Comentado por : Lic. Adrián Gallardo y Dr. Carlos Bevilacqua
La reciente pandemia de influenza H1N1 indujo
en muchos pacientes el desarrollo de complicaciones respiratorias severas. En ocasiones, los
disturbios respiratorios alcanzaron a convertirse
en distress, afectando una población especialmente joven y previamente sana, que incluía embarazadas y obesos. Esto forzó intentos de varios
investigadores por emplear métodos alternativos
salvavidas distintos de los usualmente disponibles.
Así surgió el empleo de distintas formas de circulación extracorpórea (ECMO), procedimientos hasta
entonces reservados casi exclusivamente para pacientes sometidos a cirugía cardiaca. Aparecieron
entonces mejoras de los procedimientos usuales de
ECMO, y variantes de los mismos.
Esta primera revisión bibliográfica no hace referencia, como de costumbre, a una publicación de losúltimos días, sino a un artículo publicado en 2009,
pero que revisa un tema que reaparece con fuerza
en el escenario. Nos servimos de la experiencia de
estos investigadores con mucha literatura vinculada al fallo respiratorio agudo y la ventilación mecánica para asomarnos al valor actual y la proyección
futura del intercambio gaseoso extracorpóreo.
Intercambio de gas estracorpóreo. Extracorporeal gas exchange.
Autor: Antonio Pesenti, Alberto Zanella and Nicoló Patroniti
(Universidad de Milano)
Current Opinion in Critical Care 2009, 15: 52-8
Comentado por: Carlos H. Bevilacqua
Los autores nos introducen en el tema afirmando que las técnicas de intercambio gaseoso
extracorpóreo se han usado eficientemente por
más de treinta años, pero su rol fuera de la cirugía
cardiaca está aun en plena evolución, y adelantan
que se referirán a situaciones de algunos pacientes
críticos en los que la ventilación mecánica o la
espontánea no invasiva son insuficientes o están
contraindicadas.
El estudio “Soporte Ventilatorio Convencional
vs. Oxigenación de Membrana Extracorpórea para
el Fallo Respiratorio Agudo del Adulto” (más conocido como Estudio CESAR) tuvo una presentación
preliminar en la reunión de la Sociedad Americana
de Cuidados Críticos del año 2008. Es un estudio
realizado en el Reino Unido, sobre pacientes con distress severo. Se pueden obtener datos preliminares del mismo en: CESAR: conventional ventilatory
support vs. extracorporeal membrane oxygenation
for severe adult respiratory failure.
Se trata en realidad del primer estudio que muestra mejora de sobrevida en pacientes adultos con
distress, tratados tempranamente con intercambio
gaseoso extracorpóreo.
Se enrolaron adultos de entre 18 y 65 años, con
un score de Murray de 3 o más, e hipercapnia con
pH menor de 7,20. Los pacientes randomizados para
recibir oxigenación extracorpórea eran trasladados a
Leicester, mientras que los remanentes eran sometidos al mejor tratamiento convencional. La mayoria
de los pacientes sometidos a oxigenación extracorpórea eran canulados en ambas venas femorales, o femoral y yugular, por punción percutánea como vía
de egreso e ingreso de sangre respectivamente.
Se programó la sustitución total del intercambio
gaseoso pulmonar en normotermia y con un flujo
sanguíneo mayor de 5L/minuto.
El promedio de duración de esta sustitución
alcanzó los 9 días, y las variables del respirador
fueron “seteadas” para poner los pulmones en
reposo (presión inspiratoria límite hasta 20cm
de agua, PEEP de hasta 10cm, una FR de 10 por
minuto, y una FiO2 de 30%).
Se usó rutinariamente heparina para mantener
los tiempos de coagulación activados (APTT) entre
160 y 220 segundos.
Entre 2001 y 2006 se enrolaron 90 pacientes en
cada rama, y los resultados mostraron que la sobrevida a los seis meses o la ausencia de discapacidad
se alcanzaba en el 63% de los pacientes sometidos
a ECMO, contra un 47% del grupo control.
Esto significaba salvar una vida de entre cada
6 pacientes tratados.
