Autor : Melatini, Luciano1,2, Durán, Lucas Gonzalo1,2,3, Papucci, Tulio1, Via Alvarado, Juan Manuel1,Colucci, Matías1,2
1 Instituto Neumonológico del Sur, Bahía Blanca (INeuS), Buenos Aires, Argentina.
2Servicio de Terapia Intensiva, Hospital Municipal de Agudos Dr. Leónidas Lucero de Bahía Blanca, Buenos Aires, Argentina.
3Departamento de Ciencias de la Salud, Universidad Nacional del Sur, Buenos Aires, Argentina.
https://doi.org/10.56538/ramr.QIDV9903
Correspondencia : Melatini Luciano. E-mail: lmelatini@yahoo.com.ar
RESUMEN
Introducción: Recientemente se ha documentado que un notable número de pacientes
recuperados presenta una persistencia de síntomas tras el período
de infección. Esta entidad clínica se denomina “síndrome
pos-COVID-19” y su prevalencia se sitúa en un rango del 40 % al 90 %
entre aquellos individuos que han recibido el alta hospitalaria.
Objetivos: El objetivo del estudio fue comparar los resultados de la prueba de
ejercicio cardiopulmonar en pacientes con y sin síndrome pos-COVID-19.
Materiales y métodos: Se realizó un estudio de corte transversal, analítico,
realizado en pacientes pos-COVID. Se clasificaron los pacientes en dos grupos,
aquellos con o sin criterio positivos para síndrome pos-COVID-19. Se
utilizó la prueba de T-Student y la prueba U
de Mann-Whitney según fuera necesario. Se consideró
estadísticamente significativo un valor p < 0,05 y se
utilizó el software SPSS 23. Se incluyeron 47 pacientes
pos-COVID; el 53,2 % (25/47) era parte del grupo con síndrome
pos-COVID-19, mientras que el 46,8 % (22/47) conformó el otro grupo.
Resultados: La media de edad y peso y porcentaje de sexo femenino fue de 44,52 (DS
14,52), 80,06 (DS 20,19), el 52 % para el grupo con el síndrome y 41,86
(DS 11,76), 64,04 (DS 17.72), el 90,9 % para el otro grupo. La reserva
respiratoria obtuvo un promedio para la diferencia de 8,4 % (IC 95 % 1,8 %-15
%) con un valor p de 0,013.
Conclusiones: Los parámetros que miden la eficiencia ventilatoria (VE/VCO2 y PETCO2)
evidenciaron claras diferencias significativas entre los grupos evaluados, lo
cual podría ser secundario a un trastorno
ventilación-perfusión como manifestación de secuela
pos-COVID.
Palabras clave: COVID-19, Síndrome pos-agudo COVID-19, Prueba de ejercicio
ABSTRACT
Introduction: Recently, it has been documented that a significant number of recovered
patients experience persistent symptoms after the infection period. This clinical condition, known as “post-COVID-19 syndrome” has a
prevalence ranging from 40% to 90% among individuals who have been discharged
from the hospital.
Objectives: The objective of the study was to compare the results of the
cardiopulmonary exercise test in patients with and without post-COVID-19
syndrome.
Materials and methods: A cross-sectional, analytical study was conducted on post- COVID
patients. Patients were classified in two groups: those who met the criteria
for post-COVID-19 syndrome and those who did not. The T-Student and
Mann-Whitney U test were used as appropriate. A p-value of <0.05 was
considered statistically significant, and SPSS 23 software was used. A total of
47 post-COVID patients were included; 53.2% (25/47) were in the post-COVID-19
syndrome group, while 46.8% (22/47) formed the other group.
Results: The mean age, weight, and percentage of females were: 44.52 years (SD
14.52), 80.06 kg (SD 20.19), and 52% in the post-COVID-19 syndrome group, and
41.86 years (SD 11.76), 64.04 kg (SD 17.72), and 90.9% in the other group,
respectively. The respiratory reserve showed an average difference of 8.4% (95%
CI 1.8% - 15%) with a p-value of 0.013.
Conclusions: The parameters measuring ventilatory
efficiency (VE/VCO2 and PETCO2) showed clear, significant
differences between the groups evaluated, which could be secondary to a
ventilation-perfusion mismatch as a manifestation of post-COVID sequelae.
