Autor : Bellon, Pablo Antonio1,2, Motti, MarÃa Victoria3, Carnero Echegaray, JoaquÃn1,4,5, Larocca, Florencia1,6, Bosso Mauro, Javier1, 2 5
1Santa Catalina Neurorrehabilitación ClÃnica, CABA, Argentina.
2Hospital General de Agudos Dr. I. Pirovano, CABA, Argentina.
3Hospital General de Agudos Carlos G. Durand, CABA, Argentina.
4Hospital General de Agudos José MarÃa Penna, CABA, Argentina
5Universidad Abierta Interamericana, Facultad de Ciencias Médicas y de la Salud, Centro de Altos Estudios en Ciencias Humanas y de la Salud (CAECIHS), CABA, Argentina.
6Hospital Naval Cirujano Mayor Dr. Pedro Mallo, CABA, Argentina.
https://doi.org/10.56538/ramr.t2fx-gybs
Correspondencia : Pablo Antonio Bellon. E-mail: pabloabellon@gmail.com
RESUMEN
Introducción: La remoción de la cánula de traqueostomía
es esencial en pacientes crítico-crónicos. Resulta importante
reconocer las variables que impedirían la decanuÂlación.
Objetivos: Comparar las características de los pacientes que no lograron decanularse. Secundariamente, determinar variables
asociadas a mortalidad.
Materiales y métodos: Estudio observacional, analítico, retrospectivo. Incluyó
pacientes que ingresaron con traqueostomía
entre 2016 y 2019 y no lograron decanularse. Se
compararon sus características según el motivo de no decanulación, mediante prueÂba de chi-cuadrado/kuskal-wallis. Se
analizó con regresión logística la posibilidad de muerte
en nuestra institución.
Resultados: Se incluyeron 286 pacientes, ordenados en seis grupos: estadía mayor
de quince días (n = 84; 29,4 %), no desvinculación
ventilación mecánica (n = 69; 24,1 %), falla blue test (n = 60;
21 %), lesión vía aérea superior mayor del 50 % (n = 27;
9,4 %), no tolerancia oclusión traqueostomía
(n = 26; 9,1 %) y mal manejo de secreciones (n = 20; 7 %).
Aquellos que no se desvincularon de la ventilación
mecánica presentaron mayor prevalencia de antecedentes respiratorios (p
= 0,004), y menor hemoglobina, presión inspiratoria y espiratorias
máximas (p = 0,02, p < 0,001 y p = 0,004,
respectivamente). Aquellos con lesión de la vía aérea
superior mayor del 50 % presentaron internación prolongada (164 d, RIQ
64,5-417; p = 0,01). No se encontraron diferencias en la deriÂvación
a centros de mayor complejidad y alta entre los grupos.
Ser mayor de 70 años (OR 2,53 [1,43-4,48]),
presentar estadía superior a 91 d (OR 1,91 [1,004-3,63)], no decanulación por falla blue
test (OR 2,64 [1,17-5,97]) y no desvinculación de la
ventilación mecánica (OR 2,90 [1,29-6,56]) fueron variables
independientes de mortalidad.
Conclusión: Los motivos de no decanulación parecieran
reflejar una población espeÂcialmente crítica, ya sea de manera
aguda (estadía menor de quince días) o crónica (falla
desvinculación de la ventilación mecánica o blue test).
Palabras claves: Decanulación, Traqueostomía, Rehabilitación,
Paciente crítico-crónico, Centro de rehabilitación
ABSTRACT
The removal of the tracheostomy cannula is essential in chronic
critically ill patients. It is important to identify the variables that could
prevent decannulation.
Objectives:
To compare the characteristics of patients who weren’t able to decannulate. Secondly, to determine the variables associated
with mortality.
Materials and methods:
Analytical, retrospective, observational study. The study included
patients who received a tracheostomy (TQT) between 2016 and 2019 and did not
achieve decannulation. Their characteristics were
compared based on the reason for not decannulating,
using the Chi-Square/Kruskal-Wallis test. Probability
of death was calculated in our institution using logistic regression.
Results:
A total of 286 patients were included, divided into 6 groups: Length of
stay < 15 days (n=84; 29.4%), failure to wean from mechanical ventilation
(MV) (n=69; 24.1%), blue dye test failure (BDTF) (n=60; 21%), upper airway
(UAW) injury > 50% (n=27; 9.4%), intolerance to tracheostomy tube occlusion
(TTO) (n=26; 9.1%), and poor secretion management (n=20; 7%).
Those who were not weaned from MV
had a higher prevalence of respiratory history (p=0.004) and lower hemoglobin,
and maximal inspiratory and expiratory pressures (p=0.02, p<0.001, and
p=0.004, respectively). Those with UAW injury > 50% had a prolonged
hospitalization (164 days, IQR [interquartile range] 64.5-417; p=0.01). No
differences were found regarding the referral to higher-level care centers or
discharge between the groups.
