Autor Silva G., Alexis1-2-3, Cámpora, Horacio4, Muñoz A, Camila1-3, Dinamarca DÃaz, Natalia1-4, Navarrete Contreras, Pablo3, Vazquez, Bibiana5, Violi, Damián6
1Servicio de Medicina FÃsica y Rehabilitación, Hospital ClÃnico Herminda MartÃn, Chillán, Chile. 2Programa de Especialidad Médica en AnestesiologÃa y Reanimación, Facultad de Medicina, Universidad Católica de la SantÃsima Concepción, Chile. 3ClÃnica FLENI, Buenos Aires, Argentina. 4Unidad de Paciente CrÃtico Adulto, Hospital ClÃnico Herminda MartÃn, Chillán, Chile. 5NeumonologÃa, HIGA Prof. Dr Luis Güemes, Haedo, Argentina. 6Servicio de Terapia Intensiva, HIGA Prof. Dr. Luis Güemes, Haedo, Argentina.
https://doi.org/10.56538/ramr.DFVM1468
Correspondencia : Damián A. Violi. Correo elecÂtrónico: damianalejandro.vioÂli@gmail.com
RESUMEN
Esta revisión aborda el proceso de decanulación (retiro de la cánula) del
paciente traqueostomizado, un evento complejo,
multifactorial y de abordaje transdisciplinario del
cual no existen a la fecha guías de prácticas clínicas o
consensos reconocidos que recomienden directrices al respecto. Se requiere,
para iniciar el proceso, la identificación de pacientes potencialmente decanulables en los cuales se deben evaluar tres pilares
esenciales, la permeabilidad de la vía aérea, la deglución
y la efectividad de la tos. Definimos a la vez en este artículo tres
escenarios distintos de decanulación: simple,
compleja y compleja poco habitual, en los cuales se requieren distintos
abordajes para culminar con éxito el proceso.
Por último, es importante recalcar que habitualmente
se requerirá de estrategias de rehabilitación para favorecer el
proceso, por lo que se necesita un equipo multidiscipliÂnario tanto para la
evaluación como para el tratamiento necesario.
Palabras claves: Decanulación, Permeabilidad de vía aérea superior, Deglución,
Efectividad de la tos
ABSTRACT
This review addresses the process
of decannulation (removal of the tracheostomy tube)
in tracheostomized patients, which is a complex,
multifactorial event requiring a transÂdisciplinary
approach. Currently, there are no recognized clinical practice guidelines or
consensuses recommending specific guidelines for decannulation.
Initiating the process requires identifying potentially decannulatable
patients, assessing three essential pillars: airway patency, swallowing, and
cough effectiveness. This article defines three different decannulation
scenarios: simple, complex, and uncommon complex, each requiring difÂferent
approaches for successful completion. Importantly, rehabilitation strategies
are often necessary to facilitate the process, necessitating a
multidisciplinary team for both evaluation and necessary treatment.
Keywords: Decannulation, Upper airway permeability, SwaÂllowing, Cough effectiveness
Recibido:09/12/2024
Aceptado:23/02/2025
INTRODUCCIÓN
Actualmente en las unidades de cuidados intenÂsivos
(UCI), la traqueostomía (TQT) es una de las
intervenciones quirúrgicas que se realizan con mayor frecuencia, aunque
existe un amplio margen de realización que va del 5 % al 54 %, que depende
del tipo de UCI y la precocidad en esta.1 El desarrollo de
técnicas percutáneas ha facilitado la realización del
procedimiento en la misma unidad de cuidados intensivos.2
Las principales indicaciones de traqueostomía
incluyen el destete de la ventilación mecánica inÂvasiva (VMI)
prolongada, el estado neurológico alÂterado, la incapacidad para manejar
las secreciones y la obstrucción de la vía aérea superior
(OVAS).3
La decanulación es el
proceso de retiro de la cánula de TQT, cuyos criterios básicos son
la resolución de la patología de base, el destete de VMI,
ausencia de falla orgánica, ausencia de sepsis activa, hemodinamia estable e insuficiencia resÂpiratoria como
infecciones pulmonares en vías de resolución.4 A pesar de la relevancia que
tiene la decanulación en el manejo de los
pacientes, no se han establecido protocolos ampliamente aceptados para su
realización. Existe una variabilidad en la generación de
algoritmos, inexistencia de estudios aleatorizados y una ambigüedad en el
tamizaje, técnica y monitoreo del proceso de decanulación.5
Por este motivo, es importante diseñar sobre la base de la
evidencia disponible orientaciones clíÂnicas que permitan desarrollar de
la manera más eficientemente y segura posible este proceso.