Key words: COVID-19, Post-acute COVID-19 syndrome, Exercise test
Recibido:26/03/2024
Aceptado:11/05/2024
INTRODUCCIÓN
A fines de diciembre de 2019, se informó de una
serie de casos de neumonía desconocida que, posteriormente, se
denominó “enfermedad por coronavirus 2019” (COVID-19), causada por el
síndrome respiratorio agudo grave coronavirus 2 (SARS-CoV-2).1 Finalmente,
en marzo del 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS)
emitió una declaración oficial sobre la pandemia de COVID-19. La
rápida propagación global del virus SARS-CoV-2 planteó un
desafío sin precedentes en términos de salud pública a
nivel mundial.
En este contexto, resulta interesante considerar
cómo la práctica médica se vio fuertemente demandada por
la sintomatología asociada a dicha enfermedad, dado que, en muchos de
los casos, estos síntomas no se correlacionaron con anormalidades
evidentes en los estudios diagnósticos habitualmente realizados.
Si bien es ampliamente conocida la predilección
del daño pulmonar, sobre todo en el parénquima, asociada a la
infección causada por el SARS-CoV 2, no se
debe subestimar la presencia de posibles lesiones vasculares pulmonares (que
incluye fenómenos como lesión endotelial, desregulación
del tono vascular pulmonar y microtrombosis in situ)
como una entidad para considerar.2,
3
Recientemente se ha documentado que un notable
número de pacientes recuperados presenta una persistencia de
síntomas tras el período de infección. Esta entidad
clínica se denomina “síndrome pos-COVID-19” y su prevalencia se
sitúa en un rango del 40 % al 90 % entre aquellos individuos que han
recibido el alta hospitalaria.4-6
La prueba de ejercicio cardiopulmonar (PECP) está
reconocida como el método de referencia de ejercicio aeróbico, ya
que puede discriminar las limitaciones cardiovasculares, ventilatorias y musculoesqueléticas durante el ejercicio al
monitorear las variaciones en los niveles de oxígeno, dióxido de
carbono, ventilación minuto y frecuencia cardíaca.7 Por tal
motivo, la PECP surge como uno de los métodos no invasivos más
efectivos para la evaluación integral en individuos pos-COVID-19.
Autores, como Dorelli y Clavario, han demostrado que
más de la mitad de los sobrevivientes de COVID-19 no graves presentan
limitaciones en la capacidad funcional.8, 9
El objetivo de este estudio fue comparar las
características de la PECP entre pacientes con y sin síndrome
pos-COVID-19.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio de corte transversal,
analítico, con paciente atendidos en el Instituto Neumonológico
del Sur (INeuS) de Bahía Blanca durante el
lapso de seis meses durante el año 2022. Se clasificaron los pacientes
en dos grupos, aquellos con criterio positivos para síndrome
pos-COVID-19 y aquellos sin criterios (sin disnea). Se incluyeron en el estudio
pacientes mayores de 16 años, con el antecedente de diagnóstico
de COVID-19 positivo documentado por PCR/antígeno, que realizaron la
prueba de ejercicio cardiopulmonar entre los 60 y 120 días del
diagnóstico infectológico, y quedaron
excluidos los pacientes con diagnóstico de COVID-19 positivo por
definición epidemiológica. En cuanto a los criterios de
eliminación, se eliminaron aquellos pacientes que no lograron finalizar
la prueba de ejercicio cardiopulmonar.
A continuación, se describen las variables
consideradas para el presente estudio:
Síndrome
pos-COVID-19: Se definió como disnea o
fatiga que persiste durante al menos 60 días después del inicio
de los síntomas, hasta los 120 días, según los criterios
de la OMS.
Prueba
de ejercicio cardiopulmonar: Se realizó una
prueba de ejercicio en cinta rodante y con equipo cardiopulmonar con
análisis continuo de intercambio de gases respiratorios
respiración a respiración (MedGraphicUltimaCPX,
software Breeze suite). Se utilizó el
protocolo de Bruce modificado para las pruebas en cinta rodante. Las mediciones
incluyeron frecuencia cardíaca (FC), consumo de oxígeno (VO2),
producción de dióxido de carbono (VCO2), ventilación minuto (VE) y
relación entre VE y VCO2.