Being over 70 years old (OR 2.53
[1.43-4.48]), having a length of stay > 91 days (OR 1.91 [1.004-3.63]), non-decannulation due to BDT (blue dye test) failure (OR 2.64
[1.17-5.97]), and failure to wean from MV (OR 2.90 [1.29-6.56]) were all
independent variables associated with mortality.
Conclusion:
The reasons for non-decannulation seem to
reflect a particularly critical population, whether acutely (length of stay
< 15 days) or chronically (failure to wean from MV or BDT failure).
Key word: Decannulation, Tracheostomy, Rehabilitation, Critically ill patients, Weaning center
Recibido: 12/12/2023
Aceptado: 26/04/2024
INTRODUCCIÓN
La traqueostomía (TQT)
es uno de los procediÂmientos más realizados en la terapia intensiva
(UTI) en pacientes con ventilación mecánica invaÂsiva prolongada
(VMP),1, 2 la cual se
define como el requerimiento de asistencia ventilatoria mecánica (AVM)
durante más de veintiún días con un uso de al menos seis
horas diarias.3 Se realiza en
el 34 % de los pacientes que presentan AVM invasiva por más de 48 h.4 También
se encuentra indicada en mal manejo de secreciones, alteraciones de la
vía aérea superior y fracaso de la extubación.5 Tanto la
presencia de TQT como la VMP llevan a que estos pacientes sean considerados
críticos, crónicamente enfermos debido al proceso inflamatorio y
falla de órganos persistente que padecen.6
La remoción de la cánula de TQT es un paso
esencial en la rehabilitación de los pacientes que se recuperan de una
enfermedad crítica. Es imprescindible priorizarla, ya que el
éxito en el procedimiento podría evitar estadías
prolongadas en las instituciones, lo que disminuye la mortaÂlidad, favorece el
alta y mejora así la calidad de vida de los sujetos. Se debe tener en
cuenta que la demora en la decanulación
incrementa, además, los costos en salud a causa de lo anteriormente
descripto.7-10
Existen diferentes tipos de abordajes y estraÂtegias para
decanular a un paciente, según la
bibliografía publicada.5 Teniendo en
cuenta que el uso prolongado de la TQT debe ser evitado, ya que conlleva a
diferentes complicaciones, como broncorrea, tos excesiva, infecciones
respiratorias; y lesiones, como traqueomalacia,
estenosis, fístulas traqueo-esofágicas, granulomas, sumado todo
esto a las alteraciones funcionales en la deglución y la
fonación.9,
11-14 Es
de suma importancia reconocer con exactitud cuáles son las variables que
podrían impedir la decanulación de un
paciente.
Diversos trabajos publicados concuerdan en cuáles
son los mejores indicadores para lograr el éxito al momento de la
retirada de la cánula de traqueostomía.6, 15, 16 La controversia aparece cuando estos
indicadores, por diferentes causas, no son favorables, lo que imposibilita la decanulación. Por todo lo mencionado, el objetivo
que nos propusimos fue comparar las características
clínico-demográficas de los pacientes que no lograron decanularse en nuestra institución según el
motivo por el cual no se pudo retirar exitosamente la cánuÂla de TQT y,
secundariamente, poder determinar si existen variables de no decanulación asociadas a la mortalidad en un centro
de desvinculación de la ventilación mecánica y
rehabilitación (CDVMR) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
(CABA).
MATERIAL Y MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional,
analítico, transversal y retrospectivo entre el 1.°
de enero de 2016 y el 31 de diÂciembre de 2019, en Santa Catalina Neurorrehabilitación Clínica, CABA,
Argentina.
Nuestra institución es CDVMR donde todos nuestros
pacientes ingresan derivados desde centros de agudos. Contamos con cuatro sedes
que admiten pacientes traÂqueostomizados y con AVM,
con una disponibilidad máxima aproximada de ochenta camas en cada una.
Anualmente recibimos un promedio de 145 pacientes TQT, dentro de los cuales
aproximadamente el 40 % ingresa con AVM.
Se incluyeron aquellos pacientes mayores de 18
años que ingresaron traqueostomizados y no
lograron ser decanulaÂdos al momento del alta,
derivación a otro centro de mayor complejidad, muerte o transcurridos un
mínimo de 365 días de internación en nuestra
institución.
Se excluyeron aquellos pacientes que presentaban daÂtos
faltantes en las variables de resultado para el análisis
estadístico y aquellos a los que se les retiró la TQT para
colocarles una prótesis de Montgomery.
El estudio fue aprobado por el Comité de
Investigación y el Comité de Ética de la
institución. Debido al carácter retrospectivo del estudio y a que
la información se obtuvo a partir de historias clínicas,
resguardando los datos de identificación personal de los pacientes, no
se requirió un consentimiento informado.
Procedimientos
La información se recolectó de fuentes
secundarias, como las historias clínicas de los pacientes y la base de
datos general confeccionada por el servicio de kinesiología respiratoria
de la institución. No se incluyeron los datos personales de los
pacientes, sino que fueron codificados utilizando números correlativos a
partir de la fecha en que ingresaron.
