Autor : Adil, Zegmout1, Hanane, Asri2, Anis, Rafik2, Ahmed, Zahir Lakhal3, Hicham, Souhi2, Hanane, El Ouazzani2, Ismail, Abderrahmane Rhorfi2
1 Facultad de Medicina y Farmacia de Casablanca, Marruecos; Servicio de neumologÃa, Hospital Militar Mohammed V, Rabat, Marruecos.
2Servicio de neumologÃa, Hospital Militar Mohammed V, Rabat, Marruecos.
3Escuela Superior Rey Fahd de Traducción, Tánger, Marruecos.
https://doi.org/10.56538/ramr.BHEZ6488
Correspondencia : Adil Zegmout. E-mail: adilzgmt@gmail.com
RESUMEN
La degeneración cerebelosa
paraneoplásica es un síndrome
neurológico raro, definido por la aparición aguda o subaguda de
un síndrome neurológico asociado con cáncer. El
pronóstico suele ser muy desfavorable. Presentamos el caso de un
paciente de 55 años con un carcinoma bronquial de células
pequeñas revelado por una degeneración cerebelosa
paraneoplásica. Lo notable en nuestro caso es
la mejoría significativa del estado neurológico posterior al
tratamiento del tumor, lo que sugiere la posibilidad de una reversión de
los síntomas neurológicos en respuesta a terapias dirigidas a
tumores quimio-sensibles, como los carcinomas bronquiales de células
pequeñas.
Palabras clave: Degeneración cerebelosa paraneoplásica, Carcinoma bronquial de
células pequeñas, Pronóstico.
ABSTRACT
Paraneoplastic cerebellar degeneration is a rare neurological syndrome characterized
by the acute or subacute onset of neurological
symptoms associated with cancer. The prognosis is often poor. We report the
case of a 55-year-old patient with small cell lung carcinoma revealed by paraneoplastic cerebellar degeneration. Our case is notable
for the significant improvement in the neurological status following tumor
treatment, sugÂgesting that neurological symptoms may regress in response to
targeted therapies for chemosensitive tumors such as small cell lung carcinomas.
Key words: Paraneoplastic cerebellar degeneration, Small cell lung carcinoma, Prognosis.
Recibido: 26/05/2024
Aceptado: 23/10/2024
INTRODUCCIÓN
La degeneración cerebelosa
paraneoplásica (DCP) se refiere a la
aparición aguda o subaguda de un síndrome neurológico
asociado con cáncer.1 Se trata de
afecciones raras cuya incidencia y prevaÂlencia son todavía poco claras.2 En la
mayoría de los casos, los trastornos neurológicos preceden al
descubrimiento del tumor primario.
A pesar
de los tratamientos radicales dirigidos al cáncer subyacente, el
pronóstico neurológico de los síndromes paraneoplásicos como la DCP suele ser desÂfavorable,
especialmente en aquellos casos mediados por anticuerpos onconeuronales.3 Sin embargo, en nuestro caso, el tratamiento quimioterápico condujo a una rápida
mejoría clínica, lo que constituye una respuesta inusual en la
mayoría de los síndromes paÂraneoplásicos
y subraya la particularidad de este caso. Es bien conocido que los carcinomas
bronquiales de células pequeñas (CPCP) presentan una notable senÂsibilidad
inicial a la quimioterapia, lo que tiene como resultado una reducción
significativa de las masas tumorales. Esta sensibilidad podría estar
relacionada con la mejoría clínica observada en nuestro paciente,
aunque esto requiere una confirmación adicional.
CASO CLÍNICO
Presentamos el caso de un paciente de 55 años con
anÂtecedentes de inestabilidad en la marcha que se había manifestado
durante un año, con un deterioro gradual en su condición. Durante
el examen neurológico, se observó la presencia de disartria,
marcha atáxica con un aumento del polígono de
sustentación, así como dismetría y adiaÂdococinesia
bilateral y simétrica en los cuatro miembros. Este cuadro clínico
se presentaba en un paciente fumador crónico, asintomático en el
aspecto respiratorio y con un estado general conservado. La resonancia
magnética cereÂbral inicial no reveló anomalías, por lo
que se descartó la presencia de un proceso tumoral. Los niveles de vitaminas
E y B12, así como las hormonas tiroideas, se encontraban dentro de los
rangos normales. Además, los resultados del análisis
inmunológico fueron negativos. Sin embargo, la búsqueda
específica de anticuerpos onconeuronales
reveló la presencia de anticuerpos anti-Hu
positivos.
