Autor : Lugogo NL, Hollingsworth JW, Howell DL et al.
Am J Respir Crit Care Med 186, (5) 404–411, 2012
Comentado por : Carlos H. Bevilacqua
Los autores inicialmente afirman que el riesgo de
desarrollo de asma se incrementa progresivamente
con el aumento del índice de masa corporal (IMC).
Esto es aún más notable en las mujeres. Agregan que
un IMC alto dificulta el control de los síntomas de
asma y empeora las exacerbaciones, lo que aumenta
las internaciones por este motivo. Todo esto sugiere
una fuerte vinculación entre asma y obesidad.
Aparentemente el tejido adiposo participa de la
inflamación al secretar citoquinas biológicamente
activas, incluyendo el factor de necrosis tumoral
(FNT) e interleuquina 6, así como adipoquininas
(que incluyen leptina, adiponectina, inhibidor del
activador del plasminógeno y resistina). Está claro
que la obesidad se asocia con el desarrollo del proceso
de inflamación sistémico, que provoca a su vez el incremento de los niveles de “proteínas de fase aguda”.
Los macrófagos del tejido adiposo incluso
provocan resistencia a la insulina, a través de la
liberación de FNT.
Los niveles altos de leptina que se detectan
en líquido de lavado alveolar de pacientes obesos
también tendrían efectos proinflamatorios fuera
del pulmón. En el ser humano la leptina se asocia
con el desarrollo de asma, un efecto que es particularmente frecuente en mujeres.
Se detecta un aumento de leptina en el líquido
de lavado bronquioalveolar (BAL) de pacientes
obesos, que coincide con incrementos de su concentración sérica, lo que haría suponer que ese “inductor inflamatorio” se filtra al alvéolo.
El propósito del presente estudio fue conocer
si el nivel de leptina en el espacio aéreo se asocia
con el índice de masa corporal, y si eventualmente
esto puede vincularse con el desarrollo de asma en
sujetos obesos o con sobrepeso.
Con estos objetivos se realizaron fibrobroncoscopías a 42 sujetos asmáticos y a 46 sujetos controles
sanos. El fluido del BAL de 66 de ellos fue analizado para conocer el nivel de inflamación celular,
citoquinas y leptina soluble, entre otras muchas
determinaciones.
Además, los macrófagos cultivados de 22 de
esos sujetos fueron expuestos a lipopolisacáridos
(LPS), leptina y leptina con LPS. Las citoquinas
fueron medidas en el sobrenadante, después del
centrifugado.
Como resultados los autores mencionan que
los niveles de leptina estaban incrementados en
los sujetos obesos o con sobrepeso, independientemente de su condición de asmáticos o no ((P =
0,013), pero que eran significativamente mayores
en los sujetos que presentaban sobrepeso/obesidad
y asma (P = <0,001).
El fluido del BAL mostró las siguientes cifras de
leptina expresadas en picogramos/ml:
26,97 en 17 sujetos con peso normal, y 49,32 en
otros 17 con sobrepeso/obesidad. En los asmáticos las cifras fueron en promedio
15,35 pg en 12 asmáticos con peso normal, y 142,45
pg en 20 sujetos con obesidad y asma.
Los exámenes ex vivo (realizados sobre cultivos de tejidos) mostraron que la respuesta a los
LPS era más intensa en los macrófagos alveolares
de sujetos asmáticos con sobrepeso/obesidad y
que la preexposición a altas concentraciones de
leptina exageraba esa respuesta inflamatoria. La leptina por sí sola se mostró suficiente para
inducir la producción de citoquinas proinflamatorias en macrófagos obtenidos de asmáticos con
alto IMC.
Finalmente los autores concluyen que los
estudios realizados en cultivos de macrófagos
derivados de asmáticos con obesidad/sobrepeso
son hipersensibles a la leptina. Este fenotipo de
los macrófagos, en presencia de altos niveles de
leptina soluble en el espacio aéreo, podría contribuir a la patogenia de la enfermedad asmática
asociada a obesidad.
Me pareció interesante que los autores le otorgan al macrófago del tejido adiposo un rol estelar
en la resistencia a la insulina y el posterior desarrollo del síndrome metabólico.
Por último, ellos creen que el macrófago es la
célula clave en los mecanismos regulatorios del
pulmón y, en ese sentido, sería muy interesante
conocer si “ese” macrófago puede cambiar su
comportamiento en circunstancias de pérdida de
peso corporal.
Lecturas sugeridas
1. Obesidad Infantil y Asma: ¿Una relación de causa y consecuencia? Rev Clin Med Fam 2011; Vol. 4: 2.
2. Obesity: Preventing and Managing the Global Epidemia OMS. 2000.
3. David Moreau, Sofia Kalaboka, Marie Choquet, and Isabella Annesi-Maesano. Asthma, obesity, and eating behaviors according to the Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders IV in a large population-based sample of adolescents. Am J Clin Nutr 2009; 89:1292-8.