La gran mayoría de las veces el proceso de decanulación es lento y prolonga la estancia en UCI,
lo que incrementa el riesgo de enfermedades nosocomiales y los costos en salud.6
En pacientes con buen estado neurológico, la ausencia de deÂcanulación en UCI se asoció a mayor riesgo
de muerte en sala,7 por lo que intentar llevar a
cabo este procedimiento en unidad crítica es fundamenÂtal para facilitar
el manejo de estos pacientes y permitir, de este modo, el traslado al domicilio
o a unidades hospitalarias menos complejas. Además, mejora la comodidad
del paciente, la percepción y apariencia física.8
Los kinesiólogos y fonoaudiólogos en la
unidad de cuidados intensivos cumplen un papel crucial en la detección
temprana, evaluación y rehabiliÂtación de trastornos de que
retrasan el proceso de decanulación en busca
de prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida del paciente
crítico mediante un enfoque multidisciplinario.9
El propósito de este
artículo es analizar las conÂdiciones necesarias para llegar a una decanulación exitosa considerando el alto
número de variables que afectan el pronóstico, las distintas
formas de proceder en la evaluación y la toma de decisiones al respecto.
Hemos realizado una descripción de los diferentes escenarios en el proceso:
decanulación simple, decanulación
compleja y decanulación compleja poco
habitual, y detallado el proceder en cada uno de estos. Además, se
plantea un algoritmo de manejo interdisciplinario basado en la evidencia
disponible.
CONDICIONES QUE HACEN NECESARIA LA UTILIZACIÓN DE
TRAQUEOSTOMÍA
Es relevante diferenciar los tipos de pacientes traÂqueostomizados según la causa que motivó
la TQT:
1) Traqueostomizados por
facilitación de destete (que contemplan la mayoría de las veces
una deÂcanulación simple basada en pruebas clínicas).
2) Traqueostomizados con
alteración del sensorio o compromiso neuromuscular que altera la
deglución y fuerza muscular respiratoria, lo que lleva a una decanulación más compleja que requiere
evaluaciones objetivas y estrategias de rehabilitación.
3) Traqueostomizado con OVAS
primaria o secunÂdaria que requiere pruebas objetivas de evaluaÂción,
resoluciones medicoquirúrgicas y nuevas
estrategias de rehabilitación.
ESTADO DEL ARTE EN DECANULACIÓN
El proceso de decanulación
debe iniciarse con la identificación de los pacientes potencialmente decanulables, los cuales deben contar con una serie de
condiciones clínicas que se describen en la Tabla 1:4

Una revisión sistemática realizada por
Singh5
sobre decanulación en pacientes
adultos que conÂtempla artículos con calidad metodológica baja a
moderada, muestra que la preparación para la decanulación
se basa principalmente en determiÂnantes cualitativos y cuantitativos de la tos
y la deglución. En cuanto a la tos, el pico flujo tosido (PFT) y la
presión espiratoria máxima (PEM) se utilizaron como medidas
cuantitativas de ella. La deglución se evaluó principalmente de
manera subjetiva a través del reflejo nauseoso, la prueba de colorante (Blue
dye test)10 y solo un estudio considera la
evaluación endoscópica de la degluÂción (FEES).11
Algunos métodos de decanulación
reportados contemplan el cambió de cánula por otra de lumen menor
antes de generar el retiro definitivo, mientras que en otros grupos, se geÂneró
la decanulación sin cambio de lumen, siendo
una instancia que puede quedar a criterio de cada centro clínico.12, 13
Otra revisión sistemática realizada
previamente por Santus14 muestra criterios similares
para la decanulación. Entre ellos cuenta con
un adecuado nivel de consciencia, tos efectiva objetivada a través de un
PFT > 160 lpm (medido en boca) o una PEM > 40
cmH2O, adecuada
deglución y la capacidad para tolerar oclusión de la
cánula por 24 h a 48 h.
Analizando ambas revisiones sistemáticas, poÂdemos
establecer tres pilares fundamentales que se deben evaluar en el proceso de decanulación: deglución, permeabilidad de
vía aérea superior y efectividad de la tos.