La tomografía computarizada de tórax
reveló la presenÂcia de un proceso lesional
pulmonar en el lóbulo inferior derecho (en la región del nelson) con contornos irregulares que se realzaron
después de la inyección del medio de conÂtraste, con dimensiones
de 41 × 29 × 53 mm (transversal × antero-posterior × altura) y múltiples
adenopatías mediastínicas en las
cadenas 4R y 6 (Figura 1 A). Aunque la broncoscopia
fue normal, las biopsias pulmonares guiaÂdas por escáner mostraron
células pequeñas de cáncer de pulmón (Figura 2).
La asociación de un cuadro clínico
sugestivo, cronológiÂcamente relacionado con un cáncer de
pulmón, junto con la presencia de anticuerpos anti-Hu,
permitió establecer el diagnóstico de una DCP. La
tomografía por emisión de poÂsitrones (TEP) objetiva la masa
parenquimatosa pulmonar hipermetabólica en el nelson derecho, sin hipermetabolismo
ganglionar patológico en el mediastino y sin otros focos hipermetabólicos patológicos sospechosos en
el resto de las estructuras exploradas (véase Figura 1 B).
El paciente recibió un tratamiento combinado de
quiÂmioterapia y radioterapia de manera concomitante. La quimioterapia se
administró en ciclos de tres semanas, con cisplatino (75-80 mg/m², por
vía intravenosa, el día 1) y etopósido
(100-120 mg/m², por vía intravenosa, los días 1-3), y se
completan cuatro ciclos. En paralelo, el paciente fue tratado con radioterapia
torácica siguiendo un esquema de 45 Gy, fraccionados en 1,5 Gy por
sesión, dos veces al día durante tres semanas. La
evaluación posterior, después de cuatro ciclos de quimioterapia,
mostró una reducción en el tamaño del tumor (véase
Figura 1 C), acompañada de una mejora notable en el estado
neurológico del paciente: su marcha se volvió más estable
y pudo mantener su autoÂnomía con una buena calidad de vida. El paciente
recibió posteriormente radioterapia cerebral profiláctica.
DISCUSIÓN
Los síndromes neurológicos paraneoplásicos (SNP) son manifestaciones
neurológicas asociadas con un cáncer y que no se explican ni por
invasión del sisÂtema nervioso por células tumorales ni por
causas iatrogénicas, metabólicas, infecciosas o carenciales.
Pueden afectar tanto al sistema nervioso central como al periférico o a
la unión neuromuscular.2 Se trata de
afecciones raras que preceden al desÂcubrimiento de un cáncer en cerca
del 65% de los casos1 y cuya
incidencia y prevalencia aún son poco conocidas; la estimación de
las DCP es de 2 por cada 1000 casos.3 Sin embargo,
la mayoría de las estimaciones provienen de centros de referenÂcia y no
de estudios epidemiológicos. Durante un período de diez
años, un consorcio europeo de once países solamente
identificó novecientos pacientes con SNP.2
La DCP puede afectar tanto a hombres como a mujeres, y la
distribución de los casos entre hombres y mujeres puede variar en
función del tipo de tumor asociado.
La
fisiopatología de las DCP no está completamenÂte establecida,
pero parece que algunos autoanticuerÂpos dirigidos
contra las células tumorales podrían interactuar con las
células del sistema nervioso.4 Durante los últimos 20 años, la
identificación de los anticuerpos onconeuronales
ha marcado un avance importante que respalda la hipótesis de un
mecanismo autoinmune. Su presencia sugiere el carácter paraneoplásico del cuadro neurológico y
orienta la búsqueda del cáncer según el tipo de anticuerpo
idenÂtificado. El CPCP es una variedad neuroendocrina. Estas neoplasias
están asociadas con una diferenciaÂción neuroendocrina,
caracterizada por la expresión de marcadores específicos como el achaetescute homologue 1 (Ascl1) y la
proteína asociada al insuliÂnoma 1 (INSM1),
que desempeñan un papel clave en la biología y patología
de las células neuroendocrinas. Además, se ha demostrado que un
subgrupo de estos tumores muestra actividad humoral, lo que puede explicar
algunas manifestaciones clínicas debido a la liberación de aminas
neuroendocrinas en la circuÂlación sanguínea, como la arginina
vasopresina o el péptido liberador de gastrina.5, 6 La DCP está comúnÂmente asociada con
anticuerpos anti-Yo en mujeres con tumores malignos de ovario7, y con anticuerpos anti-Tr en
pacientes con linfoma de Hodgkin8. Los pacientes con cáncer de pulmón de
células pequeñas pueden desarrollar varias respuestas inmunitarias
en asociación con las DPC. En este contexto, hasta un 41% de los
pacientes desarrollan anticuerpos anti-VGCC; un 23% desarrollan anticuerpos
anti-Hu, y una minoría desarrolla otros
anticuerpos, como anticuerpos anti-PCA2, anti-Ri,
anti-mGluR1, anti- Zic4, anti-Ma, Anti-CV2/CRMP5 y
anti-ANNA3.9 Estos anticuerpos pueden estar presentes
tanto en suero como en líquido cefalorraquídeo.