El objetivo primario de nuestro estudio fue comparar las
características clínico-demográficas de los pacientes que
no lograron decanularse en nuestra institución
según el motivo por el cual no se pudo retirar exitosamente la
cánula de TQT. Para evaluar la posibilidad de decanulación,
se aplicó el protocolo correspondiente utilizado en nuestra
institución (Figura 1).
Se conformaron seis grupos excluyentes y exhaustivos,
según el motivo de no decanulación:
• Breve estadía (BE): Incluyó a
aquellos pacientes que permanecieron internados en nuestra institución
menos de quince días y sobre los cuales no se pudieron aplicar nuestros
protocolos de trabajo para lograr la decanulación.
• No desvinculación de AVM (NDAVM): Incluyó a aqueÂllos pacientes que no lograron ser desvinculados de
la AVM invasiva durante su estadía en nuestra institución y, por
lo tanto, no pudieron decanularse.
• Falla de blue test (FBDT):
Incluyó a aquellos pacienÂtes que toleraron el
desinflado del balón de neumotaponaÂmiento y
la oclusión de la cánula de TQT, ya sea con tapón o
válvula fonatoria, pero presentaron su
última prueba de blue dye test (BDT) positiva.
• Lesión de vía aérea (LVA): Incluyó a aquellos pacientes que no toleraron el desinflado del
balón de neumotaponaÂmiento y la
oclusión de la cánula de TQT, y en los que se evidenció a
través de fibrobroncoscopia (FBC) una
lesión que disminuía más de un 50 % el diámetro de
la laringe o de la tráquea.
• No tolerancia a la oclusión de TQT (NTO): Incluyó a aquellos pacientes que no toleraron el desinflado del
balón de neumotaponamiento y la
oclusión de la cánula de TQT, y en los que no se evidenció
a través de FBC una lesión que disminuyera más de un 30 %
el diámetro de la laringe o la tráquea.
• Mal manejo de secreciones (MMS): Incluyó a aquellos pacientes que inicialmente toleraron el
desinflado del balón de neumotaponamiento y la
oclusión de la cánula de TQT, pero no lograron decanularse debido a que presentaron un aumento en la
cantidad de secreciones o requerían tres o más aspiraciones
diarias por TQT.
Las variables clínico-demográficas que
comparar se organiÂzaron en tres grupos:
• Variables previas al ingreso al CDVMR: Sexo, edad, antecedentes (respiratorios, cardiovasculares, neurolóÂgicos
y tóxico-metabólicos), tipo de vía aérea (natural o
TQT), independencia (independiente, semindependiente o postrado), internaciones
previas en UTI, internaciones previas en CDVMR, diagnóstico de ingreso a
UTI, días de tubo endotraqueal (TET),
días de AVM en UTI y días de internación en UTI.
• Variables al ingreso a CDVMR: Albúmina, hormona estimulante de la tiroides (TSH), hemoglobina,
presión inspiratoria máxima (PIM), presión espiratoria
máxima (PEM), alteración crónica de la conciencia
(evaluada con la Escala de Recuperación del Coma Revisada17), requerimiento de AVM.
• Variables de egreso del CDVMR: Días de internación en CDVMR, condición de egreso del
CDVMR.
Como objetivo secundario, se evaluaron probables vaÂriables
explicativas de la mortalidad en nuestra cohorte de pacientes. Entre ellas, se
incluyeron sexo, edad mayor de 70 años (predictor independiente de no decanulación según Díaz Ballve y cols7),
antecedentes (respiratorios, cardiolóÂgicos, neurológicos y
tóxico-metabólicos), TQT previa al ingreso en UTI, internaciones
previas en UTI, internacioÂnes previas en CDVMR, ingreso a CDVMR con
alteración crónica de la conciencia, ingreso a CDVMR con AVM,
desvinculación de AVM en CDVMR, falla de decanulación
y recanulación en CDVMR, estadía en
CDVMR (categorizada según los días de internación en menor
de 7 días, entre 8 y 15 días, entre 16 y 30 días, entre 31
y 90 días, y mayor de 91 días) y motivo de no decanulación.
Análisis estadístico
Las variables continuas se describieron como media y
desviación estándar o mediana (Mn) y rango intercuarÂtilo
(RIQ), según corresponda a partir de la prueba de normalidad de Lilliefors (para la muestra en general) o de Shapiro-Wilk (para cada grupo). Las variables
categóricas se reportaron como frecuencia y porcentaje. La comparaÂción
entre los diferentes grupos se realizó utilizando la prueba de Kruskal-Wallis para las variables continuas y Chi-Cuadrado
para las variables categóricas. En el caso en que las pruebas fuesen
significativas, se realizó un análisis post-hoc para
establecer que grupos mostraban diferencias significativas entre ellos con la
prueba de Mann-Whitney con corrección de significancia (para variables
continuas) o con la prueba de comparación de proporciones por coÂlumna,
mediante el método de Holm-Bonferroni (para
variables categóricas).