El criterio de decanulación
exitosa comprende la no reinserción de una cánula de traqueostomía. El tiempo que considerar exitoso es
bastante vaÂriable en las investigaciones teniendo en cuenta desde las 24-48 h15
hasta los 3 a 6 meses16.
Por otra parte, la tasa de fracaso de la decanulación
reportada en una investigación multicéntrica
fue de 3,1 %17 y en otro estudio de un solo
centro de 4,8 %18 sin mortalidad asociada. De
los pacientes que fracasaron la decanulación
el 62,5 % requiÂrió reinserción de la cánula de manera
simple y no requirió reingreso a UCI, mientras que el 37,5 %
requirió intubación e ingreso a UCI. La razón principal
del fracaso fue la retención de secreciones y la mayoría de los
pacientes fracasó dentro de las 24 h, lo que sugiere altos niveles de
vigilancia clínica.
ESCENARIOS DE DECANULACIÓN
Decanulación simple: En este caso, el destete ventiÂlatorio está
consolidado o en vías de resolución, ya que existe la seguridad y
eficacia de la encrucijada aerodigestiva que
sostienen un manejo adecuado de la saliva (prueba de azul negativa). En
general, ese tipo de procedimiento se lleva a cabo en la UCI o en unidad de
tratamiento intermedio (UTI) y se realiza a través de pruebas
clínicas. Se evalúa la permeabilidad de la VAS de manera
cuantitativa con manometría utilizando válvula fonatoria (VF) y cualitativa con fonendoscopio y trabajo
respiratorio con cánula ocluida. La deglución por otra parte, se
evalúa de manera clínica simple y se acompaña de la prueba
de azul. Generalmente frente a estas evaluaciones no existe variación en
el trabajo respiratorio ni desaturación y habiÂtualmente
se presenta en pacientes sin debilidad muscular respiratoria ni debilidad
adquirida en UCI19 en los cuales se objetiva la
efectividad de la tos a través del PFT.
Decanulación compleja: En este caso, la encruÂcijada aerodigestiva se encuentra disfuncional por alteraciones
deglutorias (prueba de azul positiva) o de permeabilidad en la vía
aérea, lo que afecta el pasaje de aire translaríngeo
debido a presiones manométricas no adecuadas para el taponamienÂto
traqueal. Se suman, además, pacientes con debilidad muscular
respiratoria que requieren monitorización complementaria al PFT como la
evaluación de la fuerza muscular respiratoria máxima, capacidad
vital forzada, ecografía diafragmática, entre otras.
En este grupo, se debe buscar objetividad en la
evaluación de la función glótica a través de la
endoscopia de la vía aérea superior, tratando de cuantificar
algún grado de disfagia que afecten la decanulación
junto con posibles alteraciones esÂtructurales y/o disfunciones
dinámicas. Según los hallazgos en este estudio se decidirá
la necesidad de cambio de la cánula de TQT y se planificarán
estrategias de rehabilitación según la disfunción
encontrada.20
Decanulación compleja poco habitual: Se preÂsenta en
situaciones donde los hallazgos de patoÂlogías estructurales pueden
complicar el avance de la decanulación a pesar
de las estrategias de rehabilitación aplicadas, por lo que requieren
evaluación endoscópica de vía aérea, imagenolóÂgicas o intervenciones médico-quirúrgicas
para la resolución de la limitante que impide avanzar hacia la decanulación.
Cabe destacar que esta clasificación no es el
resultado de una iniciativa aislada, sino que ha surgido tras años de
discusión y consenso entre expertos en diversos encuentros, con el
objetivo de abordar de manera estructurada y eficaz los desafíos
únicos de la decanulación en pacientes
complejos.