La calidad del esfuerzo del ejercicio se evaluó mediante el
índice de intercambio respiratorio [RER (VCO2/VO2)]. Se consideró esfuerzo
máximo unRER > 1,1. La capacidad funcional
se definió como normal cuando el VO2
máximo previsto era ≥ 85 %. El VO2
en el umbral anaeróbico (AT): Se identificó con el
método de V-Slope. Otras de las variables
analizadas fueron el sexo, edad, peso, altura.
Análisis estadístico: Las variables continuas se resumen como media ± desviación
estándar (DE) o mediana (rango intercuartílico
de 25 a 75) según su distribución, mientras que las variables
categóricas se expresan como porcentajes. Se utilizó la prueba de
T-Student previa verificación de los
supuestos para comparar las medias de las variables continuas en cada grupo, y
en caso de no cumplir con los supuestos se utilizó la prueba U de
Mann-Whitney. Se consideró estadísticamente significativo un
valor p < 0,05 y se utilizó el software IBM SPSS 23, en
su versión para Windows.
Consideraciones éticas: Los investigadores adhirieron plenamente a la Ley Nacional de
Protección de Datos Personales (N.° 25326) y a la declaración de
Helsinki de la Asociación Médica Mundial.
RESULTADOS
En el estudio, se incluyeron un total de 47 pacientes
con diagnóstico de COVID-19. De esos 47 pacientes, el 53,2 % (25/47)
formó parte del grupo con síndrome pos-COVID-19, mientras que el
46,8 % (22/47) conformó el grupo sin síndrome pos-COVID-19.
En cuanto a las características basales del total
de la muestra se obtuvo que el porcentaje de participantes del sexo femenino en
el grupo con síndrome pos-COVID-19 fue de un 52 % (13/25), mientras que,
en el otro grupo, un 90,9 % (20/22) del total fueron del sexo femenino.
La edad en promedio fue de 44,52 años (DS 14,52)
para el grupo pos-COVID-19, mientras que se obtuvo una media de 41,86
años (DS 11,76) para el otro grupo. Respecto a el peso, altura e IMC se
obtuvieron valores promedios de 64,04 kg (DS 20,19), 1,72 m (DS 64,29) y 26,19
kg/m2 (DS 5,01),
para el grupo pos-COVID-19, mientras que el grupo sin pos-COVID-19 fue de 80,06
kg (DS 20,19), 1,70 m (DS 9,82) y 27,33 (DS 5,91), respectivamente.
Respecto al análisis realizado con la PECP para
ambos grupos, se obtuvo que para la reserva respiratoria una diferencia
promedio del 8,4 % (IC 95 % 1,8 %-15 %) con un valor p de 0,013.
Mientras que el resto de las variables se observan en la Tabla 1.
DISCUSIÓN
Este estudio representa uno de los pocos a nivel local
que comparan los hallazgos de la PECP en sujetos según la presencia del
síndrome pos- COVID-19. Esto hecho amerita ser destacado, ya que la
persistencia de la intolerancia al ejercicio tras la infección por
COVID-19 es ampliamente reconocida, pero aún poco comprendida, dado que
existe evidencia heterogénea en términos del tiempo transcurrido
desde la enfermedad hasta la evaluación, así como en la gravedad
de la enfermedad, la diversidad de secuelas pos-COVID-19, la edad promedio de
los pacientes y el tamaño de las muestras.10-12
Los pacientes de nuestro estudio con síndrome
pos-COVID-19 reportaron predominantemente disnea y dolor torácico como
síntomas persistentes. La prevalencia de estos síntomas es
consistente con otros estudios,13 donde la
disnea se identifica como uno de los síntomas respiratorios más
comunes tras la recuperación de la infección. La presencia de
dolor torácico, junto con ineficiencia ventilatoria identificada en la
PECP, sugiere la necesidad de un enfoque diagnóstico amplio que
considere no solo secuelas pulmonares directas, sino también la
posibilidad de complicaciones tromboembólicas.
Los parámetros que miden la eficiencia ventilatoria (VE/VCO2 y PETCO2)
evidenciaron claras diferencias significativas entre los grupos evaluados, lo
cual podría ser secundario a un trastorno ventilación-perfusión
como manifestación de secuela pos-COVID-19. Previamente, un estudio
reveló que aproximadamente la mitad de los sobrevivientes de COVID-19 no
grave experimentan una reducción en la capacidad funcional (VO2 MÁX.