Para analizar la presencia de factores explicativos de la
mortalidad en nuestra cohorte de pacientes se realizó, en primer lugar,
un análisis de regresión logística binaria simple sobre
las variables ya mencionadas previamente. En segundo lugar, se realizó
un análisis de regresión logística binaria múltiple
en búsqueda de factores independienteÂmente asociados a la mortalidad,
aquellas variables que pudiesen ser factores explicativos de esta y,
además, preÂsentaran un valor de p < 0,1 en el análisis
univariado. Se evaluó la calibración y
discriminación del modelo mediante la prueba de Hosmer-Lemeshow
y el análisis del área bajo la curva (ABC).
RESULTADOS
Entre el 1.° de enero de 2016 y
el 31 de diciembre de 2019 ingresaron en la institución 580 pacientes
con TQT, de los cuales no se pudo decanular al 51,2 %
(Figura 2). La muestra de estudio quedó conformada por 286 pacientes.
La cohorte de pacientes no decanulados
preÂsentó una edad promedio de 64,3 ± 18,3 años, con
mayoría de sexo masculino (63,2 %). El 15 % ya presentaba TQT antes de
su internación en UTI y aproximadamente la mitad de los pacientes ya
había requerido internaciones previas en cuidados intensivos. El 50,7 %
de los pacientes ingresó con AVM invasiva, de los cuales solo el 30,3 %
logró desvincularse en nuestra institución. Las caracÂterísticas
clínico-demográficas pueden observarse en la Tabla 1.
Solo el 11,2 % de los pacientes no decanulados
logró el alta institucional. La mortalidad en nuesÂtra cohorte de
pacientes fue del 26,2 %.
El principal motivo de no decanulación
fue BE (n = 84), seguido de NDAVM (n = 69). Los pacienÂtes que no
lograron desvincularse presentaban una mayor prevalencia de antecedentes
respiratorios (NDAVM 49,3 % vs. FBDT 21,7 %, BE 26,2 %, LVA 25,9 %, NTO 26,9 %
y MMS 40 %; p = 0,01) e internación en UTI por enfermedad
pulmonar obstructiva crónica (EPOC) reagudizada (NDAVM 8,7 % vs. FBDT
1,7 %, BE 0 %, LVA 3,7 %, NTO 0 % y MMS 5 %; p = 0,046). A su vez,
presentaron los menores valores de PIM (NDAVM, Mn 35,5 cm H2O vs. FBDT, Mn 66,5 cm H2O; BE, Mn 60 cm H2O; LVA, Mn 68 cm H2O; NTO, Mn 60 cm H2O; p < 0,001) y menor PEM
(NDAVM, Mn 37 cm H20)
que FBDT y BE (Mn 45 cm H2O
ambos; p = 0,004) (Tabla 2).
Los pacientes que no pudieron ser decanulados
por LVA presentaron una estadía más prolongada en nuestra
institución (LVA Mn 164 días vs. NDAÂVM Mn 59 días, FBDT
Mn 118 días, NTO Mn 55,5 días, MMS Mn 52,5 días; p =
0,01). La principal lesión observada en la FBC fueron los granulomas
(36,8 %) y la principal localización fue la subglótica
(41,3 %) (Tabla 3).
Por otra parte, los pacientes que permanecieron menos de
quince días presentaron una mayor deÂrivación a centros de agudos
(p = 0,005), pero una menor mortalidad en CDVMR (p = 0,003).
El análisis de regresión logística
binaria simple y múltiple en búsqueda de factores explicativos de
mortalidad en nuestra cohorte de pacientes pueden observarse en las Tablas 4 y
5, respectivamente. Tener una edad mayor de 70 años (OR 2,53, IC 95 %
1,43-4,48), una estadía mayor de 91 días (OR 1,91, IC 95 %
1,003-3,63) y presentar como motivos de no decanulación
FBDT (OR 2,64, IC 95 % 1,17-5,97) y NDAVM (OR 2,90, IC 95 % 1,29- 6,56), se
presentaron como variables explicativas independientes de mortalidad. La
calibración y la discriminación del modelo de regresión
logística fueron regulares, con un estadístico de Hosmer- Lemeshow de 10,33 (p =
0,24) y un ABC de 0,71 (IC 95 % 0,64-0,78).
DISCUSIÓN
Habiendo analizado los resultados, nos resulta inÂteresante
poder destacar que surge la problemática de definir si los pacientes se
ven perjudicados por no lograr la decanulación
o es el estado crítico al ingreso el marcador principal para un curso
desÂfavorable de la rehabilitación.