PILARES DE EVALUACIÓN
Evaluación de la permeabilidad de vía aérea superior
La endoscopia de vía aérea es el mejor
método de evaluación de permeabilidad de la vía
aérea, sin embargo, es un procedimiento que requiere su
realización por un profesional entrenado.21 En pacientes traqueostomizados, existen alternativas clínicas no
invasivas como la auscultación laringoÂtraqueal
realizada durante la oclusión de la cánula de TQT con cuff desinflado para analizar el flujo de
aire translaríngeo. Otra alternativa es la evaÂluación
manométrica del tubo de TQT propuesta por Johnson22 en
que se utiliza una válvula unidiÂreccional (VF) y un tapón de
oclusión unidas por línea de presión a un
manómetro. Durante el uso de VF se mide la presión de
oclusión espiratoria de la traqueostomía
y mediante oclusión de la cánula se mide la presión de
oclusión inspiratoria; es una práctica simple y segura (Figura
1). En pacientes adultos traqueostomizados, los
valores de presión de oclusión espiratoria medida por tres
minutos inferiores a 5 cmH2O se asociaron con adecuada toÂlerancia a
válvula unidireccional (fonatoria), entre 5 y
10 cmH2O se asoció a tolerancia por períodos; se
requirió supervisión y valores por sobre los 10 cmH2O
se asociaban a gran disnea e intolerancia a válvula unidireccional. La
investigación de JoÂhnson también demuestra que la
reducción del lumen de la cánula se asoció a
disminución de las presiones inspiratorias y espiratorias al aumentar la
relación lumen traqueal/lumen cánula; esta es una buena
medida que adoptar cuando los valores de presión de oclusión
espiratoria son superiores a los 10 cmH2O. Sin embargo, si pese a
este cambio las mediciones siguen arrojando valores altos, se sugiere derivar
el caso a estudio endoscópico ante la posible OVAS.22 La
investigación de Johnson también contempla la medición de
presiones insÂpiratorias durante la oclusión de la cánula, y enÂcontró
que aquellos pacientes con presiones entre 0 y –3 cmH2O toleraban
mejor la oclusión de la cánula. Con esto el autor recomienda que,
si exisÂten adecuadas presiones de oclusión inspiratorias y
espiratorias, el paciente podría fácilmente usar oclusión
para facilitar el habla en vez de una válÂvula unidireccional. Ahora
bien, en pacientes con presiones de oclusión inspiratorias más
negativas de –3 (mayor esfuerzo respiratorio) recomiendan el uso de
válvula unidireccional en vez de oclusión.

Para realizar una evaluación clínica del
colapso dinámico inspiratorio de la vía aérea superior se
sugiere realizar una oclusión breve de la cánula con cuff desinflado, y observar la presencia de
estridor laríngeo inspiratorio y signos de aumento de trabajo
respiratorio, disnea o desaturación. Si frente
a esta oclusión breve el paciente presenta intolerancia con signos de
dificultad respiratoria o desaturación, se
indica la realización de una endosÂcopia de la vía aérea
superior ante posibles OVAS.
Evaluación de la deglución
La deglución es definida como la actividad de
transÂportar sustancias sólidas, líquidas y saliva desde la boca hacia
el estómago. Este mecanismo de transÂporte se logra gracias a fuerzas,
movimientos y presiones dentro del complejo orofaringolaríngeo.23
La cánula de TQT impacta sobre las estructuras y funciones
de la encrucijada aerodigestiva, y modiÂfica la
deglución en su eficacia y seguridad. Dichas modificaciones asociadas
con el uso de TQT son la ausencia de presión subglótica
(que aumenta el riesgo de estasis en la región supraglótica),
dismiÂnución del reflejo tusígeno (que altera la
protección de la vía aérea), disminución del
reflejo aductor de las cuerdas vocales y retardo en la respuesta motora
orofaríngea.24
La evaluación de la deglución debe
realizarse por métodos clínicos y a través de estudios
objetivos, como la videofluoroscopia y el estudio
endoscóÂpico de la deglución (FEES), utilizados según la
disponibilidad, las características del paciente y el entrenamiento de
los profesionales a cargo del proÂceso diagnóstico y terapéutico
de la decanulación.25
La evaluación clínica debe realizarse de
manera diaria y sistemática, planificando estrategias de
rehabilitación en situaciones donde las pruebas clínicas
presenten complicaciones de eficacia o seguridad de la deglución.
Inicialmente se debe explorar la anatomía y la funcionalidad de las
estructuras orofaríngeas, y continuar con la
valoÂración de la respuesta motora orofaríngea
(RMO) de forma espontánea, voluntaria y refleja (presente en zonas
receptoras, tales como base lingual, pilares anteriores o pared
faríngea) observando presencia, disminución o ausencia de estas.