A pesar de las peculiaridades en el diseño, éste
es el primer ensayo verdadero de ECMO en adultos. Los primeros resultados del CESAR, con su
procedimiento veno-venoso, muestran que el procedimiento puede ser salvavidas en los pacientes
con distress más severo, y que estos resultados se
alcanzan con una sustitución casi completa del
intercambio gaseoso pulmonar.
Asistencia pulmonar arteriovenosa sin bomba:
En 2006 se publica un reporte sobre el empleo
de un sistema de “pulmón de membrana” de baja
resistencias (Novalung), que resultó muy eficiente
en la eliminación de CO2, pero menos eficiente en
la oxigenación de la sangre venosa, requiriendo
que ello se mejorase por otros medios. El procedimiento requiere de la canulación de arteria y
vena femorales, y pueden alcanzarse flujos de
hasta 2L/min., dependiendo de la presión arterial.
Se señala que este procedimiento permitiría un
empleo menos injurioso de la ventilación mecánica
tradicional. Una problemática frecuente de este
procedimiento es la isquemia distal al sitio de la
canulación arterial.
También corresponde mencionar el empleo del
Novalung, pero con un acceso veno-venoso, con el
flujo mantenido por bomba. Este procedimiento
fue recientemente propuesto como “puente” hasta
el trasplante pulmonar. Los autores argumentan
que se trata de una pequeña superficie de baja resistencia, y que esto evitaría algunas de las injurias
observadas con el empleo de ECMO tradicional.
Nuevas Tecnologías y Técnicas
Las membranas microporosas ofrecen muy alta
capacidad de transferencia de gases, y eso las ha
popularizado durante tantos años para su uso en
oxigenadotes, pero una limitación actual de su
empleo es la frecuente aparición de pérdidas de
plasma, que lleva a su reemplazo casi diario.
Recientemente apareció el pulmón sólido de
goma siliconada, que puede emplearse ininterrumpidamente durante hasta dos semanas.
Un avance aún más reciente es la aparición
de las membranas de polimetilpentene, que se
emplean en los diseños de Quadrox, Novalung, el
Medos y el Dideco, que combinan la posibilidad de
su uso por más de una semana, y la ausencia de
pérdidas de plasma.
La mayoria de estos oxigenadores ofrece variantes “biocompatibles”, que son en realidad una
promesa de que el oxigenador no requiere heparinización, aunque esto todavía debe ser evaluado
definitivamente.
Probablemente la mayor ventaja de estos oxigenadotes de microfibra es su baja resistencia al
flujo, y la posibilidad de su empleo aún sin bomba
propulsora, o favoreciendo un buen funcionamiento de las mismas.
La hemorragia severa sigue siendo la mayor
amenaza de cualquier sistema de circulación extracorpórea. Tal es así que el Instituto Nacional de
la Salud de los EE.UU. ha examinado los requerimientos transfusionales de los distintos sistemas
durante las primeras 24hs de funcionamiento, y
está estimado entre 4 y 5L de sangre entera.
Más recientemente, con el advenimiento de
las canulaciones percutáneas veno-venosas, las
superficies biocompatibles de los filtros, el empleo
de citratos en la extracción venosa, y la mayor
experiencia acumulada, todas estas dificultades
parecen disminuir sensiblemente.
Algunos dispositivos todavía en investigación
animal incluyen: circuitos intravasculares de oxigenación (en estos casos no extracorpóreos) que
contienen microfibras oxigenadotas colocadas por
cateterismo en la vena cava.
Otros dispositivos sometidos a pruebas son
filtros de alrededor de 300ml/minuto de flujo, que
ayudan parcialmente a la remoción de dióxido de
carbono y a la oxigenación.
Intercambio gaseoso extracorpóreo: ¿hacia donde
vamos?
Los autores concluyen que el intercambio gaseoso fuera del cuerpo ha avanzado enormemente en
los últimos treinta años, y su uso no esta limitado
al distress, sino que se extiende al asma severa,
el trauma, la enfermedad pulmonar obstructiva
crónica y durante la espera del trasplante de
pulmón.
Por nuestro mejor conocimiento de la injuria
provocada por la ventilación mecánica (VILI) y del
distress mismo, cualquier dispositivo que con seguridad alcance a intercambiar al menos 0,5L/minuto
será suficiente para remover el CO2 producido y
aportar parcialmente a la oxigenación, como para
poder aspirar a ventilar estos pacientes con ventilación no invasiva o con parámetros ventilatorios
no injuriosos. Esto supone un muy sensible avance
en el tratamiento de estos pacientes.