Con respecto al grupo NDAVM, Sansone
y cols. observaron que el aumento progresivo en la duÂración de la
ventilación mecánica tuvo un efecto insignificante sobre la
desvinculación exitosa o la sobrevida a largo plazo, pero sí
presentó un efecto nocivo y contraproducente en referencia a la tasa de decanulación dado que aumenta los días de
estadía hospitalaria.18 En esta misma
línea, varios autores pudieron demostrar que la VMP interviene en el
fallo de la retirada de la TQT por diferentes factores. Estos estudios se
llevaron a cabo en poÂblaciones heterogéneas, lo que fortalece
aún más este concepto.19-21 En nuestro análisis,
los pacientes que no se desvinculaban de la AVM y que, por lo tanto, no se decanularon, presentaron una mayor prevalencia de antecedentes
respiratorios y motivo de internación en UTI por EPOC reagudizado.
El segundo grupo con resultados
significativos es el que presentaba LVA en la FBC con obstrucÂción mayor
del 50 % de su diámetro. La presencia de la lesión puede
evidenciarse en la zona subglóÂtica (producto
de complicación en la traqueotomía percutánea), en el ostoma (producto de procesos infecciosos) o en el infraostoma (producto del mal manejo del balón de neumotaponamiento y el déÂficit en el
posicionamiento distal de la cánula).22 La aparición de los
signos y síntomas clínicos dependen tanto del grado de la
obstrucción como de la velocidad del flujo aéreo. Inicialmente,
el paciente podría estar asintomático en reposo y presentar un empeoramiento
clínico con el ejercicio al aumentar los flujos ventilatorios. Pero
cuando una obstrucción comienza a ser sintomática en reposo, lo
más probable es que el diámetro de la vía aérea se
haya reducido al menos en un 75 % y dejado una luz no mayor de 5 mm.23
Según Law y cols., la estenosis
traqueal se produce hasta cierto punto al nivel del ostoma
en todos los pacientes que han sido decanulados. Si
bien se encuentra presente entre un 3 % y un 12 % de los pacientes con TQT,
esta podría impedir la decanulación
dada su difícil resolución quirúrgica o posible progreÂsión,
principalmente en aquellas que ocluyan más de un 50 % la luz traqueal.24
Nuestros resultados asocian a los pacientes con LVA mayor de 50 %
con la estadía hospitalaria más extensa de los seis grupos. Sin
embargo, no podemos asegurar si la lesión es la causante de mayor
estadía o cuantos más días de TQT, mayor probabilidad de
lesiones graves en la vía aérea.
En el resto de nuestra cohorte, se
encontraron otros factores de menor prevalencia de motivos de no decanulación.
La tolerancia a la oclusión es uno de
los preÂdictores más importantes cuando hablamos de la retirada de la
vía aérea artificial y, generalmente, el punto de partida para el
inicio de la mayoría de los protocolos de decanulacion.16 Cabe destacar que, si bien la
tolerancia a la oclusión de la TQT no solo depende de la permeabilidad
de la vía aérea, varios autores la encontraron como una variable
de éxito en el proceso de decanulación.
Enrichi y cols. hallaron que, si se combina una
adecuada permeaÂbilidad de la vía aérea, evaluada por medio de
una endoscopia, y un resultado positivo en la prueba de oclusión de la
TQT, se lograba una sensibilidad de un 94,1 % y una especificidad de un 94,7 %,
de éxito en la decanulación.25 Por el contrario,
Hernández y cols. sugieren que la capacidad para tolerar el tapón
tiene tanto una sensibilidad como una especificidad baja, pues algunos
pacientes que no toleran el tapón son decanulados
con éxito y, por el contrario, la mayoría de los pacientes son decanulados sin el uso del tapón. Por esta
razón, proponen que su criterio de fracaso del tapón poÂdría
parecer excesivamente conservador.20 En la población
estudiada, veintiséis pacientes, aunque no presentaban una lesión
de vía aérea en la FBC, no toleraron la oclusión de la TQT
por factores funcionales inherentes a esta.
Si nos referimos al mal manejo de
secreciones, Choate y cols. encontraron que la
retención de secreciones y la imposibilidad de eliminación fueron
las principales complicaciones en la falla de la decanulación.
Como resultado de su estudio, un 4,8 % (39 de 823 pacientes) tuvieron falla en
la decanulación, de los cuales un 60 % fallaba
por mal manejo de secreciones.26 Además,
Hernández y cols. observaron que, para que un paciente pueÂda ser decanulado, no tendrían que superarse las dos
aspiraciones de secreciones diarias, con un intervalo mínimo de ocho
horas entre cada una, y teniendo en cuenta, además, su calidad.20
Otros estudios también hacen referencia a la importancia
en el manejo de las secreciones al momento de la decanulación.27, 28
En nuestro análisis, menos del 10 % de los pacientes no
pudieron decanularse por este motivo, por lo que no
pareciese ser un factor relevante.
La cohorte de pacientes con una
internación meÂnor de quince días los consideramos como pacientes
que interrumpieron el protocolo de decanulación,
ya sea por requerimiento de derivación a centros de mayor complejidad o
fallecimiento. Nuestro protocolo requiere más de quince días, si
tenemos en cuenta las 72 horas para el inicio, más el día que
evaluamos BDT propiamente dicho y los días de BDT a decanulación.