Se complementa la evaluación con la prueba de azul, con el objetivo de
observar el manejo de la saliva. Esta prueba consiste en la marcación
con tinte azul dentro de la cavidad bucal y en la observación posterior
de la presencia o ausencia de secreciones ubicadas en periostoma,
aspiradas por catéter subglótico o
aspiraciones enÂdotraqueales teñidas con el
mismo tinte.10
El resultado se consignará como se detalla a
continuación:
• Prueba de azul negativa (–): Cuando las secrecioÂnes
endotraqueales, subglóticas
o periestoma no presentan tinción azul a lo
largo de 24 h, lo que indica ausencia de aspiración y buen manejo de la
saliva; esto permite el uso de VF a tolerancia diurna.
• Prueba de azul positiva (+): Cuando las secreÂciones
endotraqueales, subglóticas
o periestoma presentan tinción azul dentro de
24 h de obserÂvación, lo que indica que el paciente presenta
aspiración activa de saliva, es decir disfagia grave (alteración
de eficacia o seguridad). El equipo interdisciplinario implementará la
estrategia de rehabilitación necesaria para optimizar el manejo de la
saliva, limitando la utilización de VF.
Es importante recalcar que esta prueba presenta una alta
especificidad, pero una baja sensibilidad para detectar el riesgo de
aspiración por lo que existe un alto porcentaje de falsos negativos.26
Si la prueba se considera positiva y no funcionan las
estrategias de rehabilitación implementadas, será necesario
estudiar de manera objetiva la encrucijada aerodigestiva
evaluando las estrucÂturas que conforman dicha zona (la sensibilidad, la
acción muscular y los reflejos de VA). Para esta condición, el
estudio necesario será la endoscopia de vía aérea (FEES).25
Existen alteraciones anatómicas estructurales que
pueden comprometer el proceso de decanulaÂción
y, si bien no son frecuentes (se enmarca dentro de las decanulaciones
complejas poco habituales), pueden generar una alteración en el trayecto
del bolo alimenticio (improntas cervicales que alteren la apertura del
esfínter esofágico superior y fístulas traqueoesofágicas
que se pueden pesquisar a través de videofluoroscopia).
En este sentido, el estudio de Cortés y cols.19
muestra que uno de los factores que limitó la decanulación fue la disfagia grave en el 72 % de los
pacientes. Se utilizaron como estrategias terapéuticas el de flujo translaríngeo, válvula fonatoria,
entrenamiento de musculatura respiratoria, ejercicios vocales y la
estimulación de ejercicios deglutorios, y se logró la decanulación en el 83 % de los pacientes luego de la
implementación de un programa de rehabilitación.19

Evaluación de la efectividad de la tos
La efectividad de la tos es un elemento importante que
considerar ya que depende de una adecuada performance de la musculatura
respiratoria y una vía aérea sin colapso. Permite la
independencia para mantener la permeabilidad de la vía aérea ante
posibles secreciones que se alojen en ella, lo que ayuda a una adecuada higiene
bronquial. La medición de PFT establece rangos de tos inefectiva para
valores menores de 160 lpm.27 Estos valores
también aplican para pacientes traqueostomizados
con medición hecha por boca con cuff
desinflado, cánula ocluida y pinza nasal (Figura 2 A). Si el
paciente presenta dificultad en el sellado bilabial para la medición de
PFT y presenta fugas, se sugiere reemplazar la boquilla por máscara nasoÂbucal (Figura 2 B). Si el paciente, por su estado
cognitivo, no logra cooperar con dicha maniobra, se procederá a realizar
la medición directamenÂte a través de la cánula de traqueostomía con cuff
inflado practicando estimulación mecánica traqueal mediante
una sonda de aspiración sin presión negativa y registrando la
medición en un flujómetro conectado a
circuito de succión cerrado (Figura 2 C). El valor de corte en este
escenario será de mayor de 60 lpm para
clasificar la tos como mínima necesaria para decanular.28
Si los valores respiratorios son inferiores a los mencionados y
el paciente es cooperador debe comenzar entrenaÂmiento muscular respiratorio y
complementar la evaluación con medición de presión
inspiratoria y espiratoria máxima (Pimáx/Pemáx).

Pueden existir condiciones en las cuales el colapso de
vía aérea superior o inferior sea el resÂponsable de PFT
disminuído.29,
30 En
estos casos, se deberá abordar dicha condición para favorecer la
efectividad de la tos. Por otra parte, recomendaÂmos que, si en estos pacientes
el PFT se encuentra bajo los valores sugeridos para la decanulación,
complementar con la medición de Pimáx y
Pemáx para determinar la responsabilidad de
los múscuÂlos respiratorios versus la vía aérea. La
obtención de estos valores, además, ayudará en la toma de
decisión de avanzar o no en la decanulación.
