Autor : Mastroianni, MarÃa Lucila1, Faggionato, Martina1, Cigarra, Cecilia Mariela1, Pintos, Cecilia Inés2, Di MarÃa, Marta1
1 Licenciada Kinesióloga Fisiatra. Hospital Interzonal General de Agudos Petrona Villegas de Cordero, San Fernando, provincia de Buenos Aires, Argentina. 2Médica Otorrinolaringóloga. Hospital Interzonal General de Agudos Petrona Villegas de Cordero, San Fernando, provincia de Buenos Aires, Argentina.
https://doi.org/10.56538/ramr.ZYDZ2827
Correspondencia : mastroiannilucila@gmail.com
RESUMEN
Este artículo presenta un caso clínico de
parálisis bilateral de cuerdas vocales en una paciente de 64 años
con enfermedad de Parkinson, un trastorno neurodegenerativo que afecta la
coordinación motora y provoca alteraciones en el habla, la
deglución y la respiración. La paciente ingresó al
hospital con dificultad respiratoria, inicialmente diagnosticada como
neumonía broncoaspirativa. Tras evaluaciones,
se diagnosticó parálisis bilateral de las cuerdas vocales en
posición paramediana, por lo que se
optó por realizar una traqueostomía de
urgencia. La paciente mostró mejoría respiratoria y posterior
tolerancia a la alimentación por vía oral.
Durante su internación, se implementaron distintas
estrategias de manejo de la traÂqueostomía y
se realizaron evaluaciones deglutorias, que facilitaron el regreso a la
alimentación oral de consistencias semisólidas y líquidas.
La paciente también fue asistida en su rehabilitación motora y
recibió educación para el manejo de la traqueosÂtomía
por parte de su familia.
A pesar de la falta de acceso a especialistas en
neurología, el tratamiento integral y la capacitación de la
familia permitieron una adecuada recuperación y una transición
exitosa al cuidado domiciliario, lo que mejora la calidad de vida de la
paciente.
El estudio destaca la rareza de la parálisis
bilateral de las cuerdas vocales en pacientes con enfermedad de Parkinson, su
diagnóstico, a menudo erróneo, y la importancia de un enfoque
interdisciplinario para su manejo.
Palabras clave: Enfermedad de Parkinson, Cuerdas vocales, Diagnóstico diferencial,
Grupo de salud interdisciplinario
ABSTRACT
This article presents a clinical
case of bilateral vocal cord paralysis in a 64-year-old patient with
Parkinson’s disease, a neurodegenerative disorder that affects motor
coordination and causes alterations in speech, swallowing and breathing. The
patient was admitted to the hospital with respiratory distress, initially
diagnosed as bronchoaspiration pneumonia. After
evaluations, bilateral vocal cord paralysis was diagnosed in the paramedian posiÂtion, so an emergency tracheostomy was
performed. The patient showed respiratory improvement and subsequent tolerance
to oral feeding.
During her hospitalization,
different strategies for tracheostomy management were implemented and
swallowing evaluations were performed, facilitating the return to oral feeding
of semisolid and liquid consistencies. The patient was also assisted in her
motor rehabilitation and her family received education for tracheostomy
management.
Despite the lack of access to
neurology specialists, comprehensive treatment and famÂily training enabled an
adequate recovery and a successful transition to home care, improving the
patient’s quality of life.
The study highlights the rarity
of bilateral vocal cord paralysis in Parkinson desease
patients, its often misdiagnosis, and the importance
of an interdisciplinary approach to its management.