PREDICHO), y se atribuyeron los resultados principalmente al deterioro
muscular.9 Sin embargo,
este estudio no comparó las características de la prueba de esfuerzo
cardiopulmonar entre pacientes que desarrollaron el síndrome
pos-COVID-19 y aquellos que no lo padecieron. Además, nuestro enfoque
específico sobre la eficiencia ventilatoria en quienes desarrollaron el
síndrome pos-COVID-19 revela una dimensión adicional, que puede
estar vinculada a procesos de microtrombosis o
disfunción endotelial persistente. En este sentido, la PECP ha sido
particularmente útil para identificar patrones de ineficiencia
ventilatoria que podrían justificar una investigación adicional
para descartar enfermedad tromboembólica
pulmonar (TEP), una complicación con una prevalencia aumentada en
pacientes pos-COVID-19.
En nuestro estudio, no hubo diferencias significativas
en la capacidad funcional. Por otra parte, otro estudio demostró que
más del 25 % de los pacientes que se recuperaron de una hospitalización
por COVID-19 evidenciaron ineficiencia ventilatoria durante el ejercicio.8
La ineficiencia ventilatoria fue el factor
más evidente en nuestros pacientes con síndrome pos- COVID. La
ineficiencia ventilatoria en el contexto pos-COVID-19 sugiere que estos
pacientes podrían beneficiarse de intervenciones de
rehabilitación pulmonar dirigidas específicamente a mejorar la
ventilación y la eficiencia en el intercambio de gases. Los programas de
rehabilitación podrían enfocarse en ejercicios aeróbicos y
respiratorios diseñados para optimizar la función ventilatoria y
corregir posibles alteraciones en la relación ventilación-perfusión.
Además, el seguimiento regular mediante PECP en estos pacientes
podría ser útil para monitorear la evolución de la ineficiencia
ventilatoria y ajustar las estrategias terapéuticas de forma
personalizada, abordando tanto la eficiencia ventilatoria como el
fortalecimiento muscular general.
El presente estudio cuenta con algunas limitaciones.
Por el diseño y lugar del estudio, existe la posibilidad de presentar un
sesgo de selección que podría afectar los resultados. Es posible
que dicho sesgo refuerce los hallazgos, ya que más sujetos con comorbilidades
no pos-COVID-19 podrían haber tenido un rendimiento inferior en la PECP.
Además, la información retrospectiva sobre la función
pulmonar estimada a través de la espirometría
no pudo obtenerse de manera fiable, por lo que estos datos no fueron considerados
en el análisis.
Por otro lado, el tamaño de la muestra
resulta una limitación importante, según los valores de
prevalencia del evento reportados en la bibliografía,14
mientras que la mayor proporción de población
femenina en el grupo sin síndrome pos- COVID-19 también
podría resultar en un sesgo del estudio. Además, la
composición de género con predominio femenino en el grupo sin
síndrome pos-COVID-19 podría introducir un sesgo que afecte los
hallazgos sobre la eficiencia ventilatoria. Futuras investigaciones con un
mayor número de participantes y una composición de género
equilibrada serían útiles para validar estos resultados y
minimizar el potencial de sesgo. A pesar de estas limitaciones, este estudio
aporta evidencia valiosa al explorar la aptitud física en pacientes con
síndrome pos-COVID-19. Es necesario desarrollar más estudios que
determinen si las anomalías identificadas en la PECP pueden tener un
valor pronóstico y, eventualmente, ser modificadas mediante
intervenciones terapéuticas, como programas de rehabilitación.
Nuestro estudio también resalta el potencial de la PECP para identificar
pacientes que podrían beneficiarse de evaluaciones adicionales para
descartar TEP y de un manejo específico de la ineficiencia ventilatoria.
CONCLUSIONES
Los resultados de este estudio de prueba de
ejercicio cardiopulmonar revelan diferencias significativas en las variables
de interés entre los grupos evaluados. Estos hallazgos sugieren una
clara disociación en la capacidad de adaptación al esfuerzo
cardiovascular. Con la ineficiencia ventilatoria como el elemento fundamental
de diferencia entre los dos grupos examinados.
Financiamiento
Esta investigación no recibió
ninguna subvención específica de agencias de financiación
del sector público, comercial o sin fines de lucro.
Conflictos de
interés
Los autores declaran no tener conflictos de
interés.
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