Me pareció muy atinada una observación del autor, que no por elemental deja de ser atractiva: “El
respirador reemplaza la función de los músculos
respiratorios, no la del pulmón como intercambiador de gases”.
Lecturas recomendadas
- Gómez-Caroa A, Badiab JR, Ausinc P. Asistencia respiratoria extracorpórea en la insuficiencia respiratoria grave
y el SDRA. Situación actual y aplicaciones clínicas.Arch
Bronconeumol. 2010; 46: 531-7.
- Graselli G, Pesenti A et al. A case of ARDS associated with
Influenza A H1N1 infection treated with extracorporeal
respiratory support. Minerva Anestesiol 2009; 75: 741-5.
- UK Collaborative ECMO Trial Group. UK collaborative
randomised trial of neonatal extracorporeal membrane
oxygenation. Lancet 1996; 348: 75–82.
Se muestran imágenes de algunos de los dispositivos disponibles:
Efectividad y Seguridad de la Termoplastia en el Tratamiento
del Asma Severo
Ensayo Clínico Randomizado, Doble Ciego y Controlado por Simulación.
Título original: Effectiveness and Safety of Bronchial Thermoplasty in the Treatment of Severe Asthma (AIR2 Trial). A Multicenter, Randomized,
Double-Blind, Sham-Controlled Clinical Trial
Autores: Mario Castro, Adalberto S. Rubin, Michel Laviolette et al.
Am J Respir Crit Care Med 181: 116–124, 2010
Comentado por: Carlos H. Bevilacqua
Se trata de un estudio diseñado para examinar la
seguridad y efectividad de la aplicación de energía
térmica sobre el músculo liso del árbol bronquial, en
pacientes asmáticos que permanecían sintomáticos a pesar de dosis máximas de corticoesteroides inhalados y beta-2 agonistas de acción prolongada.
El objetivo principal fue comparar los cuestionarios de calidad de vida del asmático, antes del
procedimiento de la termoplastia o de su simulación, y nuevamente a los 6, 9 y 12 meses de la
intervención.
Ese tratamiento de broncotermoplastia (BT)
se llevó a cabo a través de tres fibrobroncoscopías
sucesivas, separadas por tres semanas, y en la
que se empleaba una sesión (aproximadamente
30 minutos) para cada lóbulo inferior, y el tercero
para ambos lóbulos superiores. El lóbulo medio
no fue tratado.
Se introdujo por el canal del FBC un catéter con
filamentos, diseñado para este efecto, conectado a
un generador de radiofrecuencia, lo que permite alcanzar temperaturas de 65º C durante 10 segundos
en cada tramo de la superficie bronquial elegida. Se
supone que este procedimiento reduciría la masa
de músculo liso bronquial, y que ello se acompañaría de una menor respuesta de constricción o
hiperreactividad del bronquio tratado.
Los efectos adversos moderados a severos
después de los procedimientos de termoplastia
y simulados fueron más frecuentes en el grupo
tratado, comenzando el primer día, y resolviendo
en aproximadamente una semana.
Durante el periodo de tratamiento con BT 16
pacientes (8,4 %) desarrollaron complicaciones que
requirieron 19 internaciones, por empeoramiento
del asma, infecciones respiratorias bajas, hemoptisis, etc. En cambio en el grupo de BT simulada,
solo 2% de los pacientes evidenció empeoramiento
del asma.
El tratamiento no alcanzó significación estadística en los criterios secundarios de valoración,
un fenómeno que el Dr. Castro explicó como un
hallazgo asombroso del estudio, ya que el grupo
de simulación aumentó los días libre de síntomas,
y disminuyó el consumo de medicación de rescate.
En cambio, no hubo modificaciones en el VEF1
de los dos grupos (tratados y simulados). Esta
asombrosa mejoría de todos los pacientes puede
adjudicarse a que su inclusión en un estudio controlado mejoró la adherencia y los modos de recibir
el tratamiento farmacológico convencional.