En promedio, el período de BDT a decanulación
es de trece días (8-27) en nuestra institución y corresponde,
principalmente, al tiempo de espera hasta realización de FBC.29
Carmona y cols. llevaron a cabo una
revisión sobre disfagia asociada a VAA en el 2012. El autor
enumeró múltiples causas de disfagia producidas por el uso de la
TQT, se enfocó en las disfagias orofaríngeas
y desarrolló un algoritmo que seguir para su tratamiento. Para pacientes
sin sospecha de disfagia, el abordaje lo realizó con tinción de
azul de metileno (aclarando su baja especificidad), además de enumerar
múltiples estrategias coadÂyuvantes para abordar esta compleja
situación con el fin de progresar al paciente.30 Del mismo, modo Ceriana y cols. diseñaron un diagrama de flujo para
lograr la decanulación, que incluye varios
parámetros al inicio, entre los que se encuentra la evaluación de
la deglución por medio del BDT.28 Stelfox
llevó a cabo una encuesta en diferentes países, en centros
especializados para la atención de pacientes traqueostomizados.9, 32
Al consultar sobre la importancia de evaluar la deglución,
la mayoría respondió que la considera de moderada necesidad antes
de la decanulación, pero no prioriÂtaria.
Algunos autores, en su opinión de expertos,4 no sugieren evaluar la
deglución en el proceso de decanulación
mientras otros solo refieren la neÂcesidad de una vía aérea
superior competente.29 No está claro en la
bibliografía un consenso en cuanto a la utilización del BDT, pero
sí está claro que los autores que
utilizan esta evaluación en sus protocolos la remarcan como predictor de
decanulación exitosa. Lo que llamó la
atención con nuestros resultados fue encontrar que la FBDT es un
predictor independiente de mortalidad en el análisis multivariado. Esto
se podría atribuir a que el grupo de pacientes que falla el BDT y, por
ende, no pueden ser decanulados, quizás tienen
un pronóstico desfavorable debido a su peor estado general o mayor
cantidad de comorbilidades. Lo que supondría que es el estado
crítico del pacienÂte el causal del aumento en la mortalidad y no el
solo hecho de utilizar una TQT. En concordancia con esto último, Distéfano y cols. en el año 2018 propusieron
que aquellos pacientes que tienen una gravedad mayor de enfermedad son menos
propensos a ser decanulados y, al mismo tiempo,
presentan una mayor tasa de mortalidad basal. Más aún, la
mortalidad puede actuar como un evento competitivo que impide la
decanulación.33
Siguiendo con las restantes variables explicatiÂvas
independientes de mortalidad que se suman a la FBDT (rango etario mayor de 70
años, los que no lograron ser desvinculados de AVM y los sujeÂtos con
estadía mayor de 91 días), conjuntamente fortalecerían
aún más nuestra hipótesis que surge a partir del
análisis estadístico y que coincide en varios aspectos con la
bibliografía publicada. Díaz Ballve y
cols., en el estudio multicéntrico que
llevaron a cabo en Argentina sobre pacientes que fueron traqueostomizados
en 31 UTI y 5 °CDVMR, hallaron que la mortalidad fue
mayor en los pacienÂtes que no lograban decanularse,
y se encontró que a los 90 días solo el 64,5 % se encontraban
vivos, mientras que el 94,1 % de los que sí lograban el retiro de la TQT
continuaban vivos.7 Siguiendo esta misma
línea de análisis, Pasqua y cols. obserÂvaron
que los individuos que tenían una TQT por menos de diez semanas tuvieron
seis veces más posibilidades de ser decanulados
que los pacientes que continuaron traqueostomizados
por un período más largo.10 Otro resultado interesante de
una enÂcuesta realizada por el grupo de Marchese y
cols. en el año 2010 es que la TQT se mantuvo en una proporción
sustancial de pacientes sin necesidad de VMP; en este grupo, el 95 % de los
pacientes tenían comorbilidades, más de 70 años o ambos.27
Como limitaciones del estudio podemos mencioÂnar la falta
de seguimiento de los pacientes que se fueron derivados a centros de mayor
complejidad, ya que pudieron ser decanulados
posteriormente. En segundo lugar y debido a que nuestro estudio fue
retrospectivo, se perdieron algunos pacientes por la falta de datos en la
historia clínica o en nuesÂtra base de datos, aunque el peso de estos
sobre la muestra final fue mínimo. Por último, algunos estudios
sugieren que la técnica con que se realiza la traqueostomía
(quirúrgica o percutánea) podría influir en la
decanulación.34 No se pudo obtener
retrospectivamente esta información para valorar su influencia dentro
del análisis. Sin embargo, su influencia suele basarse en que la traqueostomía con técnica quirúrgica
tiene mayor incidencia de lesiones de la vía aérea,34, 35
lo cual sí fue analizado en nuestro estudio.