Key words: Parkinson disease, Vocal cords, Differential diagnosis, Patient care
team
Recibido: 25/10/2024
Aceptado: 02/11/2024
INTRODUCCIÓN
La laringe es un órgano funcionalmente compleÂjo,
forma parte de la encrucijada aerodigestiva,
posibilita la producción de la voz y desempeña un papel
fundamental en la ventilación y protección de la vía
aérea. Cualquier alteración estructural o disfunción
laríngea puede tener consecuencias significativas en la salud y la
calidad de vida del individuo.1 Específicamente,
las afecciones neuroÂlógicas representan un factor de riesgo, ya que pueÂden
interferir con la coordinación neuromuscular necesaria para las
funciones vitales mencionadas, lo cual se evidencia en la fisiopatología
de múltiples trastornos neurológicos que se acompañan de
imÂpacto sobre el habla, la deglución o la respiración de los
sujetos que las padecen.1,
2
La enfermedad de Parkinson (EP) es la segunda enfermedad
neuromuscular más prevalente a nivel mundial ya que afecta a más
de siete millones de personas en el mundo entero. Es un trastorno
neurodegenerativo caracterizado por una pérdida progresiva del control
de la coordinación motora, atribuida principalmente a la
disminución en la segregación de dopamina por parte de las neuronas
de los ganglios basales. Sus síntomas se dividen en motores, neuropsiquiátricos y autonómicos, y los
más prevalentes son los temblores, la hipocinesia y la rigidez agregada
a los trastornos del habla y la deglución.3
Las alteraciones laríngeas se maÂnifiestan con disfagia,
obstrucción respiratoria, problemas cordales que incluyen fatiga de
cuerdas vocales, temblor de la voz, disnea y rigidez en la voz e incapacidad
para proyectarla, principalmenÂte por desórdenes del movimiento de las
cuerdas vocales.3,
4 Además,
también puede verse afectado el control central de los músculos
respiratorios, lo cual, en todo el conjunto de síntomas, puede impactar
significativamente la calidad de vida de los pacientes con EP.5
La parálisis de cuerdas vocales es un
diagnóstico poco frecuente y que se asocia a un aumento de la
morbimortalidad.4 Hasta nuestro
conocimiento, encontramos reporte de diecinueve casos a nivel mundial en
sujetos con EP.3,
6
El objetivo de este estudio es reportar un caso de
parálisis bilateral de cuerdas vocales (PBCV) en una paciente con
enfermedad de Parkinson, que representó un desafío para su
diagnóstico y definición terapéutica en el contexto de la
interÂnación en un hospital público de la provincia de Buenos
Aires.
CASO CLÍNICO
El caso corresponde a una paciente de sexo femenino de 64
años de edad, con antecedentes de diabetes tipo 2 en traÂtamiento con
hipoglucemiantes orales y EP diagnosticada en 2021, en tratamiento con levodopa (en seguimiento con neurólogo particular).
En la Figura 1 puede observarse la línea de tiempo con los eventos
relevantes desde su interÂnación hasta el alta.
El día 9 de julio de 2023 la paciente
ingresó a la sala de emergencias del Hospital Interzonal
General de Agudos Petrona Villegas de Cordero, ubicado en la zona norte del
Gran Buenos Aires. Su motivo de ingreso fue dificultad respiratoria con 48 h de
inicio y progresión. Se encontraba vigil,
respondía órdenes simples y complejas, presentaba regular
mecánica ventilatoria, una saturación de oxígeno por pulsioximetría (SpO2) de 90 % respirando aire ambiente,
frecuencia respiratoria de 25 respiraciones por minuto y una frecuencia
cardíaca de 110 latidos por minuto. La primera sospecha
diagnóstica en la guardia fue de una neumonía broncoaspirativa
por trastorno deglutorio asociado a la EP, por lo que inicialmente se
solicitó evaluación de la deglución por parte del equipo
de kinesiología.
Durante la evaluación de la deglución bedside, se consÂtató estridor
laríngeo inspiratorio audible sin estetoscopio, voz débil, tos
inefectiva, uso de músculos accesorios de la ventilación y
asimetría del velo del paladar (caída del velo derecho), sin
reflejo deglutorio ni nauseoso presentes al estímulo; degluciones
voluntarias y espontáneas presentes.
Ante el estado clínico de la paciente, se interconsultó al servicio de
otorrinolaringología, el cual realizó una rinofiÂbrolaringoscopia
(RFL), donde se observó una parálisis de cuerdas vocales en
línea media que causa el cierre del espacio glótico (Figura 2),
disminución de la sensibilidad, temblor en estructuras faríngeas
y laríngeas, por lo que se consensuó con el equipo tratante y la
paciente la reaÂlización de una traqueostomía
(TQT) de urgencia para evitar la progresión de la insuficiencia
respiratoria (IR). La intervención fue realizada el 11 de julio por el
servicio de cirugía general, con técnica percutánea,
quienes colocaron una cánula número 7,5 con balón de neumotaponamiento y puerto de aspiración subglótica. Luego de esto, la paciente fue
trasladada a la unidad de cuidados intensivos; ventilaÂba
espontáneamente, hemodinámicamente
estable, para monitoreo. Además, se colocó una sonda para
alimentación enteral tipo K108 para cubrir el aporte nutricional adeÂcuado
de forma segura. Los días subsiguientes, la paciente evolucionó
de manera favorable con mejoría de la mecánica ventilatoria y SpO2 de 100 % a
aire ambiente.