En la siguiente página, señalada más abajo se
ofrece una animación del procedimiento descrito,
según la empresa proveedora de los insumos necesarios. (Figura 3)
En un volumen posterior de la misma publicación, el Dr Satish Steve Gupta, de La Cañada,
California, hace los siguientes comentarios sobre
la publicación:
La FDA (Food and Drug Administration) ha
aprobado recientemente el procedimiento por
el cual se quema la superficie del bronquio, en
un intento por mejorar la gravedad del asma, y
para ello proponen un procedimiento que puede
ser riesgoso, sin que se vea claramente un efecto
beneficioso. Es por ello que, además de proponer
la lectura cuidadosa del trabajo original, hace las
siguientes valiosas observaciones:
# Uno de los pacientes en el grupo control (de
termoplastia simulada), tuvo nueve internaciones después de haber sido sometido a la
broncoscopía. Gupta se pregunta si este paciente
fuera extraído del grupo control (o simulado) y
simultáneamente se extrajera un asmático del
grupo tratado con termoplastia, los resultados¿aun mostrarían mejoría en las consultas a los
servicios de emergencias, las exacerbaciones severas o los días perdidos de trabajo o escuela?
# Gupta también se pregunta si los cuestionarios
sobre calidad de vida de los asmáticos demuestran mejoría alguna, alcanzada por los que
fueron sometidos a termoplastia verdadera,
comparados con los que recibieron tratamiento
simulado, toda vez que no se alcanza significación estadística en los objetivos prefijados.
El concluye que la mejoría observada no es
significativa.
# Los autores omiten los resultados de las tomografías computadas y de las pruebas de provocación con metacolina, que ciertamente fueron
realizadas antes y después del procedimiento,
como parte del diseño del estudio. De acuerdo
a la información algo pobre que suministra el
sitio web de la FDA, estas pruebas no mostraron
ninguna mejoría con la termoplastia. Además
las otras ocho pruebas de control del asma, tal
como el uso de inhaladores de rescate, sí fueron
reportados, pero no mostraron mejoría en el
grupo tratado.
# Mientras que los autores afirman que este procedimiento puede ser terapia apropiada para
pacientes con asma severa, la mayoria de los
pacientes en esta condición fueron excluidos del
estudio. Si estos pacientes hubieran sido incluidos, las complicaciones reportadas hubieran sido
mucho más frecuentes. Gupta finalmente remite
al estudio RISA de Pavord ID, Cox G, Thomson
NC et al. RISA Trial Study Group. Safety and
efficacy of bronchial thermoplasty in symptomatic severe asthma. Am J Respir Crit Care
Med 2007; 207:1185–91, que examinando una
muestra más pequeña, mostró que los efectos
adversos tempranos eran muy frecuentes.
En el mismo volumen, el Dr. Castro tiene su
oportunidad de contestar esas críticas:
# El Dr. Gupta plantea la pregunta de si un único
paciente sometido al procedimiento simulado, y
que requirió múltiples internaciones durante el
periodo post-tratamiento, pudo haber conducido a conclusiones erróneas. Si bien no es lícito
apartar un solo sujeto antes del análisis estadístico, su remoción, tampoco altera la validez de
nuestros resultados.
# La tomografía computada de tórax fue realizada
en un subgrupo de pacientes: los primeros 100
sometidos a termoplastia y 50 pacientes en el
grupo simulado. El examen de estos estudios
mostró que no hay lesiones vinculables a termoplastia bronquial a un año del procedimiento.
# Este es un ensayo clínico multicéntrico internacional, conducido por un protocolo único aprobado prospectivamente por la Administración
Federal de Alimentos y Medicamentos (FDA).
La FDA también auditó apropiadamente varios
centros clínicos y empresas auspiciantes. Los
resultados fueron analizados por dos grupos
de examen estadístico. Los resultados también
fueron examinados por especialistas de la FDA,
para analizar los hallazgos enviados por la
empresa proveedora de los equipos, y sacar sus
propias conclusiones.
# Este estudio demostró beneficio clínico para
pacientes con asma severa que permanecían
sintomáticos a pesar de recibir la medicación
usualmente aceptada. La aprobación reciente
de este dispositivo por la FDA provee una nueva
alternativa de tratamiento, que no está usualmente disponible.