CONCLUSIÓN
Los principales motivos de no decanulación
fueÂron una estadía menor de quince días en nuestra
institución y la no desvinculación de la asistencia ventilatoria
mecánica. Ambos parecieran reflejar una población especialmente
crítica, ya sea de manera aguda (debido a no estar en condiciones de
permanecer en un CDVMR y requerir una pronta derivación a centros de
mayor complejidad) o crónica (ya que no logran el retiro de la AVM y
tienen mayor mortalidad en nuestra institución).
Por otra parte, los mayores de 70 años, los que
permanecieron internados más de tres meses y aquellos que no pudieron
ser decanulados por continuar con AVM o fallar el BDT
presentaron mayor probabilidad de morir en nuestra instituÂción. Esto
pareciera aclarar que la mortalidad no se debe a la presencia de la TQT per
se, sino a un cuadro crítico crónico que pone a estos
pacientes en una situación más vulnerable.
Conflictos de interés
Los autores declaran no tener fuentes de
financiación externa ni conflictos de interés.
BIBLIOGRAFÍA
1. O’ Connor HH, Kirby KJ, Terrin N, Hill NS, White AC. Decannulation
Following Tracheostomy for Prolonged Mechanical Ventilation. J Intensive Care
Med 2009;24:187- 94.
https://doi.org/10.1177/0885066609332701
2. Tobin AE, Santamaria
JD. An intensivist-led tracheostomy review team is
associated with shorter decannulation time and length
of stay: a prospective cohort study. Crit Care 2008;12:R 48. https://doi.org/10.1186/cc6864
3. MacIntyre
NR, Epstein SK, Carson S, Scheinhorn D, ChrisÂtopher
K, Muldoon S. Management of patients requiring prolonged mechanical
ventilation: report of a NAMDRC consensus conference. Chest 2005;128:3937-54. https://doi.org/10.1378/chest.128.6.3937159
4. Dhand
R. Johnson JC. Care of Chronics
Tracheostomy. Respir Care. 2006;51:984-1004.
5. Villalba D, Lebus J, Quijano A, Bezzi M, Plotnikow G. RetiÂrada de la cánula de traqueostomía. Revisión bibliográfica.
Rev Arg de Ter Int. [Internet]. 2014;31(1).
6. Kahn JM, Le T, Angus DC, Cox
CE, Hough CL, White DB, y cols. The epidemiology of chronic
critical illness in the United States. Crit
Care Med. 2015;43:282-7.
https://doi.org/10.1097/CCM.0000000000000710
7. Díaz Ballve P, Villalba D, Andreu M, Escobar M, Morel Vulliez G, Lebus J, y cols. DecanulAR. Factores predictoÂres de dificultad para la decanulación. Estudio de cohorte multicéntrico.
Rev Am Med Resp 2017;1:12-24.
8. Engels P, Bagshaw
S, Meier M, Brindley PG.
TracheÂostomy: From insertion to decannulation. Can J
Surg. 2009;52:427-33.
9. Stelfox
HT, Hess DR, Schmidt UH. A North American survey of respiratory therapist and
physician tracheostomy decannulation practices. Respir Care. 2009;54:1658-64.
10. Pasqua
F, Nardi I, Provenzano A,
Mari A. Weaning from tracheostomy in subjects undergoing pulmonary rehaÂbilitation.
Multidiscip Respir Med 2015;10:35. https://doi.org/10.1186/s40248-015-0032-1
11. Epstein SK. Late
complications of tracheostomy. Respir Care. 2005; 50:542-9.
12. Heffner JE, Miller KS, Sahn SA. Tracheostomy in the intensive
care unit. Part 2: Complications. Chest.
1986; 90:430-6. https://doi.org/10.1378/chest.90.3.430
13. Christopher K. Tracheostomy decannulation. Respir Care 2005;50:538-41.
14. O’Connor HH, White AC.
Tracheostomy Decannulation. Respir
Care. 2010;55:1076-81.
15. Medeiros G, Sassi F, Lirani-Silva C, Furquim de AnÂdrade C. Criteria for tracheostomy decannulation: litÂeratura
review. CoDAS 2019;31(6):e20180228.
https://doi.org/10.1590/2317-1782/20192018228
16. Santus P, Gramegna A, Radovanovic D,
Stefano Nava. A systematic review on tracheostomy decannulation: a proposal of a quantitative-semiquantitative clinical score. BMC Pulmonary Medicine
2014;14:201. https://doi.org/10.1186/1471-2466-14-201
17. Tamashiro
M, Rivas ME, Ron M, Salierno F, Dalera
M, Olmos L. A Spanish Validation of the Coma Recovery Scale- Revised (CRS-R).
Brain Inj. 2014;8:1744-7. https://doi.org/10.3109/02699052.2014.947621
18. Sansone GR, Frengley JD, Vecchione JJ, Manogaram MG, Kaner RJ.Relationship of the duration of ventilaÂtor support to successful
weaning and other clinical outcomes in 437 prolonged mechanical ventilation paÂtients.