Se ofrecieron a la paciente distintas opciones
quirúrgicas, como la cordopexia, cordotomía o aritenoidectomía
parcial unilateral (procedimientos que hubieran requerido su trasÂlado a otra
institución con manejo de dicha complejidad), como alternativa al uso
permanente de la TQT, pero rechazó cualquier intervención con
posibles riesgos asociados que potencialmente extendieran su estancia
hospitalaria. Dada esta resolución, se iniciaron los trámites para
gestionar los recursos necesarios de internación domiciliaria para
pacientes con TQT.
A partir del 13 de julio continuó su
internación en la sala de cuidados intermedios, donde se iniciaron
evaluaÂciones pertinentes al protocolo de manejo de pacientes traqueostomizados del equipo de kinesiología,
así como evaluaciones deglutorias en conjunto con el servicio de
otorrinolaringología.
Habiéndose cumplido 48 h de realizada la TQT, se
midieron presiones traqueales, se constató una presión
inspiratoria de –20 cmH2O
y espiratoria de 5 cmH2O.
Con dichos valores se probó el uso de válvula fonatoria
(VF) con buena respuesta clínica y se comenzó su uso diurno. Unos
días más tarde se cambió la cánula a una de tipo Biesalski con endocánula,
y se realizó un Blue Dye Test modificado
con semisólidos, el cual resultó negativo, lo que permitió
iniciar colaciones supervisadas. Debido a que ocurrieron episodios de tapización mucosa de la endocánula,
se optó por el uso nocturno de filtro termohumidificador
pasivo, estrategia que resultó efectiva para mejorar el mantenimiento de
la TQT y la calidad del aire inspirado.
El día 11 de internación pudo realizarse
una videoÂfluoroscopia con tinción con sulfato
de bario de alimentos semisólidos, líquidos y sólidos.
Durante el trago con conÂsistencia semisólida (yogur firme) la paciente
presentó adecuado sellado labial, buen manejo intraoral
del bolo, desencadenó el reflejo disparador deglutorio en la base de la
lengua y valéculas, se observó
movilidad laríngea y cierre epiglótico
conservados, sin acumularse residuos en recesos anatómicos. No se
observó penetración ni aspiración de alimento, y
presentó tránsito esofágico sin particularidades. Ante la
evaluación con líquidos administrados con jeringa en bolos de 5 mL, se observaron los mismos resultados. Durante la
deglución de alimento sólido (pan), se observó regular
manejo intraoral del bolo, enlentecimiento de las
fases oral preparatoria y oral, que requirieron doble trago, sin otras
particularidades en las demás etapas deglutorias. No se
desencadenó reflejo tusígeno durante el estudio. De acuerdo a
estos resultados, se consensuó continuar con aliÂmentación
vía oral de consistencias semisólidas, procesadas y
líquidas, y luego ir progresando a consistencias sólidas
según evolución clínica y tolerancia de la paciente. Luego
de ocho días de esta conducta, se logró progresar hasta lograr la
ingesta del aporte calórico total por vía oral, en seguimiento
conjunto con el servicio de nutrición, lo que permitió retirar la
sonda K108.
Durante la internación, también se
progresó con la asisÂtencia kinésica motora de acuerdo a las
posibilidades de la paciente y niveles previos de independencia funcional –con
lo que se logró una marcha lenta asistida por familiares– y se
incentivó el mayor automanejo posible en actividades de la vida diaria.
Además, se asesoró al equipo médico para iniciar el pedido
de insumos para la internación domiciliaria por medio de la entidad de
cobertura de salud de la paciente. Se realizó educación familiar
en asuntos referidos al manejo de la TQT y sus cuidados. Esto incluyó la
enseñanza de pautas de alarma en caso de obstrucción o decanulación accidental, así como
técnicas de aspiración de secreciones.