Si bien
los CPCP son frecuentemente asociados a los SNP, no son los únicos
tumores responsables de estos síndromes. Tumores como el carcinoma de
mama o los linfomas también pueden inducir SNP. Además, aunque el
tratamiento del tumor subyaÂcente puede mejorar los síntomas, en muchos
casos, especialmente cuando los anticuerpos involucrados son intracelulares,
los síntomas sistémicos pueden persistir a pesar de la
remisión del tumor.
La DCP
puede preceder con frecuencia la aparición del cáncer en unos
meses e, incluso, en uno o dos años. Su inicio suele ser subagudo, pero,
a veces, puede ser más agudo. Por lo general, los síntomas
aparecen en pocas semanas o meses, pero, en algunas ocasiones, en pocos
días o incluso horas, de manera seudovascular.
La sintomatología clínica típica incluye un
síndrome cerebeloso estático y
cinético bilateral, y puede obÂservarse disartria, vértigo y
nistagmo.9 La imagen cerebral puede ser normal al principio, pero,
después de varios meses de evolución, puede mostrar atrofia cerebelosa con dilatación del cuarto
ventrículo, sin afectación del tronco cerebral.
El
diagnóstico de los SNP se clasifica como cierto, probable o posible
según los criterios que permiten evaluar el nivel de convicción
que vincula el trastorno neurológico observado con un tumor conocido o
sosÂpechado.10 Es crucial establecer la relación
entre una sintomatología neurológica sugestiva y la presencia de
anticuerpos onconeuronales o la evidencia de un
cáncer subyacente. Aproximadamente, el 50% de los casos no presentan
anticuerpos onconeuronales identificables. Por lo
tanto, la ausencia de anticuerpos onconeuronales no
descarta el diagnóstico de SNP. En este caso, el diagnóstico de
SNP se basa en la asociación de una clínica sugestiva
cronológicamente relacionada con un cáncer, tal como se observa
en nuestro caso.
El
tratamiento de las DCP se basa principalmenÂte en el tratamiento del tumor
primario, lo cual es fundamental, especialmente cuando se trata de un
síndrome paraneoplásico asociado a un
anticuerpo deÂpendiente de un antígeno de membrana. Sin embargo, en caso
de falta de respuesta al tratamiento del tumor, se pueden considerar opciones
inmunosupresoras. Los corticosteroides, las
inmunoglobulinas humanas en dosis altas por vía intravenosa, los
intercambios plasmáticos, el tacrolimus y,
más recientemente, el rituximab, son terapias
que se han utilizado, aunque su eficacia suele ser limitada en los SNP,
especialmenÂte los de naturaleza central, sobre todo si el antígeno es
intracelular y no de membrana.11
El
pronóstico neurológico de los pacientes con DCP es desfavorable
incluso después del tratamiento raÂdical del tumor en cuestión.
La persistencia de estos síntomas tiene un impacto negativo en la
calidad de vida de los pacientes. De hecho, menos del 10% de ellos son capaces
de caminar sin ayuda. Además, se ha informado un tiempo mediano de
supervivencia de apenas 22 meses.12 En el caso de nuestro paciente, el diagnóstico
temprano de DCP permitió identificar un carcinoma de pulmón de
células pequeñas en un estadio localizado. Esto facilitó
brindar al paciente la mejor oportunidad de tratamiento, a pesar del
pronóstico reservado asociado con este tipo histolóÂgico de
cáncer. Es importante destacar que nuestra observación es notable
por la mejoría del estado neurológico después del
tratamiento del tumor. Este caso sugiere que los síntomas
neurológicos de la DCP pueden mejorar en pacientes con carcinoma de
células pequeñas debido a la alta sensibilidad de estos tumoÂres
a la quimioterapia, lo que permite una reducción significativa de la
carga tumoral y, consecuentemente, una posible mejora en las manifestaciones
clínicas.
CONCLUSIÓN
El caso presentado resalta la importancia de considerar
un CPCP en pacientes con síntomas neurológicos atípicos,
como los observados en la DCP. Lo notable en este caso es la mejora neuroÂlógica
significativa tras el tratamiento del tumor, lo que sugiere que, en ciertos
casos, los síntomas paraneoplásicos
pueden responder favorablemente al tratamiento oncológico dirigido,
especialmente cuando la neoplasia es sensible a la quimioterapia. Este caso
subraya la importancia de un diagnóstiÂco temprano y de un tratamiento
adecuado en la evolución de los SNP asociados a tumores quimioÂsensibles, como el CPCP.
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de
intereses.
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