ESTRATEGIAS DE REHABILITACIÓN PARA FAVORECER EL PROCESO DE
DECANULACIÓN COMPLEJA
El motivo por el cual el paciente fue traqueostomiÂzado,
las patologías previas y los diferentes tipos de cánula de TQT
hace que no todos los traqueostoÂmizados se comporten
de la misma manera, lo que lleva a organizar las estrategias de
rehabilitación desde dos puntos de vista: el estructural (cánula
de TQT) y el clínico (disfunción en la encrucijada aerodigestiva).25
Las estrategias para favorecer la decanulación
se deben implementar desde el momento en que se decide realizar la TQT; debe
considerarse la cánula adecuada y la toma de decisiones al pie de la
cama debe tener un esquema eficiente. Por lo tanto, este es un proceso
dinámico, basado en la evaluación y planificación diaria.
Algunas de las estrategias de rehabilitación
más utilizadas en el proceso de decanulación
se detallan en la Tabla 3.

Recomendaciones con el uso de estrategias de rehabilitación
En relación con el restablecimiento del flujo translaríngeo, comienza con la aplicación de
aire a través del catéter subglótico
una vez que está ciÂcatrizado el ostoma
(evitando el riesgo de enfisema subcutáneo).31
La estimulación de aire por catéter subglótico debe implementarse cuando las pruebas
clínicas informan de un inadecuado manejo de saliva (prueba de azul
positivo). Esta estrategia permite el aumento de la respuesta de la tos a la
caída de secreciones laríngeas y la mejoría de la
respuesta deglutoria, lo que favorece la protección de la vía
aérea y disminuye el riesgo de aspiración.32
Si las presiones traqueales se encuentran dentro de los
límites normales, incluso se podrá progresar a la oclusión
de la cánula de TQT precozmente. Sin embargo, si existe colapso
inspiratorio de la VAS, o bien, las presiones negativas son altas, recomenÂdamos
la utilización de la VF inicialmente (controÂlando el flujo translaringeo bajo auscultación). En las presiones
traqueales elevadas, se recomienda disminuir el diámetro de la
cánula de TQT y si estas persisten altas se debe avanzar hacia la
evaluación endoscópica en busca de obstrucción estructural
o disfunciones dinámicas.21
La estimulación puede incluso iniciarse precozÂmente
a través de la ventilación a fuga en pacienÂtes que se encuentran
en ventilación mecánica continua realizando el desinflado del cuff (luego de la aspiración subglótica del material orofarinÂgolaríngeo
y con adecuada higiene oral).
En la encuesta británica realizada por McGowan y cols., informaron que la rehabilitación en
el paciente traqueostomizado se basa en uso de
protocolos de desinflado del balón, utilizando válÂvula fonatoria para reestablecer el
flujo hacia vía aérea superior, mejorar la sensación, el
gusto, el olfato, la voz, la tos y de esta manera disminuir las secreciones.33 En el trabajo
de Carmona y cols,34 compararon la
utilización de válvula fonatoria con el
no uso en un protocolo de decanulación en una
población de diecinueve pacientes, y se observó que en el grupo
que utilizó VF hubo menos complicaÂciones infecciosas respiratorias (18
% vs. 37 %) y el tiempo de decanulación fue
inferior (4,4 vs. 6 días). Es importante destacar que el uso de VF se
debería extender como máximo en una utilización diurna ya
que no permite el acondicionamiento del aire inspirado
(humidificación/calentamiento y filtraje), lo que puede generar tapones
mucosos y obstrucÂción de la cánula. Si la humidificación
ineficiente conlleva la generación de tapones mucosos se puede
implementar la termohumidificación activa del
aire inspirado a través de alto flujo por cánula junto con
válvula unidireccional para permitir la fonación.35
El tipo de cánula de TQT tiene un papel imporÂtante
en el avance de las estrategias de rehabilitaÂción; a veces, es
necesario el cambio a otro modelo de diferentes características para
lograr una menor resistencia en la vía aérea superior, prevenir
la dificultad respiratoria y conseguir un flujo de aire translaríngeo
adecuado.36 Las
cánulas especiales son utilizadas en pacientes que presentan alteraÂciones
funcionales/estructurales de la vía aérea y en conjunto con las
estrategias de rehabilitación facilitarán el proceso de decanulación.