La estadía hospitalaria total fue de 33
días hasta lograr el alta domiciliaria.
Actualmente, tanto la paciente como su familia conÂtinúan
asistiendo mensualmente al hospital de manera ambulatoria para el control
regular de su traqueostomía y asegurarse del
mantenimiento adecuado de su vía aérea artificial y la
prevención de complicaciones. Además, se evalúan posibles
cambios de la sintomatología asociada a la PBCV que permitiera
considerar alguna modificación con respecto a la TQT. Adicionalmente, se
da seguimiento al aspecto nutricional (controles programados con el servicio de
nutrición). Por otra parte, aún se encuentran limitantes para el
acceso al seguimiento con un profesional especializaÂdo en neurología,
no solo para evaluar potenciales avances del deterioro neuromuscular funcional
por la EP, sino para ofrecer distintos abordajes terapéuticos
farmacológicos que pudieran mejorar la PBCV. Dichas limitaciones radican
en la escasez de oferta de profesionales en la zona accesible a la paciente y
su familia, a los recursos económicos de esta, así como a la
propia decisión personal de priorizar la estabilidad clínica
alcanzada hasta el momento.
DISCUSIÓN
La parálisis bilateral de las cuerdas vocales rara
vez se observa en pacientes con EP; es más común en enfermedades
como la atrofia multisistémica. Aunque se han
reportado casos de esta alteración en la bibliografía, su
incidencia en esta población es baja, lo que sugiere una patogenia
aún poco comprendida.6 En el caso
particular de nuestra paciente, los síntomas clínicos presentados
en la sala de emergencias y su historial médico llevaron a una inicial
sospecha diagnóstica equivocada, lo cual resalta la importancia del
abordaje interdisciÂplinario para una evaluación integral y un manejo
adecuado durante la hospitalización.
El manejo respiratorio inicial de esta paciente
necesitó la colocación de una traqueostomía
de urgencia, estrategia similar a lo reportado en otros casos, donde se
prioriza la preservación de la permeabilidad de la vía
aérea superior (VAS).3,
6
Como limitación relevante de nuestro caso, no
pudimos llevar a cabo el manejo médico conjunto para optimizar la
medicación neurológica que pudiera aliviar los síntomas
asociados a la PBCV, debido a la falta de profesionales especializados en
nuestra institución. Sin embargo, los casos que han revertido el estridor
por PBCV solo con el tratamiento farmacológico (sin necesidad de interÂvención
quirúrgica) son escasos.6-8 En este
aspecto, el estridor laríngeo en sujetos con EP puede tener distintas
etiologías, además de la PBCV (como el laringoespasmo
o la distonía),9
lo cual requiere un estudio minucioso de neurólogos con
ajuste de la dosis de distintas drogas y seguimiento individuaÂlizado de cada
caso, situación que tampoco era de fácil acceso para nuestra
paciente.
En contraste con otros reportes de casos, nuesÂtra
paciente no presentó disfagia grave, lo que permitió la
alimentación por vía oral a pesar del compromiso de la VAS y los
síntomas clínicos típicos que presentaba como
disfonía, temblor en la voz y aumento del trabajo ventilatorio. Dichos
síntomas también se describen en otros reportes de casos,3, 10 pero en su
mayoría se trata de paÂcientes con mayor tiempo de evolución
desde el diagnóstico.
En la revisión de Hamdan
et al. de 2018, analiÂzan un total de dieciocho sujetos con EP y reporÂtaron
una presentación de PBCV en cuanto a la relación hombre/mujer de
2,6/1, con edad de apariÂción más frecuente de 63,94 años,
y una duración media de 9,58 años desde la fecha de
diagnóstico hasta la aparición de los síntomas. En nuestro
caso la paciente presentó una edad similar a esta revisión, pero
con dos años de evolución desde el diagnóstico, lo que
podría sugerir un posible diagnóstico tardío en
relación con la aparición de los síntomas.3
La estadía hospitalaria fue prolongada, a pesar de
la resolución de la causa de la insuficiencia respiratoria, debido a las
limitaciones de acceso a los recursos de cuidado adecuados para una interÂnación
domiciliaria que requiere una persona con TQT. A pesar de esto, durante ese
tiempo se logró facilitar la transición al hogar, llevando a cabo
una exhaustiva tarea de educación y capacitación de la familia,
quienes eran sus cuidadores principales.