J Intensive Care Med. 2017;32:283-91.
https://doi.org/10.1177/0885066615626897
19. Pandian
V, Miller CR, Schiavi AJ, Yarmus
L, Contractor A, Haut ER, y cols. Utilization of a standardized tracheÂostomy
capping and decannulation protocol to improve patient
safety. Laryngoscope. 2014;124:1794-800.
https://doi.org/10.1002/lary.24625
20. Hernández G, Ortiz R, Pedrosa A, Cuena R, Vaquero ColÂlado C, González Arenas P, y
cols. The indication of tracheÂotomy conditions the
predictors of time to decannulation in critical patients.
Med Intensiva. 2012;36:531-9. https://doi.org/10.1016/j.medin.2012.01.010
21. Luo
C, Yang H, Chen Y, Zhang Z, Gong Z. Respiratory nursing interventions following
tracheostomy in acute traumatic cervical spinal cord injury. Cell Biochem Biophys. 2014;70:455-9. https://doi.org/10.1007/s12013-014-9940-5
22. Sue R, Susanto
I. Long-term complications of artificial airways. Clin Chest Med
2003;24:457-71.
https://doi.org/10.1016/S0272-5231(03)00048-0
23. Fernández Vaquero MA, Bartolomé Celab E, Villegas Fernández FR. Revisión de
las estenosis traqueales tras inÂtubación: a propósito de un
caso. Med Intensiva 2009;33:301- 05. https://doi.org/10.1016/S0210-5691(09)72199-0
24. Law JH, Barnhart K, Rowlett
W, De la Rocha O, Lowenberg S. Increased frequency of
obstructive airway abnormaliÂties with long-term tracheostomy. Chest. 1993;104:136-8.
https://doi.org/10.1378/chest.104.1.136
25. Enrichi
C, Battel I, Zanetti C,
Koch I, Ventura V, Palmer K y cols. Clinical Criteria for Tracheostomy DecannulaÂtion in Subjects with Acquired Brain Injury. Respir Care. 2017;62:1255-63.
https://doi.org/10.4187/respcare.05470
26. Choate K, Barbetti
J, Currey J. Tracheostomy decannulaÂtion
failure rate following critical illness: a prospective deÂscriptive study.
Australian Crit Care 2009;22:8-15.
https://doi.org/10.1016/j.aucc.2008.10.002
27. Marchese
S, Corrado A, Scala R, Corrao S, Ambrosino N.
Tracheostomy in patients with long-term mechanical ventilation: a survey. Respir Med 2010;104:749-53.
https://doi.org/10.1016/j.rmed.2010.01.003
28. Garuti
G, Reverberi C, Briganti A,
Massobrio M, Lombardi F, Lusuardi
M. Swallowing disorders in tracheostomised patients:
a multidisciplinary/multiprofessional approach in decannulation protocols. MultidiscipRespir Med. 2014;9:36. https://doi.org/10.1186/2049-6958-9-36
29. Carnero Echegaray J, Larocca
F, Bellón P, Di Yorio
R, Cancino J, Bosso M y
cols. Análisis de una cohorte de pacientes decanulados
en un centro de cuidados críticos crónicos de Argentina. Rev Am Med Respir.
2020;20:200-7.
30. Fernández-Carmona A, Penas-Maldonado L,
Yuste-Osorio E y Díaz-Redondo A. Exploración y abordaje de
disfagia seÂcundaria a vía aérea artificial. Med
Intensiva. 2012;36:423- 33.
https://doi.org/10.1016/j.medin.2011.09.006
31. Ceriana P, Carlucci A, Navalesi P, Rampulla C, Delmastro M, Piaggi GC, y cols. Weaning from tracheotomy in long-term mechanically ventilated patients:
feasibility of a decisional flowchart and clinical outcome. Intensive Care Med 2003;29:845-8.
https://doi.org/10.1007/s00134-003-1689-z
32. Stelfox
H, Crimi C, Berra L, Noto
A, Schmidt U, Bigatello LM y cols. Determinants of
tracheostomy decannulation: an international survey. Crit Care 2008;12(1): R26.
https://doi.org/10.1186/cc6802
33. Distéfano E,
Picón Fuster S, Destefanis C, Gaggioli M, Botto M,
Villafañe MC y cols. Predictores de éxito después de la decanulación en pacientes adultos
críticamente enfermos: un estudio de cohorte retrospectivo. Rev Hosp Ital
B Aires 2018; 38:132-8.
34. Heidler MD, Salzwedel A, Jöbges M, Lück O, Dohle C, Seifert M, y cols. Decannulation of tracheotomized patients after long-term mechanical
ventilation – results of a proÂspective multicentric
study in German neurological early rehabilitation hospitals. BMC
Anesthesiol. 2018;18:65.
https://doi.org/10.1186/s12871-018-0527-3
35. Higgins KM, Punthakee X. Meta-analysis comparison of open versus
percutaneous tracheostomy. LaryngoÂscope. 2007;117:447-54.
https://doi.org/10.1097/01.mlg.0000251585.31778.c9