En opinión de este lector, resulta muy llamativa
la declaración del conflicto de intereses de los múltiples autores de este trabajo multicéntrico (treinta
centros en seis países). La declaración del primer
autor, Mario Castro, es millonaria, como así también las de la mayoría de los coautores, ocupando
una página entera en una tipografía minúscula.
La enumeración completa de las cifras percibidas en concepto de honorarios y subsidios de las
empresas por cada uno de los autores excede el
espacio usualmente asignado a las revisiones bibliográficas en esta publicación. Sólo mencionaré las correspondientes al primer autor:
Conflictos de interés del autor: Mario Castro ha recibido honorarios por consultoría de Asthmatx (1.001–50.000), Schering (1.001–50.000),
Electrocore (1.001–5.000), y BMS (1.001–5.000); ha
recibido honorarios del comité asesor de Genentech
(5.001–10.000); y honorarios por conferencias de
AstraZeneca) (50.001–100.000), Boehringer Ingelheim (10.001–50.000), Pfizer (10.001–50.000),
Genentech (5.001–10.000), Merck (5.001–10.000);
y ha recibido subsidios de la industria de Asthmatx,
Amgen, Centocor, Ception, and GlaxoSmithKline
(todos por encima de 100.000); ha recibido derechos de autor de Elsevier (1.001–50.000); y ha
recibido honorarios por investigación contratada
por Pfizer (10.001–50.000), Genentech (más de
100.000), MedImmune (más de 100.000), Merck
(más de 100.000), y Novartis (más de 100.000);
y ha recibido subsidios del NIH, del CDC y de la
American Lung Association, todos por más de
100.000). Todos los montos expresados son
dólares estadounidenses.
Yo imaginaba, seguramente de modo erróneo,
que profesionales tan fuertemente subsidiados por
la industria vinculada al mismo procedimiento que
se examina (Asthmatx p. ej.) no serían los mejores
candidatos para considerar objetivamente los resultados observados. Mi percepción no coincide con
la opinión del Comité editorial del “blue journal”,
y pareciera que la sola mención, aunque imprecisa,
de los montos percibidos como honorarios o subsidios los habilitara para esa tarea.
Un importante antecedente previo al trabajo
de Castro, es el de Cox, G. et al. A propósito del
control del asma durante el año siguiente a la termoplastia (N Eng J Med 2007; 356: 1327-1337),
mostró la aparición de 407 episodios de eventos
respiratorios adversos, 106 en el grupo control y
301 en los tratados con termoplastia.
La disnea, sibilancias, tos, discomfort torácico,
despertar durante las noches y la tos productiva, aparecieron con más frecuencia en el grupo tratado (p ≤ 0,004). Cuatro pacientes requirieron seis
internaciones en el grupo sometido a termoplastia,
mientras que el grupo control solo requirió dos internaciones. Los valores de reactividad bronquial,
y la medida del volumen espiratorio forzado en el
primer segundo no difirieron significativamente
en ambos grupos.
Los efectos adversos inmediatamente después
del tratamiento fueron más frecuentes en el grupo
tratado con termoplastia bronquial que en el grupo
control, pero fueron similares desde las 6 semanas
hasta los 12 meses después del tratamiento.
La Dra. Elizabeth H. Bel de la Universidad de
Amsterdam publica en Am J Resp Crit Care Med
Vol 183. pp. 132, (2011) una interesante observación
sobre el trabajo que permitió la aprobación de la termoplastia bronquial por la FDA en abril de 2010.
Dice Bel: el Dr. Castro y sus colegas argumentan que
la termoplastia bronquial mejora el control de pacientes con asma severa, y tal vez tengan razón, o no.
Los pacientes con asma necesitan desesperadamente nuevos tratamientos y la termoplastia
aparece como una instancia promisoria.
La pregunta es, de cualquier modo, si este argumento está sostenido por la evidencia. La prueba
primaria de evidencia del estudio AIR2 fue un
cambio en el cuestionario de la calidad de vida del
asmático, y solo difirió en 0,19 puntos cuando se
lo comparó con el tratamiento “simulado”, lo que
no es clínicamente significativo, e incluso estadísticamente no significativo cuando se calcula el
valor de p = 0,20.