Existen reportes de otras opciones quirúrgicas
laríngeas realizadas en sujetos con EP y PBCV, sin embargo, en nuestro
caso fueron ofrecidas como estrategia terapéutica a largo plazo
posteriormente a haberse realizado la TQT (que era la mejor alÂternativa en la
situación de urgencia en nuestra institución), y rechazadas por
la paciente luego de asesorarla al respecto.
Como conclusión, a pesar de los desafíos
que se presentan en el contexto de una atención de guardia en un
hospital público, se pudo evaluar, considerar diagnósticos
diferenciales y resolver rápidamente la situación de emergencia
de una paciente con EP, con una presentación atípica de IR aguda
por PBCV. Si bien nuestra institución no cuenta con profesionales
especializados en neurología que pudieran optimizar idóneamente
las opciones farmacológicas, ni con la complejidad que permitiera
ofrecer todas las alternativas quiÂrúrgicas desde el inicio del cuadro
sintomático, la atención interdisciplinaria de la
situación aguda y el posterior manejo de su traqueostomía
perÂmitieron que la paciente pudiera decidir el curso terapéutico informadamente y a tiempo, lo que evita complicaciones
graves, y tener una calidad de vida acorde con su patología y
posibilidades.
Conflicto de intereses
Las autoras declaran no poseer conflicto de intereses.
BIBLIOGRAFÍA
1. Núñez-Batalla F, Díaz-Molina JP,
Costales-Marcos M, Moreno Galindo C, Suárez-Nieto C. Neurolaringología.
Acta Otorrinolaringol Esp. 2012;63:132-40.
https://doi.org/10.1016/j.otorri.2010.12.003
2. Cámpora H, Falduti A, Hawkes M.
Respiración-deglución: encrucijada aerodigestiva.
En: Maddalena F. Deglución de la A a la Z. Fisiopatología. Evaluación.
Tratamiento. Segunda edición. Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
Ediciones Journal; 2019. p. 35-43.
3. Hamdan
AL, Khalifee E, Tabet G.
Unilateral Vocal Fold Paralysis in Parkinson Disease: Case Report and Review of
the Literature. J Voice. 2018;32:763-6.
https://doi.org/10.1016/j.jvoice.2017.09.007
4. Brake MK, Anderson J.
Bilateral vocal fold immobility: a 13 year review of etiologies, management and
the utility of the Empey index. J Otolaryngol
Head Neck Surg. 2015;44:27. https://doi.org/10.1186/s40463-015-0080-8
5. Monteiro
L, Souza-Machado A, Valderramas S, Melo A. The effect of levodopa on pulmonary function in ParÂkinson’s
disease: a systematic review and meta-analysis. Clin Ther. 2012;34:1049-55.
https://doi.org/10.1016/j.clinthera.2012.03.001
6. Bin Asnawi
SA, Bin Mohamed MH, Bin Doi M. A
rare presentation of bilateral vocal cord paralysis in late stage Parkinson’s
disease. Int J Med Robot [Internet]. 2018;5(r).
https://doi.org/10.15342/ijms.v5ir.244
7. Corbin DO, Williams AC.
Stridor during dystonic phases of Parkinson’s disease. J Neurol Neurosurg Psychiatry.
1987;50:821-2. https://doi.org/10.1136/jnnp.50.6.821
8. Tsai CC, Wu MN, Liou LM, Chang YP. Levodopa reverse
stridor and prevent subsequent endotracheal intubation in Parkinson disease
patients with bilateral vocal cord palsy: A case report. Medicine
(Baltimore). 2016;95:e5559. https://doi.org/10.1097/MD.0000000000005559
9. Gan EC, Lau DP, Cheah KL. Stridor in Parkinson’s disease: a case of ‘dry drowning’? J Laryngol Otol. 2010;124:668-73.
https://doi.org/10.1017/S0022215109992222
10. Plasse
HM, Lieberman AN. Bilateral vocal cord paralysis in Parkinson’s disease. Arch Otolaryngol. 1981;107:252-3.
https://doi.org/10.1001/archotol.1981.00790400054013