tantas o más frustraciones que satisfacciones, inevitablemente sometida al escrutinio público del cual es probable que nunca cumpla las expectativas, requiere preguntarse para qué. ¿Para qué sostener una Revista? Hay decenas de buenas revistas de medicina respiratoria, más artículos de los que podemos leer, más información de la que podemos procesar y que nos llega incesantemente al ritmo de 140 caracteres. Respondernos esta pregunta implica no solamente decidir si vale la pena mantener esta Revista sino, en caso de hacerlo, qué perfil de Revista queremos.
Una revista es simplemente un canal. No tiene entidad en sí misma. Es lo que sus contribuyentes ponen en ella. Pero su mera existencia llama, atrae, abre posibilidades. Si la Revista existe y es aceptada, entonces escribir en ella es un valor. En términos de Bourdieu, el capital simbólico del “escribir en una revista” sólo existe en la medida en que es percibido por los otros como un valor. Es decir, no tiene una existencia real, sino un valor efectivo que se basa en el reconocimiento por parte de los demás, o como el mismo Bourdieu dijera en La Economía de los Bienes Simbólicos, para que un valor sea percibido como tal, es necesario generar toda una serie de acciones cuya función es la construcción de la creencia que haga que se perciba y reconozca ese valor. Cuando se trata de una revista científica local, si “escribir en una revista” pasa a ser “un valor” para la comunidad, no sólo hay que escribir, hay que hacer todo aquello que previamente es necesario para llegar a generar los contenidos de un escrito: hay que investigar, hay que reflexionar, hay que generar conocimiento.
Pasar de “leer una revista” (cualquiera sea) a “escribir en una revista” implica dar el salto de consumir conocimiento a producir conocimiento. América Latina tiene enormes dificultades para producir en investigación clínica: falta de financiamiento, falta de tiempo, falta de reconocimiento. El innegable desarrollo que la investigación en ciencias básicas ha tenido en los últimos años en muchos países de la región (especialmente en Argentina) no se ha visto todavía acompañado por un desarrollo paralelo de la investigación clínica independiente. Generar un canal de acceso real, con niveles crecientes de competitividad regional y a futuro internacional, tiende a remediar al menos una de esas carencias: la ausencia de reconocimiento. Disponer de un canal para que los pares puedan ver el resultado del esfuerzo, de la creatividad y del talento invertidos en una investigación clínica, permite dar una razón de ser a esos esfuerzos.
Una Revista regional permite compartir lo que se ha hecho con tanto esfuerzo y va en paralelo con las iniciativas incipientes pero crecientes de varias sociedades locales para financiar proyectos modestos pero creativos en investigación clínica. Y esta es una decisión de una proyección futura probablemente impensada aún para quienes la fomentan. El futuro de América Latina se juega en su decisión de adoptar un rol protagónico de productor intelectual o mantener la profecía autocumplida del “no se puede” y resignarse solamente a asistir a la producción del conocimiento proveniente de otras regiones del mundo. En el famosísimo artículo “La Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Futuro de América Latina” Jorge Sábato y Natalio Botana profetizaban ya en 1968 que “el acceso a una sociedad moderna…..supone una acción decisiva en el campo de la investigación científico-tecnológica” y que “todos aquellos que adopten una actitud pasiva olvidan que la nación que descarte esta tarea corre el peligro de quedar marginada de la historia…… ostentando los viejos atributos de la soberanía como meros símbolos formales, vigentes quizás, en un pasado que definitivamente terminó”.
América Latina está hoy ante la elección de mirar o hacer. Y cada publicación científica local, cada beca de investigación local, es una contribución pequeña pero determinante hacia esa decisión. Y esa es la razón de ser de esta y otras revistas científicas locales. Hacer descubrir a quienes no lo creían, que pueden producir científicamente. Hacer crecer a quienes ya han comenzado, a través de la crítica de pares y de los comentarios serios y responsables. Hacer sentir a todos los contribuyentes la satisfacción de estar construyendo un país a través de uno de sus instrumentos más indiscutibles: la producción científica independiente y de calidad.
En L’Age de Raison, Sartre enfrenta a Mathieu Delarue al descubrimiento de que es inevitable elegir y que la libertad, sí o sí, implica un compromiso. Hoy, como Mathieu, cada uno de los poseedores de un conocimiento que les permite enfrentar la producción científica (con dificultades, con limitaciones, con montones de obstáculos) está decidiendo. Y sabe que el no elegir implica elegir la no elección. Hay la oportunidad de hacer algo más que mirar lo que otros hacen, hay la oportunidad de hacer. Y hemos llegado a la madurez académica de tener que enfrentar esa elección. Nos ha llegado la edad de la razón. La Revista intenta colaborar en enfrentar ese desafío. Para ello contamos con la invaluable colaboración de nuestros Editores Asociados a los que se han incorporado en este mes los Dres. Ramón Rami Porta (España), Marcos Restrepo (USA), Joaquín Durán Cantolla (España) y Roberto Benzo (USA). Confiamos en ellos para ayudarnos a continuar elevando cada vez más el nivel de la producción académica regional a través de sus comentarios y aportes. Continúa además (y esperamos fortalecer) el sistema de asesoría metodológica para todos aquellos grupos que estén llevando a cabo proyectos de investigación clínica y de redacción para todo tipo de textos enviados a la Revista.
La Revista incorporará además dos nuevas secciones: Imágenes en Medicina Respiratoria (que ya existía pero había languidecido por de-suso) e Imágenes en Endoscopía Respiratoria. La Dra. Patricia Vujacich será una gran ayuda para mantener viva la sección Endoscopía. Confiamos en que estas secciones permitirán compartir sus experiencias de la práctica clínica diaria a colegas de toda América Latina.
Confiamos en que una acción coordinada con la Comisión Directiva de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria y de todos los órganos de gobierno de las Asociaciones a quienes la Revista representa, permitirá coordinar esfuerzos para ese objetivo común: hacer crecer la investigación clínica en la región, mejorar incesantemente la calidad académica puesta al servicio de nuestros pacientes y estrechar los vínculos de cooperación que permitan en el futuro cercano la construcción de redes para una investigación más sólida, representativa del nivel de la región y competitiva a nivel internacional.
Esta es una tarea de los autores. La Revista, está simplemente a su servicio.

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Mujer joven con afectación pulmonar bilateral y alteración de la conciencia

Autores:

Churin Lisandro
Ibarrola Manuel

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