Ninguno de los objetivos secundarios, como
pico-flujo espiratorio matinal, días libres de síntomas o empleo de medicación de rescate, mostraron
diferencias significativas entre el grupo activamente tratado y el simulado.
Por lo tanto el resultado del AIR2 es esencialmente negativo. Los resultados en los que
los autores fundamentan su opinión positiva en
exacerbaciones severas, visitas a salas de emergencias, hospitalizaciones, y el tiempo perdido de
escuela/trabajo, son todos objetivos que no fueron
incluidos en el protocolo inicial del estudio. Por lo
tanto, desde un punto vista estadístico, el trabajo
no fue planeado para considerar estos objetivos
como los “resultados duros”.
En el año 2004, la comunidad científica acordó que los ensayos clínicos deben ser registrados y
que los protocolos deben estar disponibles antes de su finalización. La razón fundamental de esto
es proveer a las autoridades regulatorias, a los
editores de revistas científicas, y a los revisores
en general, de una herramienta para identificar
desviaciones o favoritismos sistemáticos en el
reporte de resultados.
Los cambios en los objetivos alcanzados pueden
favorecer resultados estadísticamente significativos, por sobre resultados estadísticamente no significativos. Y si esos cambios se realizan después
de obtener todos los resultados, esto conduce a
resultados potencialmente equívocos o alterados.
Los investigadores y editores son, en general,
más entusiastas sobre estudios que muestren
grandes efectos de nuevos tratamientos, por sobre
aquellos que muestran resultados negativos o no
concluyentes.
La comunicación selectiva de resultados resulta
tentadora para casi todo el mundo. Los efectos beneficiosos de la termoplastia, según los autores, son
prometedores y generadores de hipótesis.
De todos modos, como los resultados reportados
del ensayo AIR2 son inconsistentes con el protocolo, las conclusiones de Castro y colaboradores
acerca de la eficacia de la termoplastia en el asma
severo no aparecen justificadas por su trabajo, y
probablemente sobreestime los beneficios de este
procedimiento. Tratemos de servir al progreso médico, obedeciendo estas reglas científicas vitales.
El número de asmáticos en todo el mundo es
enorme, y los gastos estimados por los autores para
esta intervención incluyen: la fuente de generación
de energía térmica por radiofrecuencia, con un
costo de alrededor de 30.000 dólares, el catéter
descartable para cada procedimiento 1.500, y cada
fibrobroncoscopía se factura entre 2.000 y 4.000
en los EE.UU.
Sin embargo, y a pesar de estas poderosas razones, parece difícil creer que un procedimiento
tan controversial, donde diferencias escasamente
significativas se alcanzan a través de la evaluación
subjetiva de cuestionarios de calidad de vida del
asmático (previos a la intervención y a los 6, 9 y 12
meses), sea así avalado por la FDA para su empleo
en asmáticos de difícil manejo. Aquí parece necesario enfatizar la enorme mejoría alcanzada por los
pacientes que fueron sometidos a los procedimientos
simulados, lo cual estaría demostrando en estos
pacientes una mejor adherencia al tratamiento convencional de corticoides inhalados y beta agonistas
de acción prolongada. Si se supone que los pacientes sometidos al procedimiento simulado mejoraron por
cumplir de modo más estricto los lineamientos de las
guías GINA (Global Initiative for Asthma), por qué no suponer una influencia similar en los pacientes
sometidos a termoplastia.
Además de la lectura crítica de esta publicación,
sugiero la lectura de los siguientes hipervínculos a
artículos de la Dra. Marcia Angell, ex-Directora del
Comité Editorial de The New England Journal of
Medicine. Se desempeñó en ese cargo entre los años
1999 y 2000, cuando renunció tras fuertes disputas
con la Sociedad Médica de Massachusetts.
- FDA: This Agency Can Be Dangerous. Marcia Angell
- The Truth About the Drug Companies. July 15, 2004.
Marcia Angell.
- Big Pharma, Bad Medicine. How corporate dollars corrupt
research and education. Marcia Angell
Por último, una referencia bibliográfica de origen no científico, pero de mucha actualidad:
- Deadly Medicine
- Barlett D. L. y Steele J. B.
- Vanity Fair, Enero de 2011.
Addendum: Boston Scientific adquiere Asthmatx La fusión implica un pago de hasta 250
millones de dólares.