Una vez que el paciente ya está utilizando VF o
tapón de oclusión es el momento para dar comienzo a las
estrategias que abordan la fonación, la tos y el aumento de
volúmenes pulmonares. Estas pueden optimizarse mediante la inspirometría de incentiÂvo, que incrementa los
volúmenes y capacidades pulmonares (mantiene la presión subglótica en sus valores óptimos)37 y a
través del EMR de los músculos inspiratorios con el cual se
optimiza la efectividad de la tos.
La estrategia de utilización de presión
positiva se implementará cuando el paciente presente coÂlapso
dinámico de la vía aérea, logrando un stent
neumático en esta.
En la mayoría de los trabajos relacionados con decanulación, refieren que la deglución de
saliva debe ser normal o existir solo una disfagia leve o moderada.38
Dentro de las estrategias para optimizar la eficiencia
deglutoria, los ejercicios isométricos linguales y la
estimulación de las válvulas deglutorias son utilizadas para
mejorar la fuerza, movilidad y coordinación de los órganos fonoarticulatorios.
La estimulación termotáctil
entrega información sensitiva para incrementar la activación y
frecuenÂcia de RMO. Por otra parte, el fortalecimiento de la musculatura suprahioidea y la estimulación del ascenso
laríngeo mejoran la excursión hiolaríngea.
En caso de patologías de la vía
aérea que requieÂren intervención quirúrgica, es necesario
contar con un un sostén que garantice la
permeabilidad luego de dicha cirugía, para lo cual se utilizará
el tubo de Montgomery. En condiciones que requieÂran conservar el ostoma se utilizará el tutor stent.
Otros pacientes que se suman a la necesidad de conservar el ostoma
son aquellos que tienen requeÂrimientos de soporte ventilatorio39 por presentar apnea del
sueño, patologías neuromusculares o EPOC avanzado,40
donde la decanulación requiere
de un análisis exhaustivo de su enfermedad de base; la
conservación del ostoma es una necesiÂdad para
evitar una nueva intervención de la vía aérea. Estas
condiciones se encuentran dentro de las dacanulaciones
complejas y poco habituales.
Finalmente, es importante considerar que tras el retiro
de la cánula de TQT se generan cambios fisiológicos al
restablecer la vía aérea natural debido al aumento del espacio
muerto que puede llevar a un incremento del trabajo respiratorio en pacientes
con debilidad de músculos respiratoÂrios, lo que genera un efecto
compensatorio en el volumen corriente que integra el espacio muerto
anatómico.41 Estos cambios también
deben consiÂderarse en la decanulación
compleja poco habitual donde el aumento de la resistencia de la vía
aérea pudieran tener más relevancia.42
Respecto a los protocolos que utilizan oclusión de
la cánula de TQT, en su mayoría, los tiempos de oclusión
fluctúan entre 244-43 y 48 h44,
45. En la decanulación
simple, la VF se podría utilizar como un equivalente al tapón de
oclusión como lo demuestra el estudio de Zhou
y se obtuvieron buenos resultados.46


Por último, en los casos de decanulación
compleÂja y poco habitual, es fundamental entender que el proceso no se limita
únicamente a la retirada de la cánula. Estos pacientes suelen
presentar factores asociados que requieren un enfoque integral de
rehabilitación física y cognitiva, dado que la falla en la decanulación se vincula a una serie de conÂdiciones
complejas que afectan su recuperación.
CONCLUSIÓN
La permanencia de la TQT puede aumentar la estadía
hospitalaria y costos sanitarios e inducir o agravar complicaciones como la
estenosis traqueal, disfagia y granulomas. Dado lo anterior, se hace necesario
intentar el retiro de las cánulas de TQT cuando la causa que
llevó a su utilización ha sido resuelta.
La evaluación de los tres pilares: permeabiliÂdad
de vía aérea superior, deglución adecuada de saliva y
efectividad de la tos son fundamentales para el desarrollo del proceso efectivo
y seguro de decanulación.
Se requiere estudios más complejos para definir la
mejor estrategia sobre decanulación, sin
embargo, con la evidencia actual disponible proponemos un plan de
evaluación e intervención para llegar a la decanulación.
Es fundamental la protocolización y el entrenamiento de los
profesionales en este proceso.
Conflictos de intereses
Los autores declaran no tener conflictos de intereses.
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